Brian Michael Bendis fue el guionista estrella de Los Vengadores durante gran parte del siglo XXI. Su labor comenzó en Vengadores Desunidos, un importante cruce que marcó un nuevo camino para el equipo de los Héroes más Poderosos de la Tierra y que le siguió una serie de innumerables eventos que dieron forma al Universo Marvel durante más de siete años, convirtiéndose así en uno de los guionistas más importantes de la editorial.
Por muy criticado que sea por parte de lectores veteranos, no cabe duda de que Bendis ha sido uno de los escritores clave en la historia de Marvel, cuya estela es difícilmente comparable a la de otros guionistas de este nuevo siglo. Con el relanzamiento de Marvel NOW! en 2013, Brian Michael Bendis abandonó la serie para explorar nuevos horizontes en la Casa de las Ideas, dejando paso a otro guionista: Jonathan Hickman.
Estoy francamente seguro de que todos conocéis a este escritor y la importancia que ha tenido estos últimos quince años dentro del mundo del cómic estadounidense, pues es el autor de varias de las historias modernas más aclamadas dentro del mundo de los superhéroes.
En este mismo espacio hemos hablado varias veces de sus obras más recientes, de cómo sus guiones han marcado para siempre cada cabecera de la que se hace cargo: Los 4 Fantásticos, Patrulla-X (y su excelentísima Dinastía de X / Potencias de X), Guerreros Secretos, o la que nos corresponde reseñar hoy; su etapa en Vengadores.
Es un guionista caracterizado por su trabajo en construcción de historias a largo plazo, uno de arquitectura y coordinación entre historias que le convierte en uno de los escritores de superhéroes con tramas más complejas y trabajadas del panorama actual.
Con su llegada a las colecciones vengadoras, trajo tras de sí una marabunta de conceptos e ideas que irían mucho más allá del legado que Brian Michael Bendis dejó, aún aprovechando varios de los conceptos presentados por este.
El guionista de Ohio se caracterizó por escribir historias terrenales de corte más callejero y urbano, pero Hickman no quiso reutilizar ese estilo de historias; él prefirió orquestar algo más ambicioso y complejo, mucho más cercano a la Ciencia Ficción y a la épica espacial; un grupo de superhéroes mucho más grande que se enfrenta a situaciones mucho más grandes. Jonathan Hickman heredó las dos cabeceras más importantes de la etapa inmediatamente anterior a la suya: Los Vengadores y Los Nuevos Vengadores.
Esta colección de Marvel Deluxe recopila los números de ambas series ordenados de forma cronológica, es decir; tanto una serie como la otra son importantes a la hora de entender el cómputo global, pues todo forma parte de una gran historia río que desembocará en el famosísimo crossover de Secret Wars (2015) con el que el autor terminó su etapa.
En un inicio, la propuesta de ambas colecciones es radicalmente diferente entre sí, pero mediante sutiles detalles vemos que ambas historias están muy conectadas entre si y forman parte de algo común.
En la colección de Nuevos Vengadores, Hickman recupera uno de los conceptos más interesantes de la etapa de Bendis: los Illuminati, una organización secreta formada por varias de las cabezas pensantes de la comunidad superhumana del Universo Marvel. Sus miembros son Tony Stark, Namor, Pantera Negra, Reed Richards, Rayo Negro, Doctor Extraño y, a falta de Charles Xavier por su reciente muerte en el evento de Vengadores contra Patrulla-X, le sustituye la Bestia.
Como veis, es una cábala conformada por grandes líderes del mundo superheroico que toman las decisiones difíciles en la sombra y que han dado mucho de que hablar en la segunda mitad de la primera década de siglo. En esta nueva etapa les veremos tomar decisiones que nunca antes pensamos que tomarían, pues se enfrentan al fin inminente de todo aquello que existe. ¿Habéis escuchado hablar alguna vez... de las incursiones?
Todo muere. El multiverso entero está en peligro, y el planeta Tierra de todas las dimensiones está en el centro de todo. Las tierras colisionan en una crisis de escala multiversal; literalmente, es una crisis en tierras infinitas. Para salvar todo aquello que aman, los héroes de esta asamblea toman una serie de decisiones tan sumamente difíciles y complicadas que ponen a prueba todo aquello por lo que han luchado en el pasado.
El Capitán América es el único miembro de la cábala que considera que hay líneas que jamás deben cruzarse, que ni siquiera se debería plantear un héroe, el destruir otro universo para salvar el propio, anteponiendo la integridad moral al pensamiento frío de sus compañeros.
