Reseña Marvel Now! Deluxe. Los Vengadores de Jonathan Hickman 2: El Último Evento Blanco


En 1985 Marvel cumplía 25 años y Jim Shooter, el editor en jefe, preparó una celebración por todo lo alto. Por aquellos años, DC Comics estaba ganando terreno a la Casa de las Ideas tras el reinicio editorial que supusieron las Crisis en Tierras Infinitas, y Shooter debía intentar cuánto fuera para recuperar terreno. Su máxima apuesta fue el Nuevo Universo, una ambiciosa línea editorial que trataría de poner a los superhéroes en un entorno mucho más realista y verosímil que el visto hasta ahora en los cómics de la compañía, muy lejos de elementos tan propios de los superhéroes como la supertecnología, los panteones místicos, la hechicería o las tribus ocultas y fantasiosas. Constaría de varias series que avanzaban a tiempo real; es decir, por cada número pasaba un mes dentro de la historia, dejando de lado el concepto de crear historias infinitas cuyo avance en el tiempo parecía nulo mes tras mes. Con el tiempo, dicho proyecto fracasaría, pues ahora resulta obvio que no es tarea sencilla sustituir a los personajes clásicos del 616, y con el despido de Shooter en 1989 la cosa se hizo todavía más insostenible. 

Jonathan Hickman es un escritor que ama reutilizar conceptos pasados, por muy desfasados que muchos puedan parecer a día de hoy. Tanto es así que, para sorpresa de cualquier lector, reaprovecha los conceptos que presentó el propio Jim Shooter más de veinte años antes para su gran epopeya vengadora y lo convierte en la excusa perfecta para traer a nuevos héroes auspiciados por la historia pasada de la editorial. El Evento Blanco es eso, un mecanismo que elige a varios seres vivos de un planeta y los convierte en superseres capaces de protegerlo o destruirlo, tras un haz de luz que lo ciega todo. Es un concepto que es reutilizado del Nuevo Universo, pero aquí se le da una nueva capa de comprensión al ligarlo con todo el trasfondo de los Constructores. 


Nuevas versiones reinventadas de héroes del Nuevo Universo son introducidos en los primeros números de este volumen: Marca Estelar y Máscara Nocturna. El segundo ya fue presentado brevemente en las páginas finales del anterior número, pero el primero, en cambio, tiene todo su origen aquí. Kevin Connor es un joven estudiante de universidad con un historial impecable; nada demasiado destacado o anormal, salvo que es el sujeto señalado para portar la Marca Estelar y con ello conseguir un poder más allá de la comprensión humana. ¡Tal es su poder, que puede enviar a Hulk al espacio con tan solo un pequeño rayo! 

Resulta evidente que estos dos nuevos héroes son solo dos piezas más en el tablero de ajedrez gigante que está preparando Jonathan Hickman para desarrollar su etapa y no dudo de que en un futuro presumiblemente cercano serán más utilizados ambos personajes, pues su participación en este tomo, si bien no se puede considerar anecdótica, tampoco es masiva, por así decirlo. Son dos individuos que generan el suficiente interés como para querer ver más de ellos en acción. 


El segundo volumen de la etapa de Hickman presenta once números de la cabecera estándar de Vengadores, dejando de lado a Nuevos Vengadores en casi todo momento, exceptuando su séptimo episodio. Centrarse tanto en una de las dos series permite ver más a fondo el avance que tienen por sí solas y ver la dinámica general que poseen sus historias; por ejemplo, en gran parte de estos números vemos aventuras alrededor del planeta con varios miembros del equipo subdivididos, encargados de misiones variopintas  que funcionan a las veces para dar tiempo a la historia principal de cocerse a fuego lento. Es un enfoque que permite contar varias tramas diferenciadas entre sí y a la vez en múltiples rincones del Universo Marvel que, al contrario de lo que podría parecer, no son relleno hecho para alargar la etapa; creer eso es no conocer del todo a este autor, uno acostumbrado a hacer etapas largas y lentas cuyas tramas encajan del todo mucho más adelante. 

