Reseña de Legión de X, de Si Spurrier y Jan Bazaldua

Tras las aclamadas miniseries de Dinastía de X/ Potencias de X, ha quedado claro que la franquicia mutante de Marvel está viviendo una segunda etapa dorada llena de historias interesantes y una cada vez más inabarcable cantidad de cabeceras. Es algo que ha sido muy criticado por gran parte del público, pues lo cierto es que resulta imposible para todo bolsillo el hacerse con todas las series que presumen de estar interconectadas entre sí, lo que acarrea una sensación de que falta información en muchas de ellas al leerse por separado.

 La colección de Amanecer de X solventa de cierta manera eso al ordenar cronológicamente TODOS los números desde la llegada de Jonathan Hickman hasta (suponemos) la actualidad, pero todavía queda mucho para que se publique todo ello, por lo que por el momento toca juzgar cada cabecera individualmente. 

Os hablo de esto porque mi decisión de leer la serie completa de Legión de X viene dada, de hecho, por cierto sentimiento completista que los que como yo estén enganchados a la actualidad mutante entenderán perfectamente. Jamás había leído nada del guionista Si Spurrier con anterioridad, tampoco me atrae en demasía el rollito onírico, ni me interesan especialmente los personajes que conforman la obra; salvo, quizás, la Madre Justa, la auténtica culpable de que yo me haya interesado lo más mínimo por esta serie.

Dejando eso de lado, lo cierto es que la serie tiene una premisa realmente llamativa que promete explorar la ética y la moral presentes en las tres grandes leyes de Krakoa desde el punto de vista de un personaje tan espiritual y religioso como lo es Kurt Wagner, nuestro queridísimo Rondador Nocturno, que lidera algo parecido a un cuerpo policial con la ayuda de Legión, el hijo de Charles Xavier

Se puede suponer con facilidad que este Legión de X es deudora de la miniserie Senda de X, que hace unos años escribió el propio Simon Spurrier y que inició toda esta relación tan curiosa entre David Haller y Kurt Wagner. Por lo tanto, es algo recomendable leer primero dicha historia para tener el contexto completo necesario para esta nueva cabecera.

Bien es cierto que la serie tiene una premisa llamativa que captó mi atención casi al instante, llevándome a la osadía de comprar los dos volúmenes que recopilan la colección, esperando encontrarme algo al nivel de las mejores series actuales que se publican en la Casa de las Ideas; desafortunadamente para mí, esto no ha sido así. Siento una profunda decepción tras haberlo leído todo, una sensación de que he perdido el tiempo esforzándome en intentar comprender mejor una obra que, honestamente, no me transmite nada. Una premisa con estos personajes daba mucho más de sí que de lo que finalmente ha sido. 

Legión de X presenta una narrativa problemática para el lector. Para lo que tiene que contar, considero que es excesivamente larga; lo mires por donde lo mires, diez números es demasiado para lo que finalmente se cuenta, Se abusa en exceso de las reflexiones internas de los personajes que no llevan a ningún lado, y eso es algo que detesto del cómic de superhéroes, un fallo común en muchas otras colecciones del género. Quizás habría sido mejor presentar una narrativa más visual que conjugue más con la temática onírica presente en toda la serie y no dejar que todo el peso narrativo recaiga sobre el texto. 

Cuando uno empieza la lectura de una nueva serie, lo que cabe esperar es que sea amigable en sus primeros números y que vaya presentando todos sus elementos con calma para no ahogar al lector. Por desgracia para los que hemos leído este cómic, aquí no ocurre eso; más bien es todo lo contrario. Spurrier abre tres o cuatro subtramas de golpe en el primer episodio, plantea cierto número de misterios que posteriormente apenas son resueltos, y los que se resuelven de verdad se sienten francamente insatisfactorios. 

El personaje de la Madre Justa es el mayor ejemplo de esto que os estoy diciendo, pues la editorial la utilizó como reclamo para vendernos la serie antes de su publicación y, salvo dos o tres apariciones contadas, apenas se nos cuenta nada sobre ella. Puede que gran parte de mi decepción provenga precisamente de esto, pues como ya os he dicho unos párrafos más arriba, fue el interés en este personaje lo que me llevó a plantearme siquiera la adquisición de ambos tomos. 

El primer arco argumental narrado en los cinco números iniciales es, bajo mi punto de vista, muy aburrido, farragoso y verdaderamente confuso. Se me hace totalmente imposible disfrutar de lo que se suponía que te debe transmitir Legión de X, de todo lo que te tiene que contar como historia. Supuestamente trata sobre la pseudo policía mutante y moralista que lidera Rondador, pero, como os he dicho ya, termina siendo un batiburrillo de frentes abiertos que no hacen más que complicar la muy atropellada lectura. 

Posee un amplio abanico de personajes que, sin embargo, siento que no se aprovechan nada más que para momentos puntuales de la trama. Ninguno de ellas logra brillar realmente salvo el propio Legión y quizás, Zsen, la aliada de Rondador en el primer arco argumental, aunque tampoco es que se vean como grandes personajes a manos de este guionista. 

Sean Cassidy, por cierto, tiene cierto papel en esta historia tras los terribles hechos que vivió en X Vidas/Muertes de Lobezno; aunque, para hacerle eso, mejor haberle dejado en la incubadora de Arbor Magna. ¿A quién se le ocurre fusionarlo con un trasunto del Motorista Fantasma? No entiendo cómo desde hace tantos años son tan incapaces de darle un papel relevante y medio decente al pobre Banshee, con lo que molaba en la etapa temprana de Claremont...

Si el primer arco argumental de la serie representa un tornado de ideas, subtramas y conceptos mal explicados, en el segundo tiene más bien todo lo contrario. Desconozco si el guionista se dio cuenta de que la serie tenía tramos muy aburridos, pero lo que sí sé es que es que en el segundo tomo tenemos una historia más centrada y sin tanto elemento dispersor, a pesar de contener un cruce tie-in con V.X.E. El Día del Juicio que detalla la batalla entre Urano y Legión y que personalmente he disfrutado una barbaridad.

Por mucho que los dibujos de Jan Bazaldua me hayan gustado, sí que debo admitir que no pasa de ser cumplidor. No es para nada malo, pero vaya, no es muy diferente al nivel promedio de cómic de superhéroes actual, apenas destaca sobre los demás. Lo mismo va para Rafael Pimentel y Netho Díaz, artistas de los que personalmente desconocía que ofrecen algo que no pasa de decente en este caso particular. 

Con todo dicho, que quede claro que esta no es más que una serie de tantas que conforman la marabunta de títulos mensuales publicados por la Casa de las Ideas. La propia editorial lo trata como un cómic de segunda categoría al no mojarse tanto con lo que acontece, pues apenas parece que vaya a afectar al futuro de la historia río de la Patrulla-X; vamos, que es una colección innecesaria, una de las tantas que no pasan de anecdóticas. No la puedo recomendar. 

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