Reseña de Biblioteca Marvel: Doctor Extraño 1 (1963-1964)


Tras varias semanas cubriendo la Biblioteca Marvel de Thor, ha llegado la hora de empezar a cubrir las aventuras originales del Doctor Extraño de la mano de Stan Lee y Steve Ditko. Tenía la necesidad de cambiar un poco de aire en lo que respecta a tebeos clásicos, ¿Qué mejor opción para ello que la serie más extraña (valga la redundancia) de la era Marvel de los cómics? ¡Además de un cómic, es una máquina del tiempo!


En los últimos meses, mi poder adquisitivo ha crecido lo suficiente como para permitirme poder comprar nuevas colecciones de cómics sin depender tanto de los préstamos de la biblioteca pública. El abanico de opciones a comprar era francamente amplio, y tras sopesarlo bastante, caí en cuenta que la mejor opción era ir adquiriendo todos aquellos volúmenes de la Biblioteca Marvel que había dejado atrás durante el pasado año. Mis ansias por coleccionar las aventuras originales de varios de mis personajes favoritos era (y sigue siendo) superior a mí. Y el primero que iba a adquirir de todos ellos sería al Doctor Extraño.

¿Por qué él y no otro personaje? En primer lugar, porque nunca he leído historias individuales sobre este personaje; y en segundo lugar -pero no menos importante-, porque tenía ganas de ver a Steve Ditko dibujando cómics fuera del Asombroso Spiderman. Además, da la casualidad de que actualmente estoy leyendo D.I.O.S.E.S. de Jonathan Hickman y Valerio Schiti, que precisamente es la reinvención del mundo cósmico y mágico del universo Marvel, y por ello me han entrado ganas de leer los orígenes del mismo. Como podéis ver, los motivos son diferentes y variados. Pero, ¿ha valido la pena comprar este primer volumen?


La respuesta a eso es complicada. Por un lado, este primer volumen contiene historias bastante interesantes y conceptos realmente chulos que se diferencian del resto de cabeceras de la editorial, de tal manera que da la sensación de ser un tebeo adelantado a su época. Pero, por otro lado, siento que las aventuras místicas del Doctor Extraño no me han llenado de la misma forma en que sí lo hacen otras colecciones de la época. Y eso es una rareza, pues esta posee elementos de la que otras muchas carecen dentro de sus respectivos inicios; personalidad propia, un tono único y unas historias bastante adelantadas a su época. 

Quizás el mayor motivo para sentir esta disconformidad sea el desafortunado formato en el que se lanzaron originalmente estas historias de Stan Lee y Steve Ditko. Siguiendo el ejemplo de otros personajes como El Increíble Hulk en Tales to Astonish o el Capi e Iron Man en Tales of Suspense, las aventuras del Doctor Extraño se publicaron originalmente como complemento en la cabecera genérica de Strange Tales. Y el problema con esto es la duración de las mismas. 


La idea de una suerte de mago superhéroe que se enfrenta a problemas relacionados con la parcela esotérica y mística del universo Marvel da para historias verdaderamente interesantes, mucho más extensas, de lo que una cabecera genérica compartida permitiría nunca. Y ese es precisamente el problema con estos números de Strange Tales: que saben a poco. El baremo de duración está entre las cinco y diez páginas, por lo que (salvo las últimas historias del tomo) apenas hay espacio para desarrollar la historia. Los autores se limitan a hacer un ejercicio de compresión mastodóntica que no hace más que volver un poco más pesada la lectura. 

Este problema también se ve reflejado en la poca cantidad de números importantes que contiene este primer volumen. Al ser un complemento mensual, apenas le dedican espacio a desarrollar subtramas y/o presentar conceptos verdaderamente duraderos en la historia del personaje, salvo por contadas excepciones en que sí lo hace. Por lo general, la mayoría de episodios son autoconclusivos y no van a ningún lado, destacando en ellos la repetición que supone cada enfrentamiento contra el archienemigo de Extraño, el Barón Mordo, un villano que ni siquiera termina de ser interesante como para sostener por sí solo la colección. 


Dieciséis son los episodios que contiene este primer tomo. De todos ellos, tan solo cuatro diría que son verdaderamente interesantes (por obvias razones, sin contar el primero): la historia de origen, que es narrada a modo de flashback unos cuantos números después de las primeras aventuras; el enfrentamiento contra Loki, por ser la primera vez que el buen doctor se cruza con otros personajes de Marvel Comics; y los dos últimos números del tomo, que presentan al villano Dormammu y a la hechicera Clea por vez primera junto a una explosión de creatividad en el dibujante Steve Ditko.

Detengámonos un segundo en esto último, pues de verdad que Ditko se sale a nivel gráfico en esos dos últimos episodios. Su manera de ilustrar las dimensiones paralelas y su capacidad para dotar de un misticismo inusitado en esos principios de los sesenta tiene muchísimo mérito, más del que se le suele dar; pero es que en esos dos episodios lleva esto a un nuevo nivel en cuanto a calidad gráfica se refiere. Es difícil de explicar, pero creedme cuando os digo que es un auténtico lujazo a la vista. Y yo sé que todavía ni se ha acercado al nivel que tendrá en posteriores entregas, así que imaginaos...


En general, este primer volumen del Doctor Extraño no ha cumplido del todo mis expectativas, aunque soy plenamente consciente de que lo más probable es que la serie mejore una auténtica barbaridad con el pasar de los episodios, cuando llegue el momento de expandirla y volver las tramas algo más largas y complejas. La presentación de Dormammu y Clea es muy buena señal y creo que marca el inicio del despegue de la colección. Todavía es pronto para emitir un juicio al respecto de esta primera etapa de Stephen Extraño, pero tengo esperanzas en que mejorará con los meses. 

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