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Este domingo he estado leyendo el segundo volumen recopilatorio de X de Espadas, uno de mis grandes pendientes dentro del cómic superheroico. Un evento que estoy descubriendo ahora, en el ocaso de La Era de Krakoa, pero que estoy disfrutando muchísimo más que cualquier cómic mutante del presente año.
Con la segunda parte del gran crossover del año: "X de Espadas". Ha llegado el ecuador de la gran saga orquestada por Jonathan Hickman junto a Tini Howard, y para la ocasión Pepe Larraz regresa a los lápices. Un ritual, un parlamento. Un juego comienza. Los amantes. Un jardín. Un abismo de secretos. Un brindis. Un baile. La comida está servida.
Este segundo volumen de X de Espadas contiene New Mutants #13, Cable #5, Excalibur #13, X-Men #13-14, X of Swords: Stasis y Marauders #14-15 USA, publicados entre diciembre de 2020 y enero de 2021.
Ahora que en este blog publico reseñas diariamente, no he tenido demasiado tiempo libre como para dedicárselo a un único volumen que recopile muchos cómics. Sin embargo, como hoy es domingo y tengo día libre, he decidido dedicar más rato de lo normal a la lectura y lanzarme a este segundo Marvel Premiere de X de Espadas. Y ya os adelanto de que me parece mucho mejor cómic-evento que la actual Caída de X; mucho mejor realizado, coordinado y generalmente mejor dibujado. Vaya, que no hay color.
En rasgos generales, este segundo volumen continúa en exactamente la misma tónica que el primero: presentando poco a poco los distintos elementos de Otromundo, Krakoa y Arakko, desvelando detalles de la vida pasada de Apocalipsis, los preparativos del torneo de espadas, la particular perspectiva de muchos de sus participantes, etcétera. En ese sentido, siento que Jonathan Hickman (siendo en este caso una especie de "jefe de guionistas") y el editor Jordan D. White han sido muy inteligentes al coordinar TODAS las series de la franquicia mutante en una única historia río. De esta manera, cada episodio aporta algo importante a la gran saga central de X de Espadas, y no se siente en lo absoluto que alguno de estos episodios sea de relleno; todos son importantes, en su justa medida.
Esto es algo que valoro muchísimo. Especialmente, si tenemos en consideración la actual situación de la franquicia mutante, con lo insulsas que están siendo historias como Caída de Dinastía de X (actualmente en publicación) y otras tantas. Al menos, en este X de Espadas sí que gozamos de una buena coordinación entre series, así como un uso inteligente de las diferentes colecciones para que el guion no resulte caótico y poco claro.
En cuanto al dibujo, ocurre algo muy curioso que sin dudas hace brillar a este evento por encima de los demás. Y es que sí, tenemos un caso más de un baile de dibujantes pronunciado, aunque en este caso está justificado por el hecho de que son provenientes de diferentes series, pero lo más importante no es eso: lo verdaderamente relevante es el hecho de que todos y cada uno de ellos parecen estar a un nivel muy superior al habitual en este tipo de cómics: Pepe Larraz, R.B. Silva, Leinin Francis Yu, Stefano Caselli, Rod Reis, Phil Noto... Todos ellos suelen ser artistas de sobresaliente, pero me da la sensación de que para este evento han dado el 100% de su talento para hacer de este un cómic visualmente impecable.
Y de eso tenemos que estar muy agradecidos, porque esta calidad en el dibujo denota que dichos artistas estaban cómodos con los tiempos de entrega y el ambiente de trabajo dentro de la Oficina-X. Algo que no podemos decir de la actual etapa en la franquicia, en dónde incluso artistas generalmente buenos (como Lucas Werneck) han decaído considerablemente en cuanto a calidad general y acabados; probablemente por no seguir estos preceptos. Me ilusiona mucho que un evento tan importante como este haya acabado tan bien a nivel de dibujo, pese a lo mal que podría haber salido este baile de dibujantes.
No encuentro ningún fallo importante en este X de Espadas, al menos por el momento. Por el contrario, cada vez que le dedico algo de tiempo, me encuentro totalmente atrapado por lo que se cuenta en el cómic; especialmente cuando lo escribe el propio Jonathan Hickman. Es una historia que se toma su tiempo para ser contada, y si le dedicas algo de interés, es seguro que la disfrutarás. Por lo pronto, me queda un tercer y último volumen, que estoy seguro de que no me defraudará.
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