En este conjunto de historias hay un breve arco argumental de dos episodios en el que se desarrolla más en profundidad la amistad entre Thor e Hiperión mientras cuidan de los niños mutados que nacieron en la Tierra Salvaje, en uno de los escenarios donde estalló la Bomba Origen. Es una relación del todo inesperada, pero que tiene todo el sentido del mundo dentro de la narrativa interna de la serie, especialmente cuando ambos disfrutan tanto de enseñar a los niños a ser humanos y a no perderse en la inmensidad del mundo. Otra cosa muy destacable de este arco, (aunque en menor medida) es la participación de un desdibujado Spiderman que actúa como un verdadero imbécil con sus compañeros. Puede parecer un fallo, pero lo cierto es que en realidad no lo es, pues ese no es el verdadero Peter Parker; es Otto Octavius, el Spiderman Superior. Lo que parecía un error de caracterización se convierte en todo un detalle a tener en cuenta. 


Hay un episodio de casino en dónde vemos a Shang-Chi brillar por encima de todos, en una secuencia de combate al más puro estilo de las películas de artes marciales. Es una historia que cambia radicalmente el tono y estilo de la serie momentáneamente a favor de introducir elementos de espionaje internacional que sirven para, además de hacer brillar a otra subdivisión de los héroes más poderosos de la Tierra, plantar las semillas de lo que se presume será una guerra mayor contra la isla-nación de IMA. Comparado a lo que ocurre en la trama principal parece una pequeñez, pero estoy seguro de que a futuro será algo sumamente relevante que pondrá de cabeza a los Vengadores. 

La última historia que protagoniza una subsección del equipo es una que involucra a Canadá y Omega Flight, una variante moderna del equipo original de Alpha Flight. El nuevo equipo canadiense ha sido asesinado brutalmente en uno de los escenarios de la bomba origen, por lo que el Departamento H y SHIELD acuerdan con los Vengadores explorar la zona. Lo que encuentran allí, sin embargo, es tan difícil de comprender que ni los mismos personajes (y menos el lector) terminan de entenderlo. Es muy complicado describirlo, pero vamos, que seguro que Hickman tiene algo planeado que nos hará decir "¡Ahora todo encaja!", cuando sea el momento. 


Lo cierto es que en 2013 tendría lugar un evento dirigido por el propio Jonathan Hickman que involucraría sus dos colecciones vengadoras y a Thanos como el principal enemigo a batir a raíz de su popularidad tras la escena postcréditos que protagonizó en la primera película de The Avengers. Los últimos cinco episodios del tomo (incluido el único número de Nuevos Vengadores) sirven como preludio para preparar el terreno de cara a dicho evento, sacudiendo y encauzando los acontecimientos poco a poco. La guerra fría entre Atlantis y Wakanda se recrudece y la misteriosa máquina de los Inhumanos consigue sus últimos ajustes. Una señal electromagnética fastidia cada pocos minutos toda la electrónica del planeta en una situación catastrófica y confusa que se va aclarando al pasar de los episodios. Una misteriosa máquina nacida del hábitat que IMA ocultó nace y termina destrozando con violencia las filas de los Vengadores.

Son unos números que logran dar la impresión de que varias de las historias que hasta ahora se han estado desarrollando en paralelo se están encauzando a un punto común en el que todo explotará, y nada volverá a ser como antes. Lo cierto es que en estas historias tenemos algunos de los mejores dibujantes del tomo, como lo son Stefano Caselli y Marco Chechetto, dos grandes estrellas italianas que en los últimos años han brillado con luz propia en algunos de los mejores cómics Marvel de la última década. 


Si algo le queda claro a uno tras leer este volumen es que Jonathan Hickman es un apasionado de la continuidad y un narrador de gran nivel al que debes prestar muchísima atención para no perderte ni un detalle de sus historias. He visto a mucha gente espantada con este estilo narrativo, personas a las que no les encaja del todo; yo aconsejo que, si ese es vuestro caso, le deis un reposo y volved más adelante a intentarlo, pues vale la pena el esfuerzo para disfrutar de una de las mejores etapas de superhéroes de todo el siglo XXI. Yo no puedo parar de recomendar encarecidamente esta colección. 

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