Tenía muchas ganas de leer la segunda entrega de Batman & Robin: Year One, la nueva miniserie ambientada en el pasado de Bruce Wayne y Dick Grayson, escrita por Mark Waid (la mayor estrella en la DC actual) y dibujada por el siempre agradable Chris Samnee. A continuación, comparto mis impresiones sobre este cómic.
Puntuación: 8/10
Dick Grayson está luchando para adaptarse a su nueva vida como sala de Bruce Waynes, con las reglas de Bruce y el entrenamiento de Batman haciendo su vida difícil. Pero Dick está feliz de recordarle a Bruce que el cambio es un juego limpio. El nuevo jefe del crimen de Gotham, el General, continúa compitiendo con Two-Face por control—, pero ¿podría beneficiarse una alianza? ¿ambos y significan problemas para Batman y Robin?
Sabéis que yo no soy un gran fanático de Batman, pero en los últimos meses me he decidido por darle una oportunidad a varios de sus cómics más recientes; como por ejemplo, su actual etapa en 'Detective Comics' o, por otra parte, su reinterpretación en 'Absolute Batman' dentro del nuevo Universo Absolute. No obstante, de todas estas series que he empezado a seguir, la que más me ha gustado y más satisfactoria me ha parecido es este Batman & Robin: Year One (aquí reseña de la primera entrega). Una serie que escribe la superestrella Mark Waid, un autor ya veterano que últimamente está destacando mucho gracias a trabajos en DC como 'World's Finest' y el reciente macroevento 'Absolute Power'. Y está realizando dentro de esta miniserie protagonizada por el Dúo Dinámico una calidad totalmente superior a la de cualquiera de los mencionados tebeos protagonizados por Batman
Y que quede claro que este cómic no es una pasada por ser revolucionario ni nada semejante. Simplemente, es un cómic puramente superheroico muy al estilo de las aventuras clásicas de Batman que resulta extremadamente divertido de leer gracias a su ligereza narrativa y a su brillantez en los diálogos e interacciones entre los dos protagonistas. Eso es precisamente lo que creo que le hace destacar como historia: ese sentido de tebeo clásico en el que, en el fondo, lo único que importa son las aventuras superheroicas, las excelentes caracterizaciones de cada personaje y mantenerse fiel a la esencia de la franquicia. En eso, este segundo episodio cumple sobradamente. Algo que queda totalmente reflejado -por ejemplo- en la escena en la que una inspectora de protección de menores va a la mansión Wayne para evaluar la nueva vida de Dick como hijo adoptivo de Bruce. Una escena con la que me he reído bastante, algo que solamente es posible gracias a la brillantez de Waid a los guiones.
Por otra parte, no puedo ignorar el gran trabajo que realiza Chris Samnee en este tebeo, que me ha parecido igual de fascinante que la parte del guion. Ese estilo tan minimalista cuadra mucho con la época en que esta historia está ambientada, y si a eso le juntas ese sentido tan único de la acción del que hacen gala todas y cada una de las viñetas de este cómic, el resultado es un cómic visualmente precioso. Casi perfecto, diría yo.
En general, recomiendo encarecidamente a cualquiera que le guste mínimamente Batman (y Robin) que le dé un tiento a esta miniserie, porque de verdad pienso que es de los mejores cómics que está publicando la actual DC Comics en 2024. Si a mí, que yo no soy demasiado fan de estos personajes, me está flipando, imaginaos a los que sí lo sean.
Puntuación: 8/10
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