Ayer se puso a la venta el segundo número de Absolute Batman, una de las series del momento que presenta una de las versiones más únicas y salvajes del Caballero Oscuro hasta la fecha. Scott Snyder y Nick Dragotta, los encargados principales de esta serie, han dado en el clavo, algo que queda reiterado en este segundo episodio. A continuación, comparto mis impresiones sobre este cómic.
Puntuación: 7.5/10
Batman nació de la violencia – una horrible tragedia que dio forma a la trayectoria de su futuro. Pero cuando un agente vigilante del MI6 comienza a rastrear la vida solitaria de Bruce Wayne, descubre la interconectividad entre la vida de un caparazón de la heroína y las muchas capas de la Banda de Máscara Negra. ¡Es Batman contra Alfred Pennyworth!
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La espera se me ha hecho larga, pero por fin he podido leer este segundo número de Absolute Batman. Un segundo episodio que continúa explorando los entresijos de esta nueva versión de Bruce Wayne, al mismo tiempo que vemos hasta qué punto es capaz de superar las adversidades que se le presentan. Y antes de nada, que quede claro: estoy disfrutando mucho con este cómic. Tanto el anterior número como este me han parecido una entrada fresca e interesante a lo que es el mito del murciélago, llegándome a generar un interés que pocas veces he tenido por Batman, siempre dentro de que jamás he sido demasiado seguidor de este personaje.
Sin embargo, reconozco que este segundo número no me ha entusiasmado tanto como el primero. En parte creo que es porque ya se ha esfumado esa euforia inicial que tenía por la serie, puesto que ahora vemos como se desarrollan los elementos anteriormente presentados en lugar de mostrar cosas nuevas. No obstante, no es únicamente por eso mi falta de entusiasmo. Creo que viene más porque este segundo episodio es algo más lento de lo que me esperaba, centrándose sobre todo en la investigación del Absolute Batman -destacando especialmente la conversación que mantiene con sus amigos de la infancia esperando sacar información de los Party Animals- y en los monólogos de Alfred Pennyworth, más que en cualquier otra cosa. Eso a mi en lo personal me ha chocado bastante, hasta el punto de que en momentos muy puntuales me he llegado a aburrir con esta lectura.
Por esta misma razón, el dibujo de Nick Dragotta tampoco me ha parecido especialmente fascinante. Dejando de lado la imagen que os he dejado arriba, que reconozco me parece una auténtica pasada, lo cierto es que no me ha parecido que haya brillado tanto aquí como en la primera entrega. Más que nada, por la falta de acción (¿recordáis esa pasada de secuencia con el hacha, en el 1º número?) algo que le quita también puntos a este segundo capítulo. Y mejor ni hablemos de ese Batmóvil absoluto. En ese aspecto, sin comentarios.
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En general, creo que este Absolute Batman de Scott Snyder y Nick Dragotta va por buen camino, pese a que en esta segunda entrega no ha conseguido entusiasmarme demasiado por todo aquello que ya he mencionado. No obstante, confío en que la serie finalmente logrará captar mi interés en posteriores números; después de todo, no me olvido de lo que me llegó a flipar su primera entrega. Ya veremos como prosigue la cosa.
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