Reseña de Jojo's Bizarre Adventure Part VII: Steel Ball Run, de Hirohiko Araki

Jojo's Bizarre Adventure es una franquicia a la que personalmente le tengo un cariño muy especial. No solo se trata de uno de los mangas que más he disfrutado en toda mi vida, sino que también ha supuesto uno de los pilares por los que este blog se sustenta hoy en día. Recordemos que una de las primeras entradas que escribí en él fue, precisamente, una en la que hablé del primer número de "Steel Ball Run", poco después de su publicación en España por parte de la editorial Ivrea. Venía de haber visto toda la serie animada de David Production hasta "Diamond is Unbreakable", lo que quiere decir que yo en aquel momento ni siquiera había disfrutado de todas las partes que conforman esta conocidísima obra.

Para muchos fanáticos de la serie, habría sido un error saltarse la friolera de tres arcos y pasar directamente del cuarto al séptimo. Sin embargo, como os explicaré a continuación, no fue una decisión del todo incorrecta. Quiero decir, después de todo, Steel Ball Run supone un auténtico soplo de aire fresco dentro de la franquicia y  marca un camino hacia la madurez de la misma. Creo creo que cualquiera que la haya leído puede decir lo mismo; es, con amplia diferencia, la mejor parte del manga creado por Hirohiko Araki.

Hasta ahora, el manga de Jojo's Bizarre Adventure había presentado las aventuras del linaje de la Familia Joestar a través de las épocas, desde la Inglaterra del siglo XIX hasta la actualidad, pasando por varios protagonistas y diferentes historias que tienen lugar en la misma continuidad. Esta séptima parte, por el contrario, se desliga totalmente del canon establecido y supone un reinicio de la historia original, un universo paralelo que ya no se rige por sus normas y que no comparte sus mismos acontecimientos. Esta nueva línea cronológica permite al autor explorar elementos del pasado y revisitarlos de una nueva forma, con toda la experiencia que ya tiene escribiendo historias.

Cualquiera puede subirse al carro con "Steel Ball Run", sin importar si has leído o no las partes anteriores. Es una historia que funciona por sí misma, que explica todo lo necesario desde el comienzo y que contiene muchas de las bases que han hecho a Jojo's lo que es a día de hoy. Perfectamente, se puede empezar por aquí y luego retraerse a partes anteriores sin ningún tipo de problema. Claro, es posible que sea más disfrutable habiendo leído todo lo anterior, ya que contiene muchas referencias y guiños al lector más clásico, pero nada demasiado importante como para empañar la experiencia. 

Solo queda deciros una cosa: bienvenidos al año 1890. Bienvenidos a la carrera "Steel Ball Run"

Miles de personas de alrededor del mundo se reúnen para participar en la carrera a caballo a través del continente americano "Steel Ball Run". Johnny Joestar, un ex-jockey profesional que quedó parapléjico por culpa de su propia estupidez, ve una luz de esperanza cuando conoce por casualidad a Gyro Zeppeli y su extraña habilidad, una que puede poseer la capacidad de devolverle la movilidad a sus piernas. Así es como comienza la aventura, cuando ambos se inscriben en la carrera y se deciden a cruzar el continente juntos. Esta es la historia de cómo Johnny Joestar empezó a caminar. No solo físicamente, también en el sentido del espíritu.

Con una premisa como esa, quedé prendado desde el primer momento: una carrera a caballo, cruzando el continente americano de costa a costa, con dos protagonistas carismáticos de los que te enamoras desde el minuto uno. Es una propuesta muy llamativa y sugerente, y más conociendo al autor y sus extravagancias. Estaba claro que sería una de las mejores y más únicas aventuras que el medio puede ofrecer, y ahora os aseguro que no me equivocaba.

Esta nueva serie retoma elementos clásicos de la saga, especialmente de las tres primeras partes, publicadas entre los años 1987 y 1992. De hecho, con haber leído esa trilogía ya te puedes hacer una idea de lo que SBR es como obra individual; de "Phantom Blood" y "Battle Tendency" recupera la relación de maestro y aprendiz existente entre Joestar y Zeppeli, así como una versión alterna del arte marcial Hamon con la habilidad de las Bolas de Acero; por otro lado, el viaje presente en la séptima parte tiene muchísimas similitudes con el visto en "Stardust Crusaders", aunque creo que está mucho mejor llevado en la serie más contemporánea. 

