Chainsaw Man forma parte de la renovación editorial de la revista Shonen Jump de Sueisha que ha estado teniendo lugar en años recientes como respuesta al cierre de varias de las series más populares y vendidas de la revista como, fueron (y son) Naruto de Masashi Kishimoto, Bleach de Tite Kubo, y tantas otras.
El buque insignia de la revista es One Piece y según las palabras de su propio autor, Eiichiro Oda, se halla en su recta final como colección. Por tanto, se hace necesario comenzar nuevas obras que enganchen a un nuevo público, que primen calidad antes que cantidad, que sean colecciones considerablemente más cortas.
En estos años, la misma Sueisha ha empezado a diversificar sus producciones gracias al fichaje de nuevas promesas y la llegada del entorno digital gracias a Manga Plus, una aplicación para leer mangas de la editorial de manera fácil, gratuita y totalmente legal.
En esa misma aplicación es donde Tatsuki Fujimoto, el autor del que hoy hablamos, tuvo su debut con Fire Punch, una obra serializada en ocho volúmenes que ha servido para poner la atención mediática sobre dicho mangaka. Su popularidad a día de hoy es envidiable, y su calidad como historietista no la pone nadie en duda.
Chainsaw Man nos cuenta la historia de Denji, un joven de dieciséis años que malvive como cazador de demonios para saldar una importante deuda con la mafia que heredó de su difunto padre. Vive en una cabaña desastrada junto a Pochita, un demonio motosierra que hace a las veces de mascota y compañero de trabajo. Un fatídico día, el pobre Denji es traicionado por la mafia, que ya le considera innecesario y tratan de asesinarle.
Por desgracia para todos ellos, pacta con Pochita y se fusiona con su cuerpo, adquiriendo los poderes del demonio motosierra, mitad humano y mitad demonio. Tras masacrar y mutilar a sus antiguos jefes, Denji es captado por la jefa de la agencia pública de Devil Hunters y acaba accediendo a unirse a ellos a cambio de pan caliente y un hogar digno.
Estamos ante un trabajo con acción desenfrenada que no duda en mostrar escenas sumamente violentas, que también tiene espacio para los momentos reflexivos sobre la pobreza, la búsqueda de una vida digna, las necesidades humanas y el deseo.
Esquemáticamente, es muy similar a otras historias para adolescentes del país nipón, con su temática postapocalíptica y todo, pero lo cierto es que tiene un aroma y forma que la hacen diferenciarse de todas las demás para crear un estilo único que ha encandilado a millones de lectores a lo largo y ancho del mundo. Es una premisa simple que con cada capítulo parece adquirir una capa de profundidad más.
Una vez embarcado en la historia y disfrutando de tanta sensación de espontaneidad, descubres que su autor no se corta un pelo a la hora de cargarse a algunos de los personajes principales de la obra. Es algo muy parecido a lo visto en otros shonen recientes como "Ataque a los Titanes", series en donde la muerte se toma en serio y no hay ningún tipo de resurrección mágica para complacer a los lectores más acérrimos que no quieren dejar atrás a sus personajes favoritos a pesar de que la trama lo requiera.
Considero a Fujimoto un mangaka valiente que no teme lo que su público pueda opinar de sus historias, y eso, a mi parecer, le honra.
Tampoco parece que se esté tomando un rumbo aleatorio con el guion de este manga, pues contrariamente a lo que podría pensar un lector acostumbrado a obras más largas, parece ser que Fujimoto tiene bien claro a dónde quiere ir con su historia y planta pistas aquí y allá de varios misterios en cuestión del protagonista y sus poderes.
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