Reseña de Marvel Premiere. Patrulla-X + 4 Fantásticos: 4X

Llevo un tiempo con el gusanillo de meterme entre pecho y espalda algún cómic de los Cuatro Fantásticos. Mi primera opción era la etapa en la que Dan Slott trajo de vuelta a la Primera Familia en 2018 tras el parón derivado del evento Secret Wars de Jonathan Hickman, recientemente reeditada en el formato Marvel Deluxe. Sin embargo, al barajar opciones, caí en cuenta de que, en mi caso, para picotear, es mejor optar por miniseries e historias autoconclusivas que no supongan un gran compromiso para el limitado presupuesto del que dispongo.

De esa manera me he topado con el tomo en tapa blanda que recopila 'Patrulla-X + 4 Fantásticos', la miniserie en cuatro entregas que recuperaba el clásico título de los años ochenta bajo una mirada moderna y enmarcada en el actual contexto del universo Marvel. 

No conozco las aventuras originales bajo este título que hicieron Chris Claremont y Jon Bogdanove. Sin embargo, debo reconocer que la combinación de dos grupos superheroicos tan dispares se me hace especialmente apetitosa. Una familia humana común y corriente. Un grupo de mutantes renegados. Aún más estando enmarcados en un contexto como lo es este, en el que los primeros volvían tras un parón de varios años gracias a la mano de Dan Slott, mientras que los segundos habían sufrido un giro radical en su mitología cortesía de Jonathan Hickman

Las posibilidades son deliciosamente amplias, se mire por donde se mire. No debemos olvidar que la premisa de esta miniserie nace de una trama secundaria del primer número de Dinastía de X de Hickman y Larraz. En él, se daba a entender el descontento y aversión que sintió la Primera Familia de la Casa de las Ideas al conocer las acciones cuestionables que realizaban los líderes mutantes para fundar su nueva nación. Acciones como la amnistía, la segregación racial autoimpuesta, etcétera.


Este conflicto jamás llegó a resolverse pese a la promesa de una continuación, como bien dejaba claro Cíclope al ofrecer un nuevo hogar para Franklin Richards en Krakoa. El hijo mayor de los Cuatro Fantásticos se postulaba como el punto focal del conflicto al conocerse su naturaleza mutante de nivel omega. Con esta miniserie cruzada entre dos de las mejores obras creadas por Stan Lee y Jack Kirby, se pretende dar una respuesta a dichas desavenencias.

El encargado de escribir los guiones, por sorprendente que parezca, no es ni Dan Slott ni Jonathan Hickman. Ellos estaban demasiado ocupados con sendas colecciones. Por el contrario, quien sí se postuló para ello fue Chip Zdarsky, conocido principalmente por su trabajo en las series de Daredevil y Batman. En realidad, esta decisión fue positiva como pocas, pues no se debe obviar el hecho de que él fue quien allanó el camino para el retorno de los 4F con la maxiserie de 'Marvel Two-In-One' en 2017, pocos meses antes del inicio de la etapa de Slott. No es alguien precisamente ajeno a la franquicia más importante de la editorial, vaya que no. 


Zdarsky plantea un interesante enfoque en el que los miembros de ambos grupos superheroicos se enfrentan por el destino de Franklin Richards. Hasta ahora habíamos sido testigos únicamente de la perspectiva de los mutantes en lo referente a montar su propia nación, pasando por alto el punto de vista del ciudadano de a pie. No obstante, aquí se utiliza la perspectiva de la Familia Richards para contarnos qué dilemas puede tener un matrimonio cuyo primogénito mutante quiere mudarse a ese lugar paradisíaco y los problemas que pueden derivar de la segregación racial entre especies. 

Charles Xavier y Magneto pretenden llevarse consigo a Franklin, argumentando que su verdadero hogar está entre el resto de su raza. Reed y Sue, sus padres, no están para nada convencidos con lo que la raza mutante está haciendo en la comunidad internacional. Es un conflicto en el cual podemos empatizar con ambas partes, aunque no se puede negar que los que más razón tienen son Mister Fantástico y la Mujer Invisible.


No podemos obviar que Chip Zdarsky lo que construye es una historia más que arquetípica dentro del género de los superhéroes. Es el clásico esquema en el que dos bandos discordantes se terminan uniendo en favor de acabar un mal común, encarnado en este caso por Victor Von Muerte. Si bien esto podría ser un punto negativo, considero que todo lo bueno que tiene por ofrecer la miniserie termina por eclipsar cualquier atisbo de negatividad sobre la misma.

La caracterización de los personajes es indudablemente del más alto nivel. Todos y cada uno de los que aparecen están reconocibles inclusive a ojos veteranos, otorgando a su vez interacciones interesantes entre varios superhéroes. Chip Zdarsky da una lección magistral de cómo el conocimiento y aprecio por este universo pueden derivar en cómics que, pese a su simpleza, poseen corazón y cariño. 


En este aspecto destaca sobre todo Susan Storm, quien está a la defensiva ante la perspectiva de perder a su hijo en favor de una nación con la que no está de acuerdo en muchas cosas. El papel de "mamá peleona" mola una auténtica barbaridad, ¿Qué os puedo decir? Es de lejos el mejor personaje de la miniserie. No se le puede quitar razón en gran parte de lo que dice; es la que pone los puntos sobres las íes a esta versión sectaria de los mutantes.

Otro personaje que destaca por sobremanera es el propio villano de la historia, nuestro querido Doctor Muerte. Lejos de únicamente ser la amenaza común que junta a los héroes, también aporta un punto válido al debate sobre la soberanía mutante al dejarle bien claro al Profesor X cuáles son los errores que está cometiendo el Consejo Silencioso de Krakoa, y con toda la razón del mundo. Parece mentira que un villano como el Doc esté moralmente por encima del fundador de la Patrulla-X, y eso es algo que da qué pensar sobre la filosofía sectaria que el mismo está siguiendo.


Terry Dodson es el encargado de dibujar las cuatro entregas que conforman esta colección, siendo a su vez un dibujante al que nunca le he tenido un especial aprecio en anteriores trabajos. Pese a ello, aquí me ha gustado bastante su trabajo. Considero que es un buen narrador más allá de que sus dibujos no me terminen de convencer y también resulta un gustazo leer una serie de Marvel en la que se mantiene tan sólidamente un estándar de calidad. De todas maneras, no deja de llamar la atención la gran cantidad de entintadores y coloristas que hay en tan solo cuatro números, lo que demuestra que se publicó con prisas en su momento. 

Da gusto que exista un cómic tan sólidamente escrito y tan divertido de leer como lo es este. Chip Zdarsky demuestra auténtica devoción por ambas franquicias y con esto también se demuestra que él nos debe su propia etapa con los Cuatro Fantásticos. Es uno de esos cómics que te sacan una sonrisa mientras estás leyendo, y créeme cuando te digo que eso no es tan fácil de encontrar hoy en día.

Con todo, recomiendo encarecidamente este volumen. Es relativamente económico y un auténtico goce para la experiencia lectora, en especial si eres seguidor de los 4F y la Patrulla-X. 


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