Reseña de Biblioteca Conan: Conan El Bárbaro 4 (1972-1973)

Tras tenerlo mucho tiempo esperando en la recámara, ha llegado el momento de reseñar el cuarto tomo de la nueva Biblioteca Marvel de Conan el Bárbaro. Un volumen que, pese a mantener la calidad en muchos de sus aspectos, siento que no está falto de baches que empañan el intachable recorrido de la serie en cuanto a calidad se refiere. O al menos, así es como lo percibo yo.  

Es más que un cómic: es una máquina del tiempo que te lleva a la Era Hyboria. La reedición a color de "La Hija del Gigante de Escarcha". El Dios-Diablo de la ciudad de altas torres conocida como Bal-Sagoth. Conan embarca en "Halcones del Mar", pero cuando vuelve a tierra firme se enfrentará a "El Monstruo de los Monolitos". Contiene los correos de lectores y las secciones de la edición original. ¡No puedes perderte esta edición histórica!

Este cuarto tomo de Conan El Bárbaro incluye los cómics de Conan The Barbarian Vol. 1 #16-22 USA, publicados entre julio de 1972 y enero de 1973.

Como os comentaba, he tenido una experiencia ciertamente irregular al leer este nuevo tomo de Conan el Bárbaro. En el anterior volumen ya se nos anunciaba, en una de las secciones de la editorial, que Barry Windsor-Smith abandonaba la colección tras haber estado presente desde sus inicios y haber crecido como artista al mismo tiempo que la colección se desarrollaba. Y es aquí en dónde vemos las consecuencias de su marcha; cabe destacar, eso sí, que se trata de una marcha temporal, no de un adiós definitivo. Dichas consecuencias para mí han empañado bastante lo que podrían haber sido unos meses dorados dentro de la adaptación comiquera de la obra de Robert E. Howard.

La primera y mayor decepción al abrir este volumen fue encontrarme con la reedición de la Hija del Gigante de Hielo. Y sí, es un relato que jamás habíamos visto dentro de la cabecera de Conan el Bárbaro, pues originalmente se publicó en el Savage Tales #1 (La Espada Salvaje de Conan nº 1), pero lo cierto es que no me motiva demasiado releer un cómic que tengo demasiado reciente en la memoria como para disfrutar con su relectura. Puede que se agregue una nueva portadilla de la mano de Barry Smith y además venga coloreado (el original se publicó en blanco y negro) pero a mí forma de entender, eso no justifica nada. A efectos prácticos, es como leer un fill-in no relacionado con la línea argumental que se llevaba siguiendo hasta el momento. Y eso, la verdad, me desagrada bastante como idea.

La Hija del Gigante de Hielo es un relato demasiado corto como para ocupar el resto de páginas de un comic-book completo, así que desde la editorial se optó por rellenarlo con una historia publicada originalmente en el Chamber of Darkness #4 USA. Dicho relato creado por los mismos autores, Roy Thomas y Barry Smith, es anterior a la serie de cómics de Conan, y presenta una versión descafeinada del personaje nombrado como Starr el Asesino, que fungía como una clara imitación dado que aún no poseían los derechos de la obra de Robert E. Howard. En mi opinión, esta reedición tiene más interés; siempre es interesante ver los orígenes secretos de la colección bárbara.

Cubierto el primer mes tras la marcha de Barry Smith, Roy Thomas tuvo que ponerse en marcha y encontrar un nuevo dibujante. El elegido, dadas las circunstancias, fue Gil Kane, uno de los más prominentes autores de la Marvel de los años setenta, a quien ya habíamos visto dibujar una historia ambientada en la Era Hyboria no protagonizada por el cimmerio en el pasado volumen. Más allá de eso, no tiene más experiencia con el personaje; lo que, por otra parte, resulta lógico, dado que Barry Smith fue el que abrió la cabecera de Conan. Y eso trae ciertos problemas a nivel gráfico.

