Reseña de Este del Oeste. El Apocalipsis: Año Uno

No cabe ninguna duda de que Jonathan Hickman, aparte de ser uno de los mejores guionistas de cómics del siglo XXI, es también uno de los que más me  ha marcado como lector. En este blog, de hecho, habéis podido leer en directo cómo lo descubrí; gracias a sus miniseries dentro de la franquicia mutante de Marvel, Dinastía de X y Potencias de X, fui consciente por primera vez de cuán diferente y compleja puede ser la narrativa comiquera, marcando por siempre mis gustos en el medio. 

Con una introducción así, con el aprecio que le tengo a este escritor, a más de uno le debería sorprender lo poco que he leído de él. Porque sí: he leído la mayoría de sus trabajos en la Patrulla-X; también su etapa con Los Vengadores + Nuevos Vengadores + Infinity + Secret Wars. Pero, más allá de lo ofrecido para Marvel, apenas me he sumergido en su obra como autor independiente, pese a los halagos que he escuchado sobre la misma. Y vaya, que con la reciente reedición de "East of West" (Este del Oeste, en España) traída de la mano de Norma Editorial, pocas excusas me quedaban; la accesibilidad ya no era una de ellas. 

Este del Oeste -como se puede intuir debido al anterior párrafo- es uno de los principales cómics de Hickman fuera de la Casa de las Ideas. Constó originalmente de 45 números publicados entre marzo de 2013 y diciembre de 2019, abarcando buena parte de su carrera profesional como guionista. Está dibujada por Nick Dragotta, artista conocido principalmente por haber colaborado con el propio Hickman en su etapa de Los Cuatro Fantásticos. Norma Editorial, quien hace unos años ya la publicó en diez tomos en rústica, opta ahora por una reedición en formato integral; tres tomos en tapa dura, alrededor de las quinientas páginas y con papel semiporoso. Es, pues, una oportunidad ideal para probarla de primera mano.

Y lo primero que me gustaría destacar es la propia edición en la que se ha reeditado. Porque sí: solo tengo alabanzas para la misma. Siempre he sido muy crítico con las típicas ediciones "tochales"; ya sea por su elevado precio o por lo poco manejables que  resultan ser, pero la titulada como El Apocalipsis, en cambio, compensa ampliamente todos esos fallos. Es en gran parte por su precio, que es muy razonable: cuarenta y cinco euros por quinientas páginas, que de hecho son de mayor calidad que en tebeos de la competencia, valen totalmente la pena en un mercado como el actual. Aunque claro, debo reconocer que no soy demasiado objetivo con eso: gracias a un descuento propio de la librería en la que suelo comprar, me ha salido por menos de veinte pavos; lo cual, en sí, es una ganga todavía mayor. Sea como fuere, eso no quita que lo que he dicho sobre el precio original sea cierto.

Pero más allá de eso, y como siempre os digo, lo más importante no es el continente, sino el contenido. Y en ese respecto, la obra de Jonathan Hickman y Nick Dragotta no se queda para nada atrás. 

Desde el principio, uno sabe que está ante una obra de Hickman. Con solo el primer número, con solo las primeras páginas, uno es plenamente consciente de que este es su estilo de escritura; denso, complicado de seguir, pretencioso -en el buen sentido- y críptico. A todo eso se le suma una característica totalmente nueva y que yo, personalmente, no esperaba para nada: la mezcla de géneros. Porque, para rizar el rizo, el guionista hace uso de los elementos diversos de ellos: trama de venganza, mundo postapocalíptico, ciencia ficción, western, romance, bélico; incluso elementos míticos como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis o la hechicería indígena están presentes. Nada parece tener relación entre sí. Sensación abalada por la ya mencionada densidad de la narrativa y dificultad para seguirla. Sin  embargo, con el pasar de los números, todo termina encajando fácilmente. 

Una vez pasada esa prueba inicial, lo cierto es que Este del Oeste presenta un mundo muy interesante plagado de misterios, profecías y conspiraciones, con una construcción ejemplar y una complejidad atípica. De hecho, más allá de sus protagonistas y secundarios, el propio mundo es de lo más atractivo; siguiendo la estela hickmaniana -tal y como vemos en sus obras marvelitas- de que la historia global es lo más importante, los personajes funcionan en general como meros peones al servicio del guion y no al revés. El verdadero protagonista es el escenario y la historia que se desarrolla mediante, no los personajes principales.

