Reseña de X-Men #2 de Jed MacKay y Ryan Stegman

Esta semana se ha publicado en Estados Unidos el segundo número de los X-Men de Jed MacKay y Ryan Stegman, y como tal me veo en la obligación de comentar cuales han sido mis impresiones tras haberlo leído, pero ya os adelanto que NO me ha parecido una lectura tan refrescante como lo fue para mí el primer número de la colección. A continuación, comparto mis impresiones sobre este cómic. 

Puntuación: 7/10

¡INVASIÓN! Los X-Men vuelan al rescate de un mutante en crisis en San Francisco. ¿El problema? Los invasores alienígenas parecen tener una idea similar. ¿Seis X-Men contra una flota alienígena invasora? Suena bien. ADEMÁS: ¡LA CONCLUSIÓN DE DEADPOOL/WOLVERINE: WEAPON X-TRACTION!

Si habéis leído la reseña (enlace aquí) que le dediqué al primer número de la serie, os habréis dado cuenta de que me gustó bastante, pese a que yo era de los que no tenía fe en este relanzamiento de la franquicia mutante tras el cierre de La Era de Krakoa. Y pese a que mantengo todo lo que dije en aquella reseña, sí que he notado en este segundo episodio que algo no acaba de funcionar. Y no porque me parezca un mal cómic, puesto que en realidad me ha parecido bastante disfrutable, sino porque siento que la serie carece de una propuesta potente en la que sostenerse. Algo que contrasta demasiado con lo que fue la anterior etapa de los mutantes.

Recuerdo que en su día, House of X y Powers of X supuso un golpe bestial sobre la mesa que, por sí solo, como historia, sostenía el interés de la franquicia mutante al completo. Esto es algo que NO ocurre en la actual etapa. Y sé que la comparación es un poco injusta, porque la motivación tras ambos relanzamientos es totalmente diferente, pero no puedo evitar compararlos y darme cuenta de que From the Ashes carece completamente de ese "algo" en lo que sostenerse. X-Men de Jed MacKay es la viva imagen de esto: pasan cosas, sí, y también se establece una nueva situación para los protagonistas de la serie. Sin embargo, nada de lo que ocurre en la misma tiene suficiente potencia como para que digas "guau, quiero seguir leyendo esto y saber qué pasa en el siguiente cómic" . 

La idea de que en cada episodio La Patrulla-X se enfrente a unos enemigos diferentes y vayan reclutando nuevos mutantes para el refugio en Alaska me parece una propuesta, bueno, interesante. No la gran cosa, pero suficiente para entretenerme. No obstante, no me parece que se esté llevando a cabo de la forma más orgánica posible, en el sentido de que tampoco hemos visto exactamente cómo es la vida en el refugio; para mejorar esto, el guionista debería centrarse más en dicho refugio, tal y como hizo (aunque muy por encima) en el primer capítulo de la serie. Si a esto le sumamos a lo que he comentado anteriormente, tenemos una serie por el momento no parece tener un rumbo muy definido que digamos. Desde luego, la cosa mejoraría con una propuesta más fuerte o, en su defecto, mejor planteada y/o desarrollada. Pero no parece ser el caso.

Centrándome ya en el aspecto que más me ha gustado de este cómic con diferencia, el dibujo de Ryan Stegman, tengo que deciros que me sigue flipando. Esa estética tan noventera y esos dibujos tan, pero tan estilizados me encantan; y más cuando aparecen escenas como la doble splash-page del Juggernaut siendo disparado por el cañón desde la nave Marauder. ¡Es que es una pasada! Supongo que es cuestión de gustos, pero es que no entiendo porque hay gente que le chirría tanto ver a este artista dibujando a La Patrulla-X. A mí me parece que encaja muy bien con este tono más socarrón de la nueva serie de Jed MacKay, la verdad. No encuentro que esté tan fuera de lugar como dicen algunos. A mí por lo menos me está encantando verle por esta cabecera. ¿Placer culposo? Puede. O puede que no. 

Esta nueva etapa de La Patrulla-X es desde luego un cómic entretenido, pero carece completamente del interés que sí tenía la Era de Krakoa. No quiero que os llevéis una mala idea: a mí me está gustando y además, por si fuera poco, es un perfecto punto de entrada para nuevos lectores. El problema es que aparte de eso, no hay mucho más que comentar de la serie. Es la nada más absoluta. Es posible que la cosa cambie con el pasar de los meses, cuando se estrenen más episodios y haya tomado más ritmo, pero de momento no está siendo el caso. Veremos cómo continúa.

X-Men de Jed MacKay y Ryan Stegman es un cómic entretenido que me mola bastante, pero carece de unas bases potentes sobre las que sostenerse. Y ese es un problema que puede empeorar a futuro, en detrimento de la serie.

Puntuación: 7/10

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