Reseña de Biblioteca Marvel: El Poderoso Thor 4 (1964-1965)

Ya está aquí mi repaso al cuarto tomo de la Biblioteca Marvel del Poderoso Thor, abarcando el periodo entre finales del año 1964 y principios de 1965. Con Stan Lee y Jack Kirby como autores ya consagrados dentro de Journey Into Mystery, comienza una etapa continuista respecto a lo visto en anteriores meses, una con mayor interrelación entre Thor y el resto del naciente universo Marvel. Por otro lado, en los Relatos de Asgard, se continúa ofreciendo un correcto entretenimiento que sirve principalmente para contextualizar los mitos nórdicos dentro de este nuevo cosmos superheroico. ¡Además de un cómic, es una máquina del tiempo!

En las anteriores reseñas hice especial hincapié en que cada volumen de la Biblioteca Marvel de Thor contiene grandes novedades respecto al tomo inmediatamente anterior. Esto es algo de pura lógica, al tratarse de los primeros años de una colección mensual cuyos autores carecían aún de rumbo, y las ideas por las que más tarde sería conocida todavía estaban por germinar. Eso no ocurre en este cuarto volumen; la identidad de la serie ya está bastante definida de por sí, por lo que Stan y Jack se limitan a seguir por el buen camino ofreciendo historias cada vez más interesantes y gráficamente espectaculares. Simplemente, imitan el éxito cosechado en los pasados episodios y amplían a su vez algunas de sus mejores características para ofrecer una experiencia realmente satisfactoria para el lector. 

Desde el principio de este volumen ya hay muestras de lo que estoy hablando: Loki, el archienemigo del Dios del Trueno vuelve a las andadas. En esta ocasión, sin embargo, no lo hará mediante esbirros de segunda: irá él mismo en persona, recuperando así una de las mejores costumbres ofrecidas durante los primeros números de la colección. Por otra parte, unos cuantos episodios más adelante se repite la idea de enfrentar al protagonista contra Cobra y Mr. Hyde en una historia dividida en dos partes, idéntica en estructura a lo visto en el pasado volumen, pero con un resultado todavía más divertido si cabe. Y lo mismo ocurre con la Gárgola Gris, que repite como enemigo en el último de los episodios aquí contenidos. La repetición de ideas es un claro indicativo de que algo marcha bien con estos creativos, y es una plataforma de salto ideal para llegar a nuevos conceptos. Aunque claro, eso es algo que ya veremos en la próxima ocasión. 

Lo que me ha llamado la atención en este tomo han sido las grandes dosis de interrelación con el resto de aspectos del universo marveliano. Ya no es sólo que aparezcan los Vengadores de vez en cuando a modo de publicidad encubierta, que también, sino que hemos llegado al punto en el que hay un episodio dedicado íntegramente a un cruce con la Patrulla-X original, y otro dedicado a dar la respuesta definitiva (o al menos eso se supone) a quién ganaría en un combate entre el Increíble Hulk y el Poderoso Thor

A día de hoy puede parecer una tontería fijarse en estos detalles. Tenemos plenamente asumido que los personajes en el Universo Marvel interactúan y tienen relación entre ellos, que se conocen y se pueden llevar mejor o peor, pero eso no era tan común en la primera mitad de la década de los sesenta. Hoy en día, estas historias estarían reservadas para eventos importantes, pero la inventiva de Lee y Kirby fue suficiente para volver pioneros a los cómics de la editorial en este tipo de interrelaciones entre todas sus series. Y eso es algo que se ve especialmente reflejado en los números aquí contenidos.


El mencionado cruce con la Patrulla-X es, de hecho, uno de mis números favoritos en lo que llevamos de colección. La aparición del grupo conformado por Cíclope, la Chica Maravillosa, el Ángel, la Bestia y el Hombre de Hielo es meramente anecdótica, limitándose a atisbar su silueta sin llegar a mostrar su aspecto al completo. Los que se llevan el verdadero peso como protagonistas de la historia son Magneto y su Hermandad de Mutantes Diabólicos, quienes se ven obligados a pelear por un descuido contra el propio Dios del Trueno en medio de su submarino especial. Será por mi afinidad con la franquicia mutante, pero yo he disfrutado muchísimo de esta entrega. Y más cuando supone uno de los primeros grandes cruces dentro del Universo Marvel. 

Mención aparte merece el episodio dedicado al combate entre Thor y Hulk. Se trata de un cómic bastante atípico dentro de los estándares de la época, al ser el propio protagonista quien nos narra la pelea transcurrida desde su punto de vista en The Avengers #3 USA de tal forma que simula estar hablándole a los lectores de la época mediante unos niños apasionados por los superhéroes que se encuentra él por la calle. Hablando del propio combate en sí, este resulta espectacular gráficamente a manos de Jack Kirby y Chic Stone, ofreciendo puro salvajismo y golpes en viñetas que casi se pueden sentir. Y eso nos da pie a hablar de...


¡El dibujo! Como bien sabéis, Jack Kirby es el dibujante estrella de la colección en este punto. En los episodios regulares está entintado por el ya mencionado Chic Stone, quien le dota de unos trazos limpios pero visualmente impactantes que sientan de fábula en unos cómics de tanta acción. El propio artista experimenta ya con perspectivas cada vez más complejas que aportan una sensación de dinamismo francamente impresionante, al menos para la época de la que estamos hablando. En el complemento de los Relatos de Asgard es Vince Colletta el encargado de entintar el arte de Jack, a quien le dota de un acabado quizás menos limpio que el de Stone, pero casi igual de aceptable. Por lo menos capta bien la esencia mitológica de las historias. Pese a ser el mismo dibujante en ambos apartados de cada episodio, lo cierto es que el entintado hace que que se diferencien lo suficiente como para parecer historias completamente aparte. Y eso tiene mérito. 

Por otra parte, ya ha comenzado la sección del correo de lectores de la época. En los anteriores volúmenes no estaba presente, y era algo que se echaba en falta, pero ya está aquí. Al final es necesaria su inclusión, pues se trata de uno de los principales atractivos del formato. 


En definitiva, he disfrutado de lo lindo con este Biblioteca Marvel: El Poderoso Thor 4. Poder ver crecer  a Jack Kirby como artista y leer los ingeniosos diálogos de Stan Lee hace que este cómic valga muchísimo la pena para aquellos que estamos interesados en la era más clásica de la editorial. Por si eso fuera poco, los primeros cruces con otras colecciones redondean la experiencia en una auténticamente satisfactoria. ¡Definitivamente, esta sí que es la Era Marvel de los Cómics!

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