Y si bien eso no deja de ser cierto, la verdad es que dichos personajes sí que tienen más enjundia de la esperada. Es el caso de Muerte, el protagonista, uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, que vaga por libre en busca de venganza en contra de sus antiguos compañeros, quienes acabaron con su recién formada familia. Es un personaje interesante, al igual que muchos otros que aparecen con él: los Elegidos, por ejemplo. Sin embargo, al son de lo que os comento, muchos quedan relegados a tramas que se desarrollan casi de fondo, de manera muy secundaria; lo que en parte impide encariñarnos con ellos. Es lo que tiene que el principal foco recaiga sobre elementos ajenos a los personajes propiamente dichos.

Dentro de que esto podría suponer un problema, que de hecho es un punto más bien negativo, se podría decir que de ello nace algo bueno. Porque se dice mucho que este cómic es un Juego de Tronos comiquero con elementos sci-fi; lo que yo no pensaba es que fuera a ser algo así de manera literal. No centrarse tanto en los personajes -que no significa que no tengan interés propio- permite una mayor trazabilidad a la hora de desarrollar la trama general y construir el mundo en el que transcurre, lleno de intereses geopolíticos, luchas de poder y todo el pack convencional en este tipo de historias. 

Resumidamente, ambientándose en el año 2064, estamos ante unos Estados Unidos divididos en siete naciones diferentes; cada uno con sus propios gobernadores y culturas diferenciadas. Está la Nación Eterna, la cultura indígena al más puro estilo futurista. Están la Unión y los Estados Confederados, Está también -personalmente mi preferida- la República Popular de América, una zona colonizada por la china de Mao. Son solo algunos ejemplos. A lo largo de los quince números que componen el primer integral, vemos como las tensiones entre las diferentes facciones van a más y se forja a fuego lento un inevitable conflicto entre ellas. 

Toda esta historia de luchas de poder se ve aderezada con el componente místico que ya mencioné antes. Varios de los líderes de estas naciones forman parte de un grupo llamado los Elegidos, que recuerdan a otras sociedades secretas utilizadas por Hickman en sus otras obras, tales como los Illuminati en los Vengadores o el Consejo Silencioso en la Patrulla-X. Pues bien, todos rinden pleitesía a los Cuatro (tres, en realidad) Jinetes del Apocalipsis y a una profecía conocida como el Mensaje. Ellos se encargan de que tal texto sagrado se cumpla al pie de la letra para que ocurra -básicamente- el apocalipsis. 


Todos estos elementos hacen que Este del Oeste se presente como una serie sumamente atractiva, llena de intrigas y misterios por resolver. Al estilo de Hickman, con tan solo quince números no se pueden sacar conclusiones precipitadas; recordemos que su estilo de guion es ultradescomprimido, permitiendo su característica cocción a fuego lento. No obstante, pese a lo atractivo del lore y a la fabulosa construcción de mundo, no he conectado del todo con sus personajes pese al esfuerzo que el guionista les dedica. No es que estén mal, ni que sean terribles; es solo que no conecto con ellos al mismo nivel que con otras obras. 

Algo que sí que pongo en valor de la obra es su apartado gráfico, traído de las manos de Nick Dragotta y Frank Martin. El dibujo del primero es caricaturizado y limpio, pero no por ello es menos espectacular. Contrario a sus trabajos anteriores -se me ocurre uno de los episodios del Spiderman de Zeb Wells- aquí pone toda la carne en el asador para ilustrar un mundo y unos personajes sumamente únicos y fácilmente distinguibles entre ellos, plasmando así una estética única. El color de Martin ayuda muchísimo a ello, al poseer amplia experiencia en los entornos lúgubres y deprimentes. En resumidas cuentas, es un dibujo que casa perfectamente con el guion; además, se beneficia de una estabilidad inaudita en el mainstream. Ambos se encargan de los quince números, sin fallos. Pocos pueden decir lo mismo en Marvel y DC.

En resumen, Este del Oeste se presenta como una obra sumamente atractiva con una trama compleja, un mundo intrigante y unos visuales impactantes; aunque, claro, la conexión con los personajes puede variar según la perspectiva del lector. En mi caso, no ha sido tan positiva como me habría gustado. Espero que eso cambie con el siguiente volumen integral, que ojalá se lance pronto.

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