Reseña de Marvel Now! Deluxe. Thor de Jason Aaron 1: El carnicero de dioses


Marvel NOW! fue un relanzamiento de todas las cabeceras de la Casa de las Ideas que fue programado para debutar en el año 2012, aprovechando el auge que tenía el Universo Cinematográfico Marvel por aquellos inicios de la segunda década del siglo XXI. Axel Alonso, el editor en jefe de la editorial, lo describía como "un desplazamiento del Universo Marvel tras los hechos acontecidos en el gran evento veraniego de Vengadores contra Patrulla-X", probablemente como respuesta a DC Comics por el reinicio que supusieron los Nuevos 52. 


Marvel Now! supuso una vorágine de ideas llamativas auspiciadas por la llegada de autores a series que jamás habían tocado en el pasado. Es el llamativo caso de, por ejemplo, Brian Michael Bendis a los mandos de la Patrulla-X y los Guardianes de la Galaxia, o el caso de Jonathan Hickman, que se convirtió en el guionista de las dos colecciones más importantes de Los Vengadores.


Jason Aaron llegó a la colección de Thor: God of Thunder tras unos cuantos años trabajando para algunas series de la franquicia mutante; sobre todo las que protagonizaba el bueno de Lobezno. La llegada de Aaron a la colección del dios nórdico tuvo lugar en el año 2013, pero lo cierto es que se extendería muchos más años en el futuro, pues fue capaz de construir una gran historia rio que se extendería a lo largo de prácticamente todo lo que resta de década, tejiendo de esta forma una de las etapas más aclamadas del siglo XXI, ya no solo dentro de Marvel, sino que en todo el mundillo del tebeo americano en general. 

La serie comenzaría con una macrosaga de doce episodios (los que vienen recopilados en este primer volumen), que, a su vez, están divididos en dos arcos argumentales: la saga del Carnicero de Dioses y la saga de la Bomba Divina. Ambas historias desprenden calidad y han cautivado a miles de lectores a lo largo y ancho del mundo. La historia contenida en este volumen es una de las sagas auto contenidas más aclamadas de la historia de la Casa de las Ideas y a su vez el inicio de la etapa de largo recorrido de Jason Aaron con Thor. ¿No empezó con mal pie, verdad?


En esta primera gran saga, Jason Aaron presenta a Gorr, un desesperanzado mortal cuya vida ha sido desde su nacimiento un auténtico infierno por culpa de los dioses de su planeta. Sus habitantes mueren desnutridos y las desgracias a su alrededor no cesan, culpa de los dioses que ignoran sus plegarias. Un día, Gorr se encuentra con los restos de una batalla entre dos de aquellos dioses, hundidos en un cráter y con uno de ellos portando una misteriosa espada de color negro. El desafortunado Gorr se hace con la espada y, dando cuenta de que es capaz de aniquilar a los dioses inmortales, se embarca en una sangrienta cruzada con un único fin: acabar con todos los dioses que tanto daño han causado a los seres mortales.


Su argumentación es correcta y razonable hasta cierto punto; ¿Acaso no es cierto que, de existir las figuras divinas, deberían dedicar su larga existencia a acudir y socorrer las plegarias de sus devotos? ¿No es cierto que, de existir un dios preocupado por sus creaciones, se esforzaría en proteger a su pueblo? Para Gorr, los dioses son criaturas crueles, inútiles y arrogantes, seres plenamente malvados y caprichosos, merecedores de la peor muerte que uno sea capaz de imaginar. 

En este tomo se desarrolla una tesis de este tema en el contexto del Universo Marvel, dónde existen realmente los dioses y los panteones. Resulta ser un tema realmente interesante y muy bien traído en este contexto que deja ver las inquietudes que posee su autor para con la religión la auténtica función de la fe en la sociedad humana. Vamos, que utiliza una serie sobre mitología y dioses para hablar de sus teorías ateístas


Por otro lado, la parte de historia de Thor se desarrolla en tres frentes bien diferenciados: el pasado, el presente y el futuro, alternando entre las distintas épocas de forma magistral. Está muy bien ver a nuestro Thor de siempre en el presente, pero los que realmente sirven para expandir la trama son el del pasado y el del futuro; un jovencísimo Thor en plena era vikinga del año 893, con su arrogancia y orgullo ensalzadas por su inexperiencia y juventud, y el Rey Thor, un anciano maltratado por el tiempo con miles de fracasos y decepciones a sus espaldas, amargado y recluido en Asgard como su único superviviente. 

