Ha pasado exactamente una semana desde que me terminé de leer el primer tomo de El Increíble Hulk de Peter David (reseña aquí). ¿Y sabéis qué? Me acabo de terminar el segundo, titulado "Perdido en Las Vegas". ¿Y sabéis lo que significa eso? Que estoy totalmente enganchado a esta etapa del Coloso de Jade. Y a continuación os explicaré el por qué.
Puntuación: 7.5/10
Si os soy completamente sincero, no tenía ni idea de lo que me podía esperar en este segundo volumen de la serie. Quiero decir, el primero dejó el listón muy alto, por lo que no tenía ni idea de si el listón iba a subir todavía más, o se iba a mantener, o incluso iba a ir para abajo. Y más dudas me dejaba al yo ser conocedor de lo que venía a continuación tras la explosión de Middletown: la famosa etapa en la que Hulk acababa como mafioso en Las Vegas bajo el nombre de Joe Fixit (o Joe "Arréglalo" para la edición española). Pero tras haberlo leído, os puedo confirmar una cosa: estamos ante una de las historias de Hulk que más he disfrutado. Y eso no es moco de pavo, como ya podéis suponer, dado el historial del personaje.
Lo cierto es que ya con los dos primeros episodios incluidos en este volumen me he quedado absolutamente flipado. No es sólo que Hulk esté en un statu quo extrañísimo en Las Vegas haciendo de matón del mafioso Berengetti, si no que la forma que tiene Peter David de introducirlo es completamente extraña para los estándares de un cómic de superhéroes. Y es que, en vez de continuar los sucesos acaecidos en el anterior volumen, el guionista opta por un "time-skip" desde que Hulk "murió" en la explosión hasta su transformación en Joe Arréglalo, ignorando los sucesos que hay entre medias.
Y esto, aparte de resultar increíblemente refrescante para el lector, también funciona como motor argumental, dado que en cada episodio a partir de aquí se nos dan pequeñas píldoras de información sobre lo que ocurrió realmente en Middletown, y cómo Hulk sobrevivió a ello. Sin dejar de lado, claro, las necesarias conexiones con el resto del Universo Marvel, en forma de -por ejemplo- el combate contra Carl Creel, El Hombre Absorbente.

Por otra parte, es en esta nueva era del Coloso de Jade que se introduce a un nuevo dibujante titular tras la marcha de Todd McFarlane. Me refiero a Jeff Purves, quién se mantiene como dibujante desde el principio de este volumen hasta justamente su final. ¿Y qué os puedo decir? Él ha sido la estrella junto al propio David. Un artista raruno, con un estilo muy diferente en comparación a los anteriores dibujantes de la serie -desde luego no se puede comparar con Al Milgrom, Steve Gugenheim o el propio McFarlane- y que en general me ha parecido el alma de esta corta etapa en Las Vegas. Su característica manera de dibujar a Hulk se ha convertido en una de mis visiones favoritas del personaje, al mismo tiempo que me he fascinado con su forma de retratar los lujos y los entornos (los casinos) de Las Vegas. Un artista del que jamás había escuchado nada, pero que me ha sorprendido gratamente.
Desafortunadamente, este potente inicio no ha durado demasiado, al introducir cruces con otros personajes de Marvel como Spiderman y La Cosa demasiado pronto en la etapa. Quiero decir, en sí NO está mal que hayan cruces, pero... No sé, creo que los hacen excesivamente tempranos; apenas nos dan tiempo a asimilar la nueva realidad de Hulk antes de cruzarlo con los pesos pesados del Universo Marvel. Además, tampoco es que sean cómics demasiado destacables: aunque cuando lo dibuja Purves suele molar, lo cierto es que el resto de números en estos cruces no terminan de resultar realmente interesantes; si siquiera con nombres como Steve Englehart o Keith Pollard en portada.
Eso sí, una vez pasado estos enfrentamientos contra Spidey, Zona de Guerra y La Cosa, lo cierto es que la serie toma un giro repentino para darnos a conocer la explicación de cómo nuestro protagonista sobrevivió a la ya mencionada explosión provocada en anteriores números por el Líder. Una explicación que desde luego no me ha dejado indiferente.
Estoy hablando concretamente de los números 351-352 de The Incredible Hulk. Unos tebeos que sirven como la vuelta de Hulk (ahora en su versión grisácea) al conocido como Mundo de Jarella, lugar más o menos recurrente de las etapas clásicas de Hulk y que ya conocí hace un par de años en un Omnigold de Los Vengadores. Pues bueno, básicamente se nos da una explicación súper rocambolesca sobre el cadáver de Hulk que apareció en números anteriores, al tiempo que se nos explican las extrañísimas andaduras que tiene en este mundo en el que ahora es considerado un dios.
