Reseña de Marvel Now! Deluxe. Secret Wars: Integral


Jonathan Hickman es uno de los arquitectos de la Casa de las Ideas más importantes del último siglo. Ha convertido el concepto de historia río en una marca personal como pocos han logrado nunca en el cómic de superhéroes, creando una mescolanza entre pijameo y compleja ciencia ficción que ha fascinado a gran parte del público lector de tebeos. Su trayectoria en Marvel Comics comenzó en la miniserie de Dark Reign: Fantastic Four, misma que dio inicio a su aclamada etapa en los Cuatro Fantásticos; posteriormente, fue el encargado de crear las historias de Guerreros Secretos, que aunque no hayan trascendido tanto, son muy queridas por los lectores. 

Quizás la obra por la que es más conocido entre los marvelitas es su etapa tanto en Vengadores como en Nuevos Vengadores, que comenzó en el relanzamiento de 'Marvel NOW!' y culminó de hecho justo antes de este evento con la saga titulada 'El Tiempo se Acaba', dedicada a dar pie y servir como un extenso prólogo de este volumen. 


Su etapa en Vengadores nos contaba una épica deslumbrante y trascendental en la que los distintos universos del infinito cosmos multiversal de la editorial estaban colisionando entre sí, causando el fin apresurado de todo aquello que existe, muy al estilo de las míticas Crisis en Tierras Infinitas de DC. En este blog llevo un tiempo trayendo reseñas de los distintos volúmenes que conforman la gran historia río orquestada por Jonathan Hickman, pero en este último es donde todo confluye en una épica conclusión digna de ser recordada.  Las dos realidades que restaban por chocar y ser destruidas eran la del 616 y la 1610, la clásica que todos conocemos y la perteneciente a la línea Ultimate, respectivamente.

Los héroes de ambas tierras se vieron impotentes para evitar lo inevitable, por lo que toda la realidad queda destruida. De sus cenizas nace el Mundo de Batalla, una nueva realidad nacida de la forzosa unión entre varios trozos de otras realidades ya destruidas y gobernada con mano de hierro por el Dios Emperador Victor Von Muerte.  Es en este momento cuando las Crisis en Tierras Infinitas se convierten en las Secret Wars; o, dicho de otra forma, es cuando Hickman transforma su serie en la unión natural de los dos grandes clásicos superheroicos de los años ochenta.


Es que todo este evento publicado a lo largo del año 2015 no deja de ser un llamamiento nostálgico a los lectores que de niños disfrutaron de las Guerras Secretas originales creadas por Jim Shooter y compañía. No solo comparte el nombre a modo de reclamo, pues también se reciclan varios de los mejores conceptos presentados en la maxiserie de doce números, esta vez con un lavado de cara necesario dada a la ambición que esconde este nuevo evento. 

El Mundo de Batalla se presenta como un mundo interesante, lleno de territorios y zonas de gran interés que homenajean a gran parte de la historia de la editorial. Por ejemplo, hay una zona del mapa ambientada en el mundo presentado en Dinastía de M, y otro en el futuro alterno de 2099; la Isla Araña, los Baldíos del Viejo Logan, etcétera. Me habría encantado que se explorase de manera más extensa este nuevo mundo creado por el Doctor Muerte, pues en esta miniserie de nueve números apenas vemos la superficie de todo lo que se podría haber mostrado. Habría sido un gustazo que los distintos personajes viajasen por todos este reino de taifas para, de esta manera, aprovechar el mapa que viene incluido en las páginas del interior. 


La trama mantiene un tono entre la intriga política y la tensión entre los distintos poderes de los súbditos de Muerte, asemejándose en parte a series como Juego de Tronos, aun con el baño temático marvelita. Es por eso que, en algunos momentos, sobre todo a mitad de la serie, he notado una lentitud y una pesadez considerable en la lectura, pero esta sensación sana de cara al último y trepidante acto en el que se desarrolla la batalla final. De todas formas, lo que saco en claro respecto a estos cambios de ritmo es que Jonathan Hickman se toma demasiado tiempo construyendo un mundo del que rápidamente se debe despedir con tal de terminar la historia planteada en tan pocos números. Quizás habría sido mejor darle, no sé, tres números más para terminar de ilustrar este mundo tan intrigante, y así de paso igualar la cantidad de capítulos que tenían las Secret Wars originales. 

Bien es cierto que el principal punto de la historia no es este universo creado con las cenizas del resto. En realidad, esto no deja de ser una tesis del Doctor Muerte como el villano definitivo del Universo Marvel y su complicada pero extensa rivalidad con su archienemigo Reed Richards, el líder de los Cuatro Fantásticos. 