La perspectiva que ofrece ver la historia en tres puntos tan diferenciados y alejados en la línea temporal es sumamente importante para el correcto desarrollo de la misma, una pieza fundamental dentro de las razones que hacen esta saga una de las mejores (y más importantes) del personaje. Disponer de tres Thor diferentes en una misma historia es una herramienta que el escritor de Alabama utiliza de manera magistral. 


En el pasado remoto conocemos a un joven Thor que todavía es incapaz de portar el martillo Mjolnir. Se pasa el día de juerga con los vikingos, bebiendo hidromiel, acostándose con mujeres y disfrutando de buenos combates en guerras de la época. Por el contexto histórico en el que habita y por su arrogante inmadurez, puede ser realmente interesante ver cómo le utiliza Aaron en sus historias futuras. 


Por lo pronto, en este volumen asistimos a su primer encuentro con el propio Carnicero de Dioses, al que vence hasta en dos ocasiones diferentes. Su vida se vio marcada aquel día en el que le conoció y por ello se juega con la idea de que, por su culpa y por su silencio, Gorr casi consigue su objetivo. 

El viejo Thor perteneciente al futuro remoto es completamente diferente, en cambio. Los años le pesan y apenas conserva esa arrogancia que caracteriza al Dios del Trueno. De hecho, tan alejado está de quién una vez fue que, más que Thor, parece un Odín venido a menos. Su aspecto es prácticamente idéntico, así como la amargura y el cansancio que le caracterizan. Creo que este es mi Thor favorito y el que considero más interesante de cara a las historias que podrían contarse de él. 


Es una historia que sirve para que Thor, ante la perspectiva del Carnicero de Dioses y sus versiones de otros momentos en el tiempo, se cuestione la razón de ser de los dioses. A lo largo de once números se cuestiona si está haciendo lo correcto al enfrentarse a Gorr. Se plantea la posibilidad de que realmente siempre tuvo la razón, que los dioses jamás han hecho bien y que los mortales merecen una nueva era sin estas figuras divinas entorpeciendo su paso. 

El mismo villano confirma la teoría al final de la historia, aunque no de la forma que ni tú -el lector- ni él se esperarían. Es un planteamiento que tendrá sus terribles consecuencias en el futuro de nuestro querido Odinson, como bien sabréis muchos de los lectores que estén minimamente informados de lo ocurrido con él en los últimos años. 


El doceavo número está fuera de lo que es esta saga del Carnicero de Dioses, sirviendo como puente para plantar las semillas de lo que será el próximo volumen de la colección. Jane Foster reaparece con la espantosa noticia de que padece cáncer, lo que da pie a una entrañable conversación entre ella y su expareja que, lejos de entristecer al lector, resulta extrañamente agradable. Otro personaje presentado aquí es Roz Solomon, una científica medioambiental de SHIELD que se entiende que servirá para presentar a Roxxon como los próximos enemigos del asgardiano y fungirá a las veces de interés romántico. 


Una epopeya de fantasía épica con ritmo calmado que se toma su tiempo en desarrollar bien una historia que, por lo trascendental que es para el personaje, merece ser leída por cualquier lector que tenga un mínimo interés -por poco que sea- en el personaje de Thor. Es un punto de entrada ideal; sin dudas es la mejor excusa para empezar a leer tebeos del personaje. 

Nunca he visto a alguien que tenga quejas con el espectacular estilo pictórico de Esad Ribic, un estilo de dibujo que sienta de lujo a una historia de proporciones mitológicas como lo es esta. De verdad, todo lo que rodea este tebeo es pura genialidad.


Si deseas seguir la colección haces bien, pero si quieres quedarte únicamente con esta primera saga, que sepas que se puede leer de forma totalmente independiente. No depende de ninguna historia anterior y tiene un final completamente cerrado. Es perfecto. 

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