Y aunque en guion la historia de estos dos números es realmente interesante y arroja luz sobre un misterio que llevaba tiempo desarrollándose en la serie, lo cierto es que no me ha terminado de convencer. Es un tebeo entretenido, claro que sí. Y además, el dibujante Jeff Purves se luce un montón en ese mundo de Fantasía Oscura, pero lo cierto es que todo eso queda ensombrecido -al menos para mí- por la absurda explicación que se nos da de los acontecimientos previos de la colección. Simplemente, me parece todo tan rocambolesco y rebuscado que de verdad no puedo entender cómo PAD había planificado así la historia. Es que sencillamente no lo comprendo. Y el problema va a más si consideramos lo poquito que ha durado el tema de Joe Arréglalo en Las Vegas por culpa de arcos argumentales como este y los ya mencionados cruces con Spidey y Los 4F.
Afortunadamente, en los siguientes episodios de la colección ya dejan de lado todo esos frenos en la narrativa principal de la serie y se centran ya por fin en todo lo que concierne al Hulk mafioso. Y lo hacen de una manera sumamente especial: poniendo patas arriba la vida de Fixit. Ahora, las tornas se han girado y es Hulk el que teme transformarse en Bruce Banner y que este arruine su vida como matón del mafioso Berengetti.
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Y aparte de que este giro de tornas es -como el resto de la etapa- sumamente interesante, también trae un buen número de historietas relevantes en los episodios posteriores. Como por ejemplo el capítulo en el que Hulk va de sitio en sitio pegándose con todo el mundo, fruto de la desesperación que siente por la progresiva pérdida de control en su vida como Joe Arréglalo. O incluso el posterior combate contra Necrófago, Berengetti despidiendo a Hulk, el encuentro con Glorián y la aparición del terrorífico Sattanish (el cual asumo es una representación del Diablo). Todo son historias realmente entretenidas y hasta cierto punto memorables, símbolo de que la serie por fin retoma su rumbo tras aquellos mediocres cruces.
A partir de aquí, ya podemos considerar que la aventurilla en Las Vegas ha sido terminada, por lo que a continuación nos encontramos con una serie de números un tanto extraños, como de transición, antes de la siguiente gran saga en la que se verá involucrada la colección. Por ejemplo: un encuentro con Iron Man que me ha parecido muy poco reseñable. También cruces con el Hombre Lobo y con el evento de Actos de Venganza, historias muchísimo más reseñables pese a parecerme muy sencillitas. En este punto de la colección también destaca un fill-in realizado por Bob Harras a los guiones y Dan Green al dibujo, que nos detalla la situación actual de Betty Ross mediante una pesadilla horripilante. Y, sin ser este un cómic demasiado reseñable, al menos sí que me ha parecido curioso, por cómo contrasta con el habitual toque de Peter David (y no necesariamente para bien).
El volumen cierra con la ya mencionada gran saga de 4 números en la que se vio involucrado el Increíble Hulk, titulada "Countdown". Una saga que, a simple vista, me pareció muy interesante: Hulk se enferma por un envenenamiento y tiene menos de 24 horas para encontrar la cura. En cada número, se enfrenta a un enemigo diferente, siempre con una cuenta atrás en marcha: me refiero a enemigos como La Abominación, Ms. Marvel (Sharon Ventura), El Líder y el propio villano de nueva creación que le envenenó, El Loco.

Y sinceramente, dentro de que esta saga NO tiene nada de malo en su idea general, debo decir que no la he disfrutado demasiado. Me parece una historia demasiado estirada y poco interesante como para darle cuatro números seguidos, pese a sus virtudes. Y eso le pesa. Eso sí: destacar el número final, que aparte de tener un cierre muy digno para un argumento más bien flojito, viene con la presentación de Dale Keown como nuevo dibujante oficial de The Incredible Hulk tras la marcha de Jeff Purves de la colección.
Puntuación: 7.5/10
El Increíble Hulk de Peter David 2: Perdido en Las Vegas me ha parecido un auténtico tebeazo. Y es curioso, porque en general no he escuchado demasiadas elogios hacia esta etapa dentro de la gran etapa de PAD (más bien he escuchado lo contrario a elogios) pero francamente me ha parecido muy disfrutable. Un guionista muy moderno -pese a ser tebeos ya viejos- y un apartado artístico de la mano de Jeff Purves sólido como la roca es, sin lugar a dudas, la fórmula clara para el éxito comiquero. Y yo encantado.
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