Considero que Gil Kane no logra captar del todo bien esa aura que Barry Smith le imprime a todos sus cómics de Conan. Esa estética de mundo primitivo, sucio, decadente; psicodélico, en algunos momentos. Smith tiene un estilo de dibujo ideal para la obra de Robert E. Howard, que encaja como un guante en sus historias. Sin embargo, el propio Kane, como he dicho, no me parece que sea el más apropiado. 

Claro que es muy bueno dibujando, pero todo lo que hace resulta demasiado limpio. Demasiado para  lo que debería ser la Era Hyboria, y en consecuencia da la sensación de que este arco de dos números no pertenece al mismo universo que el resto de episodios de la serie. Y eso es una lástima, teniendo en cuenta que hablamos de la adaptación de una de las historias escritas por Robert E. Howard, que se supone deberían ser "eventos" importantes dentro de la cabecera.

Y si bien comento que no parecen formar parte del mismo universo, lo cierto es que es un arco bastante importante. Pues es donde se reintroduce a Fafnir, un personaje que ya vimos anteriormente en "¡Alas diabólicas sobre Shadizar!" y que tendrá un papel fundamental en la vuelta de Barry Smith al dibujo, durante la siguiente saga. Tanto es así, que el final de la saga de Bal-Sagoth (los dos episodios de Gil Kane), conecta directamente con la siguiente de  Smith, a modo de prólogo.

Al inicio de la reseña comenté que Barry Smith se había marchado, sí, pero que volvería a las andadas poco tiempo después. Y lo hizo. Concretamente, con una saga de tres números que en su conjunto narraría una misma historia, de longitud similar a las que encontramos en La Espada Salvaje de Conan, pero a color y en dosis más pequeñas. La trilogía de Tarim, que así es como llamaré a la saga, posee mucho contenido a nivel narrativo, pues con el pretexto de una guerra santa entre dos países (Hyrkania y Turán) se nos cuenta la enmarañada de engaños, mentiras e intereses que suelen envolver a la sociedad civilizada. 

Y ni siquiera es la primera vez que se toca este tema en un relato de Robert E. Howard, visto con los ojos del propio Conan, quien suele renegar de la hipocresía y la falsedad imperante en el mundo civilizado de la Era Hyboria. Y además, para aderezar el conjunto, el último episodio incluido dentro de este tomo, el veintiuno, "¡El monstruo de los monolitos!" tiene claras influencias de la obra de H.P. Lovecraft, algo que sin duda encantará a muchos aficionados a la literatura  

Las páginas restantes de este cuarto tomo de la Biblioteca Conan contienen la portada y un pin-up exclusivo publicados en el Conan the Barbarian #22 USA. Dicho número fue una reedición del primer episodio de la serie, por lo que se ha omitido casi por completo su contenido.

Al final, lo ocurrido en este cuarto tomo no ha sido tan malo como yo me esperaba. Tenía mis reticencias por la marcha de Barry Smith, su sustitución por Gil Kane y la presencia de reediciones a tutiplén, pero al final, cada uno de esos episodios ha tenido algo rescatable que ha hecho que sobrelleve mejor mi "enfado". Y la cosa termina de remontar del todo con la vuelta de Smith en la trilogía de Tarim, que es una saga muy interesante por todo lo que se narra en ella.

La Biblioteca Conan el Bárbaro sigue siendo uno de los mejores cómics que sigo actualmente. Pese a tener algún bache en cuanto a calidad (lo visto en este cuarto tomo) no resulta lo suficientemente grave como para arruinar la serie. Al mismo tiempo, Roy Thomas y Barry Smith se están convirtiendo en uno de mis equipos creativos preferidos dentro de los cómics del siglo XX; y eso, como podéis suponer, tiene muchísimo mérito hablando de una época repleta de autores icónicos y equipos legendarios. Ese es el calibre que maneja Conan El Bárbaro. 

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