Reseña de Jojo's Bizarre Adventure Part II: Battle Tendency, de Hirohiko Araki


La serie de Jojo's Bizarre Adventure a estas alturas no necesita presentación alguna, y menos en este blog, dónde ya os he hablado con anterioridad de algunas de las historias pertenecientes a la obra escrita y dibujada por Hirohiko Araki. Hace aproximadamente un mes os hablé del primero de los arcos argumentales que la conforman, titulado 'Phantom Blood'. Ahora, siguiendo un poco la misma línea, quisiera continuar esta serie de reseñas con 'Battle Tendency', la segunda historia de la franquicia de Jojo's.

Battle Tendency es uno de los arcos argumentales de Jojo's Bizarre Adventure más apreciados entre sus fanáticos y se ha convertido por ello en el momento de la serie en dónde más personas se han quedado prendadas de su magia. No cabe duda de qué gran parte del éxito para que esto sea así es que rompió con muchos de los elementos que caracterizaron a su predecesora, definiendo por el camino varios de los elementos más reconocibles que han perdurado hasta el día de hoy dentro de la ficción creada por Hirohiko Araki.


Esta parte se desarrolla en la década de 1930 y sigue la historia de Joseph Joestar, el nieto de Jonathan Joestar, el protagonista de la primera parte. Todo comienza cuando Joseph (también conocido como JoJo) se ve involucrado en una serie de eventos sobrenaturales relacionados con la Piedra Roja de Aja y los Hombres del Pilar, unos antiguos seres con habilidades sobrehumanas, creadores de la Máscara de Piedra que transformó a Dio Brando en un vampiro. El protagonista se alía con su amigo Caesar Zeppeli, el nieto del Barón Zeppeli, quien fue el maestro de Jonathan Joestar en la anterior parte. Juntos enfrentan la amenaza de estos Hombres del Pilar, incluyendo a Wham, AC/DC y Cars, en una batalla por la supervivencia y el destino de la humanidad. 

En muchos sentidos, Battle Tendency es continuista respecto a su predecesora. Sin embargo, cabe aclarar que este continuismo no implica falta de mejora respecto a Phantom Blood; de hecho, es todo lo contrario. Todo lo que allí se hacía medianamente bien se ve del todo potenciado con su secuela, y sus puntos más débiles se ven sustituidos por otros que han aguantado mucho mejor el inevitable paso del tiempo.


Lo primero que salta a la vista respecto a esos cambios que acabo de mencionar es el del renovado tono que se maneja dentro de la serie. En la anterior saga estaba presente un marcado estilo melodramático realmente pasado de vueltas que desentonaba mucho con las situaciones ridículas que tenían lugar en ella. Es algo que no a muchos les gustó, y por ello Hirohiko Araki se decidió por darle un nuevo aire y apostar por un tono más ligero y cómico que se prestara a situaciones aún más ridículas. Es un cambio que se antojaba necesario y que ha marcado un antes y un después dentro de la franquicia, definiendo a partir de ahí lo que a día de hoy es Jojo's Bizarre Adventure.

Joseph Joestar, el protagonista de este segundo ciclo argumental, es clara muestra de ello, de cómo el mangaka ha apostado por la acción a raudales y la comedia más absurda. Mientras que Jonathan era el típico héroe puro, incorruptible y honorable, Joseph es todo lo contrario; un patán irrespetuoso y maleducado que utiliza todo tipo de artimañas para derrotar a sus enemigos, que incluso no duda en burlarse de ellos si se da la ocasión. Es un protagonista verdaderamente rupturista tanto dentro como fuera de la franquicia, pues en pocas ocasiones hemos visto uno de esta índole dentro del género de peleas típicamente visto en la revista Jump. 


Para muchos lectores, Jonathan Joestar es un protagonista sosaina, aburrido y falto de interés por cumplir varios de los tropos y clichés típicos del héroe de la época. Joseph Joestar, por el contrario, es un chico divertido, despreocupado y tramposo que otorga una gran flexibilidad al autor de cara a desarrollar su historia. Él mismo ha comentado en entrevistas que en su momento se sintió algo limitado escribiendo a un protagonista tan puro como el de la primera parte, por lo que cambiar tan radicalmente de tercio en la personalidad de su segundo protagonista no fue fruto de ningún azar. 