Esto lleva a un conflicto ideológico que sin duda explotará mucho más adelante, rememorando ciertos roces de los últimos años. Lo cierto es que en ambas partes se puede atestiguar parte de razón. La perspectiva integrista del Capi es perfectamente razonable, tanto que en cualquier otra situación sería la decisión más acertada; por el contrario, el resto de Illuminati consideran que, muy a su pesar, hay ciertas cosas que deben hacerse en una situación tan catastrófica como ésta.
"Quebranta la esperanza, aplasta lo que hace que seamos decentes y roba el poco honor que queda. No tienes ni idea de lo que viene."
La gran idea fue la expansión, y comenzó con dos hombres. Uno era vida. El otro, muerte. La cabecera de los Vengadores estrenó la etapa de Jonathan Hickman con una considerable ampliación de miembros que llega casi a la veintena, con algunas incorporaciones importantes del mundillo mutante y asociados. Capitán América y Tony Stark, Lobezno, Spiderman, Capitana Marvel y Spiderwoman -los miembros más típicos del equipo-, Mancha Solar, Bala de Cañón y Pegadora -incorporaciones de la franquicia de X-Men- o seres de tanto poder como Hiperión, Shang-Chi, Capitana Universo o Distribuidor -personajes de todos los rincones del Universo Marvel-.
Es una aleación de personajes enorme, algo poco visto con anterioridad en la cabecera. El tipo de amenazas al que se enfrentan lo requiere, pues enemigos y amenazas cósmicas como Ex-Nihilo y Àlef necesitan, precisamente, de mucha más escala de poder para ser enfrentadas.
La serie se estrena con un arco argumental que bien puede recordar al famosísimo Giant-Size X-Men (1975) con el que la vieja Patrulla-X dio paso a la nueva y diferente Patrulla-X. En esta misma historia se plantan las semillas (aunque no lo parezca) de gran parte de lo que acontecerá en el resto de volúmenes
Por el momento, los episodios consiguientes profundizan en las historias de cada uno de los integrantes menos conocidos del nuevo equipo: Hiperión, Pegadora y la Capitana Universo. Ya veis que la cosa avanza a ritmo pausado, pero la serie no tardará mucho más en coger ritmo y explotar...
Como os he dicho antes, los números de ambas colecciones están colocados cronológicamente dentro de estos volúmenes. Primero hay tres números de Nuevos Vengadores que sirven como introducción; luego, otros tres de Los Vengadores, etc.
Desde el primer cambio de colección, se da a entender que ambas series están narrativamente conectadas entre sí, por lo que es esencial seguir este orden establecido. No es algo que su autor haya dejado para más adelante, si no que se deja claro desde las primeras páginas, en un panel del que no os diré nada por no destriparos la sorpresa.
De todas formas, es cierto que hay conexiones menos sutiles entre ambas cabeceras; hablo, ni más ni menos, del paralelismo temático que hay entre ellas. En Nuevos Vengadores se nos habla de la muerte, del inminente fin de todo. En Vengadores, por el contrario, se hace especial hincapié en el origen de todo, de la vida.
Pese a compartir autor, ambas colecciones mantienen dibujantes bien diferenciados entre sí: Steve Epting es el encargado de dibujar la de Nuevos Vengadores; Jerome Opeña y Adam Kubert son los encargados de la otra colección.
Steve Epting es un viejo conocido en la Casa de las Ideas, pues su participación en etapas como el Capitán América de Ed Brubaker garantiza un estándar de calidad en cada colección que toca; especialmente cuando la serie trata de temas tan serios que requieren un tono más oscuro y realista.
Jerome Opeña, por el contrario, me da la sensación de que era alguien menos conocido antes de ilustrar los guiones de Jonathan Hickman para esta colección, pero tampoco cabe ninguna duda de que es un dibujante excepcional, especialmente con ese coloreado tan característico de Dean White. De Adam Kubert no puedo decir muchas bondades, pues no es que encontremos aquí su mejor trabajo; a decir verdad, es el que peor sale parado en comparación a sus compañeros.
Resumiendo: estamos ante una etapa larga, densa y compleja, que no tiene miedo en introducir conceptos y personajes totalmente nuevos y originales. Puede que este inicio resulte excesivo para alguien que ha leído poco cómic de superhéroes, pero si ya llevas un tiempo en el ruedo o te gusta mucho la ciencia ficción no dudes ni un momento en comenzar esta fantástica colección.
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