Podemos considerar que "Steel Ball Run" es, básicamente, la versión de esas tres partes en el nuevo universo de Jojo's. En realidad, contiene los mejores elementos de todas las partes, casi como si fuera una especie de "Jojo's Greatest Hits"

Araki siempre ha dicho que su serie es "una oda a la humanidad", y eso es algo que queda todavía más claro desde los primeros compases de su séptima parte; es una obra donde todos los personajes lo dan todo por sobrevivir y salir adelante, sin importar aquello que tengan que sacrificar con tal de lograr sus metas. Es una característica que está patente en todos y cada uno de los personajes, secundarios o no. Está el claro ejemplo de Johnny Joestar y Gyro Zeppeli, pero tampoco podemos dejar de lado a gente como Diego "Dio" Brando, Sandman, Funny Valentine, Hot Pants o Wekapipo, incluso Mountain Tim

No es nada sencillo crear personajes que, aunque algunos posean un menor tiempo en pantalla del que deberían, sean tan verosímiles, creíbles y memorables. Muchos perdurarán en la memoria del lector un largo tiempo, y eso es encomiable en una obra que posee relativamente pocos volúmenes y, por lo tanto, menor espacio para desarrollar la historia. 

Hablando de verosimilitud, quisiera hacer especial hincapié en la relación de Gyro y Johnny, en la profundidad y complejidad que posee. Pocas veces he visto una obra que escriba tan bien la relación entre los dos protagonistas, y creo que eso ha sido posible al reducir tan drásticamente el roster de personajes principales. Si echamos una vista atrás a la época de "Stardust Crusaders", veremos como ninguno de sus protagonistas brillaba especialmente por su escritura, recayendo casi todo el interés en su personalidad y diseño, en su carisma única. Aquí, en SBR, el mangaka tiene libertad para dedicarle espacio tanto a la personalidad y el carisma como al desarrollo y complejidad de los personajes, para darle tiempo a esos pequeños momentos que marcan la diferencia, lo que claramente se ve reflejado en la profunda relación entre los dos protagonistas. 

Esta dinámica amistosa entre maestro y alumno se ve ampliamente reflejada en la multitud de combates que tienen lugar a lo largo y ancho de la serie. Los Stands, la personificación del alma del usuario que le pueden conferir una amplia variedad de habilidades, son retomados en este reinicio, pero al contrario que antaño, ahora poseen habilidades y técnicas mucho más concretas. Este enfoque permite que los combates, más que basarse en ver quién pega el mayor "Ora Ora Ora", se basen en el ingenio puro de los combatientes. 

Un spray de carne que puede curar heridas, un reloj que retrocede el tiempo unos pocos segundos, la capacidad de convertirse en dinosaurio, poder fabricar globos sabuesos e incluso una habilidad para convertir el suelo en un tablero de Hundir la Flota; ya os podéis imaginar que la cantidad de Stands únicos y originales es bastante alta, y los que conozcáis al autor ya podéis atestiguar la enorme creatividad que este posee. 

Pese a como suenan, todos estos Stands tienen limitaciones muy estrictas de lo que pueden y de lo que no pueden hacer, lo que convierte a estos combates en algo digno de ser leído al nunca saber por dónde te puede salir Hirohiko Araki.

Las partes de Jojo's suelen presentar una serie de enemigos bastante carismáticos, especialmente cuando hablamos del antagonista final de cada saga. SBR no es menos, y con su villano Funny Valentine explora la idea del patriotismo como pocas veces se ha visto en el cómic japonés. No dudo de que el autor ha realizado un estudio exhaustivo del tema y de la psicología que tiene detrás, pues la verdad es que es para quitarse el sombrero lo bien escrito que está el asunto.


Hasta la fecha, posiblemente sea el mejor trabajo de Araki en cuanto al apartado gráfico. Está muy bien ver las imágenes interiores de este manga en una pantalla, pero para entender a lo que me refiero creo que es necesario poseer físicamente algún volumen de la obra. Quiero decir, es en el papel impreso donde de verdad brilla el arte de Steel Ball Run, con todos sus detalles y esplendor en blanco y negro, sus dobles páginas, sus paisajes. 

Se sabe que este cambio en el dibujo clásico de la serie hacia uno más contemplativo viene dado gracias al paso de la misma a una revista mensual, que al poseer más cantidad de páginas permite al dibujante ser más detallado y crear paisajes grandes y creíbles. Es casi como ver fotografías de los Estados Unidos de la época, vaya. 

Jojo's Bizarre Adventure con su séptima parte demuestra que está lejos de estancarse. La serie aún tiene la capacidad de renovarse y refrescar sus ideas, pese a los años que tiene sobre sus hombros. Con todo el tiempo que he estado enfrascado leyéndola, me ha quedado claro que Steel Ball Run es uno de los mejores cómics que he leído, así, en general. Es una aventura que me ha dejado poso, que me ha marcado, que me ha dejado con las ganas de que no se termine nunca. Es una sensación que pocas veces he tenido con tebeo alguno, pero Hirohiko Araki lo ha logrado, y con creces...


"Creo que voy a rezar. Por un viaje seguro, por cruzar el atlántico y regresar a casa. "

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