Reseña de Chainsaw Man (Tomos 1-3), de Tatsuki Fujimoto

Chainsaw Man forma parte de la renovación editorial de la revista Shonen Jump de Sueisha que ha estado teniendo lugar en años recientes como respuesta al cierre de varias de las series más populares y vendidas de la revista como, fueron (y son) Naruto de Masashi Kishimoto, Bleach de Tite Kubo, y tantas otras. 

El buque insignia de la revista es One Piece y según las palabras de su propio autor, Eiichiro Oda, se halla en su recta final como colección. Por tanto, se hace necesario comenzar nuevas obras que enganchen a un nuevo público, que primen calidad antes que cantidad, que sean colecciones considerablemente más cortas. 

En estos años, la misma Sueisha ha empezado a diversificar sus producciones gracias al fichaje de nuevas promesas y la llegada del entorno digital gracias a Manga Plus, una aplicación para leer mangas de la editorial de manera fácil, gratuita y totalmente legal. 

En esa misma aplicación es donde Tatsuki Fujimoto, el autor del que hoy hablamos, tuvo su debut con Fire Punch, una obra serializada en ocho volúmenes que ha servido para poner la atención mediática sobre dicho mangaka. Su popularidad a día de hoy es envidiable, y su calidad como historietista  no la pone nadie en duda. 

Chainsaw Man nos cuenta la historia de Denji, un joven de dieciséis años que malvive como cazador de demonios para saldar una importante deuda con la mafia que heredó de su difunto padre. Vive en una cabaña desastrada junto a Pochita, un demonio motosierra que hace a las veces de mascota y compañero de trabajo. Un fatídico día, el pobre Denji es traicionado por la mafia, que ya le considera innecesario y tratan de asesinarle.

Por desgracia para todos ellos, pacta con Pochita y se fusiona con su cuerpo, adquiriendo los poderes del demonio motosierra, mitad humano y mitad demonio. Tras masacrar y mutilar a sus antiguos jefes, Denji es captado por la jefa de la agencia pública de Devil Hunters y acaba accediendo a unirse a ellos a cambio de pan caliente y un hogar digno. 

Estamos ante un trabajo con acción desenfrenada que no duda en mostrar escenas sumamente violentas, que también tiene espacio para los momentos reflexivos sobre la pobreza, la búsqueda de una vida digna, las necesidades humanas y el deseo. 

Esquemáticamente, es muy similar a otras historias para adolescentes del país nipón, con su temática postapocalíptica y todo, pero lo cierto es que tiene un aroma y forma que la hacen diferenciarse de todas las demás para crear un estilo único que ha encandilado a millones de lectores a lo largo y ancho del mundo. Es una premisa simple que con cada capítulo parece adquirir una capa de profundidad más. 


Llama mucho la atención que el protagonista de la serie tenga sueños tan mundanos y simples en lugar de grandes aspiraciones típicas del personaje principal de una obra para adolescentes. Es parte de la magia de Fujimoto el desmarcarse tanto de las demás series de la revista. 

Es un hecho que se ve mucho más claro con los secundarios, que en la mayoría de ocasiones brillan más que el propio principal gracias a sus brillantes y estrambóticas personalidades, con unos diálogos e interacciones entre ellos que sin duda hacen eclipsar las demás cosas que tiene por ofrecer la obra. 

Una vez embarcado en la historia y disfrutando de tanta sensación de espontaneidad, descubres que su autor no se corta un pelo a la hora de cargarse a algunos de los personajes principales de la obra. Es algo muy parecido a lo visto en otros shonen recientes como "Ataque a los Titanes", series en donde la muerte se toma en serio y no hay ningún tipo de resurrección mágica para complacer a los lectores más acérrimos que no quieren dejar atrás a sus personajes favoritos a pesar de que la trama lo requiera.

Considero a Fujimoto un mangaka valiente que no teme lo que su público pueda opinar de sus historias, y eso, a mi parecer, le honra. 

Tampoco parece que se esté tomando un rumbo aleatorio con el guion de este manga, pues contrariamente a lo que podría pensar un lector acostumbrado a obras más largas, parece ser que Fujimoto tiene bien claro a dónde quiere ir con su historia y planta pistas aquí y allá de varios misterios en cuestión del protagonista y sus poderes. 


Lo que quizás podríamos achacarle a la obra es que posee un dibujo que no parece que esté del todo pulido. Al contrario que en otros trabajos que he visto del mismo autor, esta tiene un acabado que parece haberse hecho con prisas, con líneas irregulares en las personas y fondos con elementos muy poco detallados. 

Es como si a Fujimoto le costase adaptarse al ritmo endiablado de producción de la Weekly Shonen Jump  y estuviera haciendo todo el trabajo deprisa y corriendo para cumplir bien las fechas. Se agradecería que por lo menos tirase más de asistentes y gente que le ayude en cada episodio, por lo menos para tener un acabado visual más limpio y pulido.

Pese a este hándicap que tiene, lo cierto es que en escenas de acción es una colección que brilla con luz propia y entrega algo que apenas se ha visto en el mainstream japonés, un estilo de peleas que recuerdan mucho al de algunas historias occidentales con claro enfoque al gore y la violencia. 


Los seguidores de este blog seguro que sois amantes del cómic americano y que ese es el tipo de obras que más consumís. Si encajáis en ese perfil, os recomiendo encarecidamente darle un tiento a Chainsaw Man, que está apunto de terminar la publicación en tomos recopilatorios de su primera parte aquí, en nuestro país, de la mano de Norma Editorial

Lo bueno para todos los lectores de aquí es que hay varias opciones para disfrutar de la obra e incluso existe una edición traducida al catalán, (la que estoy leyendo yo) por lo que hay pocas excusas para denegarse a probar la serie. Hacedlo, que os sorprenderá.

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