Reseña de Patrulla-X 25 y 26 de Gerry Duggan

Llevábamos muchos meses sin hablar de Patrulla-X, la serie troncal escrita por Gerry Duggan y que actualmente se encuentra inmersa en plena Caída de X (Fall of X), el actual evento mutante que pondrá fin a la extensa era de Krakoa, cuya historia río comenzó en Dinastía de X y Potencias de X. Estoy aprovechando estos días para ponerme al día con ello, pues desde que tuve la ocasión de leer la Gala Fuego Infernal del último año apenas he tenido ocasión de leer nada al respecto, por lo que iba con unos meses de retraso. 

Ahora, tras haber leído los números veinticinco y veintiséis de la actual etapa de Patrulla-X, ya puedo decir que estoy inmerso del todo en esta etapa final. ¿Qué que me han parecido? Bueno, esa es la pregunta realmente complicada. Son números con guiones algo difusos, cuya principal función es la de presentar un nuevo planteamiento en base a lo ocurrido meses atrás. Por ello, es complicado establecer un juicio concreto y definitivo.

Es por eso que lo ideal habría sido esperar unos cuantos meses a que estuvieran publicados el resto de números que componen esta saga y no centrarse tan solo en los dos primeros. No obstante, hay razones de peso para hacerlo de esta manera, pues considero que justo estas dos entregas tienen dos factores de suma relevancia: la primera es que estamos ante el prólogo a prácticamente todas las miniseries que compondrán este evento; la segunda, como os podréis imaginar si estáis al tanto, es la cacareada boda entre Tony Stark y Emma Frost.

Por el momento querría centrarme en lo segundo, pues es algo que lleva anunciándose en Estados Unidos desde hace muchísimo tiempo. No es para menos, pues, como sabréis la mayoría, el actual guionista de la serie de Iron Man es Gerry Duggan, el mismo encargado de la presente cabecera de los mutantes, por lo que esto supone un cruce autocontenido entre sendas colecciones. Es algo que prometía. O al menos, prometía ser un cómic marciano y morboso. De hecho, como curiosidad adicional, la portada del número de enero de Iron Man coincide con el de la cubierta del de Patrulla-X de ese mismo mes, conformando así una misma imagen.


Digo que podría haber sido algo morboso -incluso divertido- pero es que no lo ha sido en lo absoluto. Aquello que se insinúa en la doble portada no se corresponde de ninguna manera con el contenido del cómic; o al menos, así es con la porción competente a la Patrulla-X. Desconozco si en la del Hombre de Hierro ocurre. Sea como fuere, el tema es este: todo lo que lleva anunciándose desde hace meses ha quedado en agua de borrajas y se resume en una única viñeta que no desvela absolutamente nada, limitándose a un cliffhanger de cara al próximo número. En fin, que menuda decepción ha sido. 

Dejando ese asunto a un lado, centrémonos ya en lo importante, que finalmente es el grueso de ambas entregas: el nuevo planteamiento creado por Gerry Duggan para Caída de X.

Cuando digo que el planteamiento es el grueso máximo me refiero a que, literalmente, la mayor parte de páginas es puro planteamiento. No desarrolla apenas nada de lo presentado, pues son números limitados solo y únicamente a servir como punto de entrada al resto de minis y plantear algunas de las líneas argumentales a seguir en episodios venideros. 

Children of the Vault, Ms. Marvel: The New Mutant, Uncanny Avengers; esas son algunas de las colecciones cuyo "teaser" está aquí contenido. Por otro lado, relacionado con eso, también se nos presenta el panorama general al que se enfrenta el mundo marvelita con la ascensión de Orchis, la guerra civil en Arakko y la actual resistencia de mutantes supervivientes. 

Por tanto, estamos ante una mera presentación que, sin embargo, no llegará demasiado lejos: al menos, eso es lo que parece. No restan demasiados números de la etapa de Duggan, por lo que dudo seriamente de que vaya a llegar muy lejos este planteamiento, en vista de que el relanzamiento orquestado por Tom Brevoort está a pocos meses de su llegada. Por lo aquí visto, no tengo demasiadas expectativas sobre la saga final de la saga. Es prudente no hacerse ilusiones; al fin y al cabo, Jonathan Hickman no está al cargo. 

Francamente, no le veo demasiado gancho a estos dos números. Abre tantos frentes en tan pocas páginas y dedica tan poco esfuerzo a crear una línea argumental más coherente que, simplemente, el interés se diluye con cada página pasada La serie no insta al lector a seguir leyendo, contrario a lo que ocurre con su otra serie hermana: la Inmortal Patrulla-X de Kieron Gillen. Es un tanto decepcionante que ahí si que se logre captar interés, mientras que en la supuesta serie troncal apenas haya atisbos de calidad; una calidad más que cuestionable, debo añadir. 

Algo que sí he apreciado pese a las críticas de algunos en redes sociales, es el cambio radical sufrido por Kitty Pryde tras los sucesos de la nueva Masacre Mutante. Ha dejado atrás sus tiempos como Reina Roja y ha vuelto al alias de Gatasombra. No obstante, no se trata únicamente de un cambio de look y de nombre: nada más lejos de la realidad, pues ahora se ha vuelto una asesina tan letal como Lobezno al ser la única mutante en el mundo capaz de atravesar los portales de Krakoa incluso estando desactivados. 

La polémica viene cuando se muestra su altercado en Jerusalén con unos cuantos soldados de Orchis, a  quienes asesina de manera brutal y despiadada. Dejando de lado si está fuera de personaje este hecho o no -pues yo no soy gran conocedor de su extensa trayectoria- sí que debo decir que me ha flipado como escena de acción. Más momentos de este estilo son lo que se necesita en algunas colecciones mutantes, y por ello espero que tomen nota de cara al futuro reinicio. 

Dicha escena es posible gracias a Stefano Caselli, uno de los artistas más destacados de entre la plantilla oficial de Marvel Comics. Él no es de mis preferidos, pero ciertamente lo prefiero antes que al que dibuja el siguiente número: un tal Jim Towe -acompañado en unas pocas páginas por el más competente Javier Pina- quien a su vez se trata de uno de los más mediocres que he visto en la actualidad mutante. 

Lo bueno de ambos números es que comparten al colorista Marte Gracia, a quien ya conoceréis por su excelsa colaboración con Pepe Larraz dentro de esta misma franquicia. Obviamente, es mejor tenerlo a él antes que a cualquier otro desconocido y mediocre, pero habría preferido que también se mantuviera al dibujo Stefano Caselli en ambos episodios. En fin, ese es el mal endémico que llevan arrastrando desde hace años las dos editoriales mainstream norteamericanas; es casi absurdo seguir comentándolo. 

Más allá del uso de textos de apoyo al más puro estilo de los clásicos del cómic, poco más resta por destacar de este par de números. Desde luego que no han sido de lo mejorcito que tiene por ofrecer Caída de X, pero es que esa es otra. 

Realmente, este evento, aparte de la Gala, no ha traído nada demasiado interesante. El tan cacareado planteamiento es bueno, e incluso interesante, pero apenas logra brillar con los guionistas actuales que pueblan dentro de la Casa de las Ideas. Y eso aplica especialmente bien en esta etapa.

No sé. Preferiría mantener el optimismo, pero es que con estos nombres es muy complicado. No os confundáis: Gerry Duggan me gusta, pero no lo considero un escritor top. Kieron Gillen y -especialmente- Jonathan Hickman le pegan unas cuantas vueltas en cuanto a talento, y dado que el primero sigue dentro de la franquicia, elijo creer. Espero que no nos defrauden.

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