La arrolladora personalidad de Joseph es algo que termina destacando mucho en los combates, que, por otra parte, son mucho más numerosos que en su primer arco argumental. El sistema de energía 'hamon' se sigue utilizando, pero en esta ocasión se apuesta más por el ingenio y los trucos orquestados por el propio JoJo, que además son parte clave de su personalidad, elemento que le convierte incluso en estos días en uno de los protagonistas más queridos de la serie. 


Este enfoque en los combates con giros totalmente alocados e impredecibles dota de un estilo y una frescura que francamente se echaban en falta en los números previos. Nunca sabes cuál será la próxima estrategia del protagonista ni con qué tontería saldrá para derrotar a sus rivales. Sus enrevesados planes de batalla son alocados a la par que inverosímiles, pues de un momento a otro puede colocar una red de granadas en la espalda del rival o sacar una ametralladora de la mismísima nada. Se espera del lector que pase por alto la inverosimilitud presente en todos y cada uno de los combates, pues cómo es evidente, la obra no se toma en serio a sí misma en ningún momento, contrariamente a lo que sí ocurría en la primera saga.

En cuanto a los personajes secundarios, también podemos apreciar varios de ellos que rompen con los cánones establecidos no solo dentro de la propia obra, sino también en el propio medio del cómic japonés. En este caso, se apuesta por personajes más carismáticos y útiles para la trama, centrándose a su vez en un grupo más reducido de ellos para evitar la proliferación de personajes poco memorables e inútiles como, por poner varios ejemplos, Straits y Tompetty, de la primera parte. 


Uno de los más importantes, puede que el que más, es Caesar Zeppeli. Es un personaje que cumple la función de compañero para el protagonista, un joven de su edad con el que comparte un vínculo originado por los abuelos de ambos. Imagino que la intención del mangaka era romper un poco con la relación de alumno y maestro que caracterizó el vínculo entre Jonathan y Zeppeli, acercando más la edad en sus descendientes y darle un tono más irreverente y juvenil a la relación. Creo que el autor hace un gran trabajo desarrollando a ambos personajes y el vínculo compartido entre ellos. Realmente logras empatizar mucho con ambos. 

Sin embargo, de todos estos personajes secundarios que pueblan las páginas de Battle Tendency, creo que Lisa Lisa, la maestra de JoJo y Caesar, es el más importante de todos ellos. Incluir a un personaje como ella en un shonen de los años ochenta es cuanto menos arriesgado, y todavía lo es más si tenemos en cuenta que es considerablemente más fuerte que el protagonista, cosa que no era para nada común en los personajes femeninos del resto de shonens, cuyo papel comúnmente era relegado al de ser un mero interés amoroso para el protagonista de turno. Con Erina Pendleton de la primera parte ya tuvimos un ejemplo de esto mismo. Esta voluntad de querer romper clichés demuestra una vez más lo rompedor que ha sido Hirohiko Araki con su obra desde hace décadas.

Cambiando un poco de tema, quisiera dedicarle unas líneas a la clara expansión de mundo que se hace en este segundo arco argumental, pues queda claro que la intención del artista era continuar con los temas tratados en Phantom Blood y las consecuencias de las acciones realizadas por el malvado Dio Brando. Con ello, se explora el verdadero origen de las máscaras de piedra y la intención original por la que fueron construidas, aportando un buen puñado de información relevante que hace crecer al universo de Jojo's. 

Se revela que dichas máscaras fueron creadas por los Hombres del Pilar, un misterioso grupo conformado por miembros de una antigua raza muy similares a figuras divinas de la antigüedad. Ellos son los grandes villanos a derrotar dentro de Battle Tendency, destacando sobre todo Cars, Wham y AC/DC. Pasando por alto las evidentes referencias musicales presentes en sus nombres, creo que son enemigos que han estado muy denostados injustamente por el público, que los tratan como los "peores" villanos de toda la saga.


