Reseña de Marvel Now! Deluxe. Los Vengadores de Jonathan Hickman 7: Pecado Original

En el género de los superhéroes es común que anualmente se publique un evento en forma de miniserie que junte a todos los personajes de distintas cabeceras en una misma historia, normalmente en forma de cruces o "crossovers". Es algo que lleva en pie desde hace décadas, pero que empezó a explotar en popularidad a principios de este mismo siglo: historias como Dinastía de M, Civil War o Invasión Secreta son algunas de las más conocidas y homenajeadas, por hablar de algunas que todos reconoceréis. 

Pese a la gran cantidad de ventas que consiguen año tras año estos eventos, lo cierto es que suelen ser muy criticados por una parte del público por todo lo que estos acarrean para las series regulares. Es común que, cuando hay un evento, las series regulares de la editorial abordan de una forma u otra alguna historia ambientada en el susodicho, a priori con el fin de complementarlos. Lo único que se consigue con esto es interrumpir el trabajo del guionista de turno por el mero capricho editorial, estorbando y, en muchos casos, echando a perder las series mensuales. 

Pecado Original (Original Sin) fue uno de estos eventos de los que estoy hablando. Publicado en el año 2014 con los guiones de Jason Aaron y el dibujo de Mike Deodato, fue un evento la mar de controversial en cuanto a decisiones respecto a sus complementos, más allá de su calidad en sí que, dicho sea de paso, a mí no me termina de convencer. Es que, en dicho evento, el Vigilante Uatu fue asesinado y con su muerte salieron a la luz algunos secretos del Universo Marvel, secretos que afectaron de forma directa a la mayoría de sus superhéroes más conocidos. 

Cosas como la implicación de Tony Stark en el origen de Hulk no fueron plato de buen gusto para los lectores, que achacaron a la editorial una falta de ideas tremenda al tener que revolver forzosamente acontecimientos del pasado para crear tramas nuevas. Es una crítica totalmente válida y razonable, pues un cambio de este calibre debe realizarse con sumo cuidado, midiendo cuidadosamente sus consecuencias. Pocos guionistas fueron los que supieron darle la vuelta a la tortilla y convertir este evento en algún tipo de revulsivo para sus escritos; Jason Aaron en su etapa en Thor o Dan Slott con su Asombroso Spiderman son dos claros ejemplos de ello. Sin embargo, discutiblemente, puede que al que mejor le salió la jugada fuera a Jonathan Hickman en su etapa de Vengadores

Si habéis llegado hasta aquí con esta serie de Vengadores, asumo que conocéis muy bien el modus operandi de su guionista, de Jonathan Hickman. Básicamente, tiene una manera de estructurar sus historias muy a largo plazo, de forma que uno no termina de comprender  su magnitud hasta muy avanzada la trama. Este es un trabajo de arquitectura de guion realmente complejo, pues se debe tener la habilidad  de hilar correctamente el inicio y el final, planear desde el principio a dónde y hasta qué punto va a llegar la serie. 

Es por ello que me sorprende la capacidad de adaptación que el guionista ha demostrado tener en este séptimo volumen, pues ha conseguido sortear el asunto los "pecados" del evento de Aaron y Deodato de una manera magistral, como si hubiera estado en los planes desde siempre. Ha aprovechado la ocasión para hacer confluir de una vez por todas las dos series que conforman su etapa, la de los Vengadores y la de los Nuevos Vengadores.

Recordemos que muy al principio de los Nuevos Vengadores, el Capitán América se opuso rotundamente a los Illuminati y su idea de crear un arma con el que destruir las Tierras paralelas en plena incursión multiversal, bajo el pretexto de que matar inocentes no está justificado de ninguna de las maneras. Allí el Capi, con toda su cabezonería, demostró tener unos ideales inquebrantables que planteaban un verdadero problema para la pequeña cábala de mentes superheroicas, por lo que se vieron obligados a hacerle un borrado de mente con los hechizos del Doctor Extraño.

Con toda esta marabunta de secretos revelados en Pecado Original, Steve Rogers recupera la memoria, y con ella, un profundo rencor hacia Tony Stark, al que considera un auténtico traidor. Un choque ideológico entre estos dos grandes iconos del supergrupo es una cosa que puede rememorar a ciertos roces del pasado.

Ambos defienden sus ideas firmemente: Tony considera que haber mentido sobre tal barbaridad en la que está metido es justificable dada la situación, mientras que Steve defiende que nada en el mundo puede justificar la masacre de miles de millones de seres vivos. 

Lo cierto es que en estos números este debate queda rápidamente acallado por la situación a la que repentinamente se enfrentan los héroes del grupo. La gema del tiempo ha vuelto y con ella vendrán una serie de saltos temporales progresivos que conducirán a los Héroes más Poderosos de la Tierra por toda una cadena de decisiones a lo largo de la historia futura del universo que conducen a situaciones de lo más locas y distópicas.

Nuevos Vengadores, por su parte, no es tan innovador en cuanto a líneas argumentales, siguiendo más bien con lo prestablecido en el anterior número. Recordemos que la Tierra 616 estaba a escasas horas de chocar con un universo realmente similar al de los cómics de DC; lo que nos encontramos a continuación es una especie de "JLA-Vengadores" no oficial, en resumidas cuentas. En realidad hay varios guiños y referencias a la Distinguida Competencia en estos números, lo que reafirma la profunda inspiración de Jonathan Hickman en las Crisis en Tierras Infinitas de 1986

Con todo lo ya acontecido, el grupo de Illuminati está resquebrajado y las tensiones entre algunos miembros hacen insostenible la situación. Lo que antes solo era una línea a cruzar, ahora está más que cruzada y pisoteada; los héroes han dejado de serlo para convertirse en una cosa totalmente diferente. 

Pocas quejas tengo en cuánto al apartado gráfico de este volumen. En anteriores puede que me haya quejado un poco de algún dibujante que no es santo de mi devoción, como es el caso concreto de Leinin Francis Yu, un artista que está presente en este volumen que, contrariamente a lo que me esperaba, me ha sorprendido gratamente. Ha resultado a estar a mucho mejor nivel  aquí que en los cruces con Infinito, probablemente por la más laxa presión editorial. Del dibujo de Valerio Schiti y Kev Walker en Nuevos Vengadores tampoco os puedo decir mucha cosa; ni es su mejor trabajo, ni es para rasgarse las vestiduras. Simplemente, cumplen con lo que se exige. 

Poca cosa me queda ya por comentar de estos Vengadores. Lo cierto es que ya estamos en la recta final de la etapa, muy cerca de las aclamadas Secret Wars del año 2015,  y la sensación que me está quedando con la lectura es extremadamente positiva. Ha tenido sus momentos aburridos pero, también momentos de alta intensidad, como por ejemplo ocurre con este tomo. El aroma a clímax está asomando ya por todos los poros del papel, y la verdad es que me muero de ganas por saber cómo continúa todo, especialmente con ese cliffhanger de Thanos y su Orden Negra aliados con el príncipe Namor. 

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