Es cierto que Secret Wars es la conclusión natural de todo lo visto en los Vengadores y Nuevos Vengadores, pero no podemos obviar que todo empezó con los Cuatro Fantásticos de Jonathan Hickman. Esta es la conclusión póstuma de dicha etapa, y como tal es muy recomendable, aunque no esencial, leerla antes de embarcarse en este cierre. Concretamente, el noveno número es una lección magistral de cómo caracterizar a los dos padres del Universo Marvel tal y como lo conocemos hoy.

Cabe destacar que tras este evento toda la línea editorial de Marvel Comics sería relanzada con nuevos números uno, en una especie de pseudo reinicio, por lo que esto se pensó como el cierre de una era. Marcado por ello estaría la cancelación temporal de la cabecera de los 4F por temas de derechos cinematográficos entre Disney y la Fox, por lo que también es el adiós (aunque ahora hayan vuelto) de la Primera Familia. Que todo empiece y acabe con ellos es algo de pura lógica, e incluso me habría funcionado como adiós definitivo. 


Por esta misma razón, no puedo recomendar el evento a aquellos que vengan de nuevas, pues estamos ante un monumento dedicado a conmemorar la larga historia de la Casa de las Ideas como editorial de cómics. Grandes parcelas son pisadas y referenciadas por el guionista a modo de homenaje, no dejando de lado a ninguna de las grandes franquicias y recompensando al lector veterano que conoce todo sobre ellas. De hecho, este fue el primer contacto directo de Hickman con los mutantes, que luego vería una mayor eclosión con la Dinastía de X y Potencias de X, otorgándole un papel considerable a personajes de la franquicia como Mr. Siniestro, Apocalipsis y la Reina Duende. Pese a lo diferente que son las Secret Wars comparado a su trabajo con la Patrulla-X, es agradable ver lo que se puede considerar como el germen de todo. 

El sentimiento de que este es un homenaje buscado se ve auspiciado cuando caes en la cantidad de momentos memorables que tenemos en este tebeo. Escenas como la llegada de Pantera Negra y Namor marchando al frente de la tropa de los Marvel Zombies, la Cosa despertando desde dentro de la muralla, la pasmosa muerte de Thanos o cuando un Groot gigante crece desde las raíces del Yggdrasil. Ni que decir del enfrentamiento final entre Muerte y Richards, que se postula como uno de mis momentos favoritos de toda la historia del medio comiquero. Es todo un sin parar de momento memorable tras momento memorable.


Este evento, sin embargo, a pesar de tener grandes virtudes, posee también algunos problemas que pueden empañar la experiencia dependiendo de cómo te lo tomes. Quiero decir, ninguno de los problemas que os voy a mencionar son ajenos al género, pues normalmente sí que se suele caer en ellos a la hora de crear historias grandes de superhéroes. Especialmente en el último acto, la serie queda plagada de varios Deus Ex Machina de manual que fungen como acelerador antinatural del argumento. Por otro lado, algunas líneas argumentales se desarrollan casi en su totalidad fuera de cámara, por lo que da la sensación de que están metidas un poco por la cara. 

Son problemas reales que tampoco pueden ser ignorados porque todo no vale siempre, pero en mi opinión son cosas que palidecen y quedan eclipsadas ante todo lo bueno que la serie posee. La relación Richards-Muerte es de lo mejor que yo haya visto en la franquicia, y todo el último número es fascinante como episodio. Creo que eso compensa todo lo malo que le puedas ver al evento. 


Los nueve números están dibujados por Esad Ribic, el conocido autor que ha trabajado en series como el Thor de Jason Aaron y los Eternos de Kieron Gillen. Junto al color de Ive Svorcina, consigue entregar un trabajo muy competente que perfectamente casa con el tono dramático planteado por el guionista, pese a no estar al nivel que sí tuvo en el Carnicero de los Dioses. Asumo que se debe a la presión ejercida por la editorial con tal de cumplir los apretados tiempos de entrega que seguro le impusieron, cosa que es una verdadera lástima, porque este dibujante puede entregar verdaderas maravillas si se le da el tiempo suficiente para trabajar. 

Como complemento a la historia presentada en Secret Wars, este volumen contiene el especial del FCBD que funciona como prólogo al argumento principal, así como 'Secret Wars Too' un one shot auto paródico en el que Hickman y Von Muerte charlan sobre la miniserie, el trabajo en la editorial y asuntos por el estilo.


Creo que la obra de Jonathan Hickman y Esad Ribic ha estado a la altura de las elevadas expectativas, por lo que considero que todo este viaje por el fin de todo lo que existe ha valido muchísimo la pena. Claro, no la recomiendo para leerla a pelo sin conocer el contexto previo. Yo os animo a, como mínimo, haceros la colección de los Vengadores antes de meteros de lleno aquí; os aseguro que el viaje vale totalmente la pena. 

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