Es que claro, obviamente no son ni Funny Valentine ni Yoshikage Kira, pero creo que este trío de villanos está muy bien caracterizado, poseyendo un carisma que nada tiene que envidiar al del resto de enemigos de la franquicia. El que más destaca de los tres es Wham, que a su vez se puede considerar el más humano y honorable. Es un antagonista al que incluso le puedes tener cierto cariño pasado todo su arco de personaje. 

Volviendo un poco a lo que anteriormente os desarrollaba sobre la expansión de mundo, creo que lo de ambientar esta obra en los años treinta es un gran acierto. Tal y como ya se hacía en Phantom Blood, aquí también tienen cierta relevancia los acontecimientos históricos del momento, pero lo que en su primera parte era la revolución industrial y personajes como Jack el Destripador, ahora se ha convertido en el ejército nazi. Claro, esto es algo que recuerda mucho a películas como Indiana Jones, y no dudo de que la inspiración de incluirlos vino precisamente por esa misma saga de películas.


Lo curioso de este hecho es que, lejos de ser los clásicos villanos secundarios de la historia, forman una alianza con los protagonistas en pos de derrotar a estos Hombres del Pilar. Para algunos, la decisión de poner a los nazis en el bando de los buenos es cuestionable, pero yo considero que es una muestra de la obsesión de Araki por romper con todo lo previamente establecido. Rudol Von Stroihem, el jefe de este batallón de nazis, es de hecho uno de los personajes más memorables y divertidos de la serie, cuya presencia incluso se ve reflejada en el combate final, por lo que su importancia dentro de la trama es innegable. Desde luego, este enfoque no lo encontrarás en otras series del estilo.

Hasta ahora os he hablado de casi todos los aspectos positivos que creo que tiene Battle Tendency en su haber. Desafortunadamente, no es oro todo lo que reluce, por lo que también tiene algunas aristas que convierten a este cómic en uno que está muy lejos de ser una obra maestra.


Creo que Hirohiko Araki peca de despistado y de poco planeador con sus guiones, y esto es algo admitido por él mismo en entrevistas. La cantidad de fallos de continuidad y errores en general que contienen sus historias está quizás en su punto de más alza con Battle Tendency, y no es raro que de un capítulo para otro el autor se contradiga respecto a algo ya establecido dentro del argumento, transmitiendo al lector una sensación de dejadez muy difícil de pasar por alto. 

Por otro lado, también falla la obra a la hora de explicar algunas estrategias dentro de los combates. En no pocas ocasiones se dedican viñetas enteras al puro texto con algún esquema de por medio únicamente para explicar alguna técnica de combate innecesariamente enrevesada. Yo estoy a favor de que, en lugar de explicarlo, que se enseñe directamente, aprovechando la capacidad visual de los tebeos. Vaya, que el mismo autor me da la razón con esto, pues en iteraciones modernas de la serie sí que se hace como yo explico.


En el dibujo sí que no tengo ningún tipo de quejas ni de críticas. Creo que el autor ha encontrado aquí una solidez en el acabado y una fuerza en los lápices que supera con creces a la de todos sus trabajos anteriores, marcando y definiendo el estilo único de Jojo's Bizarre Adventure por el que tanta fama ha ganado. Las poses extravagantes, las composiciones de viñeta más rompedoras, los ángulos de cámara cada vez más variados. Esos son algunos de los elementos que han hecho de Battle Tendency el primer pico de calidad dentro de la faceta artística y visual de la colección.

Jojo's Bizarre Adventure Part II: Battle Tendency es la primera muestra de que Hirohiko Araki es un autor de manga rupturista y rompedor que no tiene miedo de apostar por ideas originales que aporten frescura a sus historias. Es algo que ya vimos en el dramático cierre de Phantom Blood. Pero por si eso no fue suficiente, su secuela está aquí para reivindicar al creador como uno de los grandes genios del cómic nipón.

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