Reseña de Do a Powerbomb!, de Daniel Warren Jonhson y Mike Spicer

Llevo meses escuchando buenas palabras hacia Daniel Warren Johnson, el autor del que hoy hablamos. No es para menos, pues cada cómic que publica dentro del panorama independiente es catalogado por el público como uno de los mejores de ese año. De hecho, este es el caso de Do a Powerbomb!, su último trabajo en la editorial Image, que recientemente (hace unos meses, más bien) ganó el premio Eisner a mejor cómic juvenil. 

La historia de Do a 'Powerbomb!' se centra en Lona Steelrose, una joven que aspira a convertirse en luchadora profesional, pero vive a la sombra de su madre, una leyenda en el mundo de la lucha libre. Todo cambia cuando un nigromante obsesionado con este deporte la invita a participar en el torneo de lucha libre más ambicioso de todos los tiempos. Esta obra combina el universo de la lucha libre con elementos propios de 'Dragon Ball Z', llevando a los competidores a descubrir mucho más de lo que esperaban.


Lanzar al mercado un cómic de lucha libre es, como mínimo, una decisión llamativa. Las historias ficticias centradas en un deporte en particular tienen el desafiante propósito de atraer no solo a los aficionados de ese deporte, sino también a aquellos que no tienen ningún interés en él. Este es mi caso.

En general, no me llama para nada la atención ver deportes en la televisión, y mucho menos la lucha libre profesional, que es conocida por tener combates en el que los luchadores trabajan sobre un guion a modo de espectáculo. Vamos, que son combates "falsos" pese a que los movimientos físicos realizados en el ring conllevan un gran riesgo para los participantes. Es algo con lo que nunca he conseguido conectar por mucho que lo haya intentado. El caso es que Daniel Warren Johnson podría crear un cómic de cualquier deporte o temática y aun así sorprender hasta al más escéptico de todos. 


Es que Do a Powerbomb es un cómic que, ante todo, logra dejar las emociones a flor de piel. Es cierto que lo que más me sorprende es el potente lápiz del autor, pero que haya conseguido envolver toda la historia en un drama familiar sobre la pérdida y el perdón de forma tan natural es, realmente, encomiable. Cada combate hace que te involucres más con los protagonistas hasta el punto de emocionarte y dejarte al borde de las lágrimas, especialmente con su último número, del que no os desvelaré nada. 

Algo con lo que uno se encuentra de bruces desde el primer número es el factor sorpresa. Hay escenas, momentos, que simplemente subvierten las expectativas del lector. Cuando empiezas a leer te haces una idea de lo que te vas a encontrar, pero páginas después todo resulta en un giro que cambia totalmente la perspectiva que tenías hasta ese momento; posteriormente, el resultado de ese giro toma un significado completamente diferente que hace más dramática la aventura. Y así, constantemente. Es una montaña rusa de emociones

Es un tebeo que nos habla de la importancia de ser sincero con tus seres queridos, de abrir tus sentimientos a ellos; de perdonar y otorgar segundas oportunidades. De aprender a superar el dolor emocional. 


Algo de lo que yo no estaba informado al empezar a leer es que Daniel Warren Johnson es autor completo y se encarga tanto del dibujo como de la historia. Un caso verdaderamente poco común en el cómic estadounidense, una industria que tiende a separar más las figuras del guionista y del dibujante. Ahora me queda claro que gran parte de su éxito (sin querer desmeritar su faceta de escritor) es su excelente maña dibujando potentes páginas que podrían disfrutarse incluso sin ningún tipo de historia detrás.

Hace un trabajo fantástico ilustrando los complicados movimientos acrobáticos que los distintos luchadores realizan en combate. Es un arte explosivo y dinámico, lleno de fuerza, con unas coreografías únicas muy difícilmente encontrarás en otros cómics estadounidenses.


Ahora comprendo el porqué se habla tanto de este autor. Es un excelente dibujante cuyo trabajo debería exponerse aún más el mundillo, así como también es un guionista con un corazón y un talento para las historias emocionales de las que quitan el hipo. No me esperaba que un cómic de este autor fuera a emocionarme tanto sin ni siquiera conocerle con anterioridad. Voy a estar muy pendiente del resto de sus obras para echarles el guante en cuánto tenga la ocasión, porque de verdad que me ha encantado. 

Como apunte adicional, sabed que hace pocos meses salió a la venta esta obra en España de mano de Norma Editorial. Sin embargo, me temo que no os puedo recomendar esa edición. Desde este blog siempre he abogado por las opciones económicas a la hora de la compra y lectura de cómics, pero Norma ha decidido sacar Do a Powerbomb en un formato de lujo sin opción a algo más económico, tal y como sí lo es el tradepaperback americano. Yo he leído la edición original en inglés, y a vosotros os recomiendo hacer lo mismo. No apoyemos estas prácticas abusivas.

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