La saga de Fénix Oscura es uno de los arcos argumentales más importantes e influyentes dentro de la franquicia de X-Men, ideado originalmente por la dupla formada por Chris Claremont y John Byrne en la colección de la Imposible Patrulla-X. Es una saga que ha sido homenajeada mil y una veces a lo largo de la historia del cómic estadounidense, en especial dentro de la franquicia mutante.
Siendo una saga tan popular y querida para los aficionados al cómic, Grant Morrison, el autor encargado de escribir la cabecera de New X-Men (etapa aquí reseñada), quiso contar su propia versión de la saga del Fénix como parte del cierre de su etapa. Fue un homenaje que llevó a Jean Grey de vuelta a la tumba de la que jamás debió salir, con un sacrificio final que la dejó en el podio de mejores personajes de la serie.
Hasta aquí todo bien. Jean murió por el bien de todos, como una verdadera superheroína y una auténtica Mujer-X. Un cierre casi perfecto, pero... Tuvo que venir Greg Pak, autor conocido por obras como Planeta Hulk, a escribir otro "cierre" para Jean y la Fuerza Fénix. Sacarla de nuevo de la tumba con el cadáver todavía caliente, de nuevo para rizar el rizo, en una miniserie de tan solo cinco números ambientada (más o menos) después de los dos primeros arcos de los Astonishing X-Men de Joss Whedon, compartiendo incluso el casting de personajes. Al dibujo (y para hacer todavía más nociva la propuesta) se encuentra Greg Land, un polémico artista de tebeos conocido por su dibujo de tintes "fotorrealistas". ¿Qué os parece?
No hace falta que lo mencione explícitamente, pero aun así me quiero explicar. Todo este rollito de la Fuerza Fénix, esto de las mil y una resurrecciones de Jean Grey, me tiene muy harto. Prácticamente, nunca se logra aportar algo nuevo que sea mínimamente interesante cuando se recurre a la vieja saga del Fénix. Suele ser un recurso facilón para sacarse historias de la manga con el factor nostalgia de por medio. Para colmo de males está la poca confianza que transmite el equipo creativo encargado de esta miniserie. Land me parece una patata como dibujante y (especialmente) como narrador de tebeos, mientras que Pak es un escritor poco acostumbrado a los mutantes que apenas tiene trabajos dentro de la franquicia. Yo pensaba que la serie tenía mala pinta; era peor de lo que yo mismo me imaginaba...
La historia, como he dicho un par de párrafos más arriba, ocurre entre el segundo y tercer tomo de Astonishing X-Men, de ahí el título de la edición española. A lo que iba: la Fuerza Fénix ha sido resucitada antes de tiempo. ¿Los responsables? Una banda Shi-Ar temerosa del poder de Fénix, que la ha resucitado con la intención de derrotarla cuándo más débil está. Las cosas (obviamente) se salen de madre, por lo que Fénix busca su nuevo huésped entre los mutantes de la tierra, son sin antes desenterrar no uno, ni dos, sino que tres muertos... ¿Acaso era esto necesario?
Tres muertes de la etapa anterior mancilladas. Tres momentos que Greg Land decidió no respetar por el bien de su miniserie, reciclando de mala manera conceptos que Morrison plantó en su revolucionaria etapa. Quentin Quire, Sophie (la de las Hermanas Cucos) y la propia Jean /Fénix. Esas son las tres víctimas que (literalmente) desentierran del cementerio, únicamente para escribir esta chorrada de historia que poco tiene que aportar al resto de la franquicia.
Es un guion insulso, alargado, empeñado en echar por tierra algunos de los mejores momentos que nos dejó Morrison con su Patrulla-X. Desdibuja totalmente (y nunca mejor dicho, con ese dibujante) el personaje de Quentin Quire para convertirlo en un simplón romántico obsesionado con su amor de adolescente. Quire no es eso, joder. No veo la necesidad de ponerle en situaciones tan ridículas, como cuando carga el cadáver de Sophie mientras le habla como si fuera su novia. Es algo aborrecible, de muy mal gusto; Greg Land no sabe utilizar los juguetes de Grant Morrison. Están a años luz de parecerse.
No solo es malo con ganas, también es un coñazo de lectura. Los diálogos son realmente sosos, sin gracia alguna. No hacen ni el amago de ser mínimamente interesantes. Están muy lejos del nivel alcanzado por los demás guionistas de la época. Joss Whedon, por ejemplo, trabaja muchísimo mejor las dinámicas de este equipo y las interacciones entre ellos. Habiendo tan buenas opciones, ¿Por qué escogieron a Greg Pak para escribir esta miniserie? Es más, ¿Cuál es la razón de ser de esta miniserie?
Los dibujos... Madre mía los dibujos. A decir verdad, yo no suelo ser muy exigente con el nivel artístico o estético de cada tebeo; sin embargo, lo de Greg Land en este tomo sobrepasa cualquier tipo de barrera. Cuando un autor es laureado por su estilo realista, uno esperaría un tebeo visualmente inmersivo y trabajado. Greg Land no hace ninguna de ambas cosas.
Es un dibujo feo, plano, lleno de perspectivas extrañas y posturas poco creíbles, especialmente en personajes femeninos, que son los más afectados por el horror de este dibujante. Se supone que las mujeres tienen un papel central en esta historia, pues las protagonistas (sin contar a Cíclope) son Jean Grey y Emma Frost, pero Greg Land ayuda a corromper la imagen de ambas debido a su forma de representarlas. Desde luego que no es un dibujante que esté a la altura de otros de la misma época como John Cassaday, Olivier Coipel o el mismísimo Frank Quitely; pero vamos, ni de lejos.
A la conclusión a la que quiero llegar es que no, no vale para nada la pena La canción final de Fénix. Es una forma de seguir estirando el chicle gastado de la Fuerza Fénix, algo aburrido y poco imaginativo, con un equipo creativo que, al menos en este trabajo, no está para nada lucido. La caracterización de personajes no ayuda nada, y ni siquiera la historia es entretenida de leer. Me ha costado mucho seguir leyéndola.
De momento, no parece que Panini vaya a reeditar esto, pero os recomiendo que ni os acerquéis cuando lo hagan en un Must-Have o lo que sea. No vale nada.
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