Reseña de X-Men #5 de Jed MacKay, Ryan Stegman y Marte Gracia

Esta semana se ha publicado el quinto número de la nueva etapa de X-Men, escrita por Jed MacKay y dibujada por Ryan Stegman. Un número que arroja algo de luz sobre la nueva amenaza que se cierne sobre la comunidad mutante. A continuación, comparto mis impresiones sobre este cómic. 

Puntuación: 8/10

Mientras los X-Men se enfrentan a los advenedizos sociópatas de las redes sociales, Kid Omega y Psylocke se sumergen profundamente en la mente de un mutante con problemas. Silencio: ¡Rescate psíquico en progreso! Pero Quentin Quire nunca ha sido bueno manteniendo la boca cerrada...


Si os soy completamente sincero, este X-Men #5 me ha pillado muy de sorpresa, en el sentido de que no me esperaba para nada encontrarme con un cómic tan chulo de la Patrulla-X en una etapa como esta. Y esto no lo digo porque la etapa de Jed MacKay me esté pareciendo mala. Por el contrario; aunque reconozco que no me gusta nada el rumbo que ha tomado la franquicia últimamente, esta serie en concreto se me hace bastante disfrutable. Lo que NO me esperaba era encontrarme con un quinto número tan interesante y divertido, con un nivel tan alto en cuanto a calidad se refiere. Simplemente, me ha pillado con la guardia baja. Y por eso lo he disfrutado tanto.

Es interesante, porque Jed MacKay claramente quiere rememorar de cierta manera lo que fue la etapa de Grant Morrison dentro de los New X-Men. No creo que pretenda emularlo: simplemente, es fan de dicha etapa y le gusta referenciarla. Algo que llevamos viendo desde el primerísimo número de esta nueva serie, pero que se ha hecho todavía más evidente en esta quinta entrega que claramente homenajea el New X-Men #121 (2002). Un rescate psíquico protagonizado por los dos mutantes telepáticos del equipo; en aquel caso fueron Jean Grey y Emma Frost; en este caso, en cambio, han sido Mariposa Mental y Chico Omega. Las semejanzas, más allá de que en ambos casos está involucrada Cassandra Nova, en realidad acaban ahí. Y esto último lo digo porque la propuesta narrativa de MacKay es radicalmente distinta a la de Morrison. 

Jed MacKay, contrario a lo que hizo Grant Morrison, opta por colocar diálogos y texto en todas y cada una de las viñetas. Algo que contrasta mucho con la propuesta original del segundo, que al ser un rescate psíquico se trató de un cómic completamente mudo, sin diálogos. Pero curiosamente, y salvando las distancias, funciona casi igual de bien; yo por lo menos lo he visto un cómic muy competente que funciona a las mil maravillas. Y en ese sentido, me ha parecido una muy buena lectura.


Sin embargo, si por algo ha destacado este quinto número es por el dibujo de Ryan Stegman, quien vuelve tras ser relevado temporalmente por Netho Diaz durante el pasado mes. Un relevo que ahora cobra mucho más sentido, viendo el esfuerzo y trabajo que Stegman le ha puesto a la presente entrega. Y esto lo digo porque me ha parecido una absoluta pasada su forma de dibujar el mencionado rescate psíquico, que pese a no llegar al nivel de Frank Quitely, consigue tener una personalidad única y un interés propio. Y ya si lo juntamos con el coloreado Marte Gracia, que es quien le da un acabado tan especial a este cómic, el éxito es total. 

Para mí, este ha sido el mejor episodio de los X-Men de Jed MacKay hasta la fecha. No solamente destaca a nivel de guion como homenaje a uno de los mejores cómics individuales de La Patrulla-X, sino que también brilla a nivel artístico gracias a Ryan Stegman y Marte Gracia. Por otra parte, también me ha dejado intrigado con eso de la vuelta de Cassandra Nova, la hermana gemela de Xavier, dentro de la organización 3K. ¿Qué más le puedo pedir a un cómic de superhéroes puro?

Puntuación: 8/10

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