Reseña de Superman: El Hombre de Acero de John Byrne 1



La llegada de John Byrne a DC Comics se produce en un momento de cambio y transición editorial, una época en que la compañía no estaba pasando por su mejor momento financiero; No por la baja calidad de sus publicaciones, ya que en aquellos años ochenta se estaban poniendo a la venta las historias de grandes autores tales como Frank Miller con su universo de Batman, Alan Moore con su Cosa del Pantano o Marv Wolfman con sus Nuevos Titanes. La verdadera razón por la que DC se movía en tan bajas ventas es que a gran parte del público ya no le interesaban esos personajes tan anticuados de la editorial. Eran vistos como antiguallas, ampliamente superados por personajes de las otras editoriales. La solución a la problemática tuvo como nombre Crisis en Tierras Infinitas

Crisis en Tierras Infinitas fue un mega-evento con el cual DC esperaba reiniciar y renovar para los nuevos tiempos a varios de sus personajes más emblemáticos de su línea de superhéroes. De entre ellos, obviamente uno era Superman; y fue un John Byrne pletórico quién se hizo cargo de actualizar al Hombre de Acero a mediados de aquellos años ochenta, después de cosechar éxitos en la competencia con series como The Uncanny X-Men o Alpha Flight. Puede que a día de hoy estemos más que familiarizados con los reinicios (especialmente por parte de esta Casa), pero durante aquellos años esto era algo realmente innovador y riesgoso, pues nunca antes se había hecho nada similar. 


Realmente, John Byrne no necesita ningún tipo de presentación. Durante los años ochenta fue uno de los autores de cómic estadounidense más aclamados por el público, por lo que fácilmente se le hizo encargado de algunas de las colecciones más populares de la época, algunas que a día de hoy siguen dando de que hablar: Sus 4 Fantásticos, su Hulka, la Patrulla-X de Claremont, su Alpha Flight, su Capitán América... 

Sin embargo, es cierto que el pináculo de su carrera no lo encontramos, sino hasta su Superman, ya convertido en el máximo encargado de reiniciar no solo la colección, sino que también al personaje en su totalidad. Para ello, se sirvió de una miniserie (un formato de publicación cada vez más en auge) de seis números en la que se nos recontaría la historia de Superman desde la destrucción del planeta Krypton hasta su adopción en la tierra y la creación de su traje superheroico; cómo conoció a los del Daily Planet y, además, su primer encuentro con Batman. Fue una serie limitada que sirvió para contar el origen definitivo y más moderno del personaje, o al menos así lo era en el momento. 


Este volumen contiene los primeros episodios de John Byrne como autor completo tanto de Superman como de la colección de Action Comics, el re-origen de The Man of Steel y, como añadido, la miniserie de World of Krypton que Byrne llevó a cabo con Mike Mignola (Hellboy). Además, también se incluye la serie regular de The Adventures of Superman, escrita por Marv Wolfman y dibujada por Jerry Ordway, que era una colección que poco tenía que ver con todo lo que Byrne planteaba en sus series, era algo más aparte. Todo esto a largo de más de 570 páginas en una tapa dura mucho más manejable que en otros formatos del mercado. Eso sí, esta comodidad se consigue a costa de reducir el tamaño del libro respecto al tamaño estándar del comic-book americano. A mí en lo personal no me resulta un mayor problema, pues es realmente cómodo a la hora de leer, pero soy plenamente consciente de que a la mayoría no le suele gustar esta manía de ECC. 

Aquí Byrne plantea un Superman optimista, alegre, idealista, fuertemente inspirado en la adaptación a la gran pantalla que Richard Donner realizó muchos años atrás. Su identidad secreta como Clark Kent, al contrario que en anteriores iteraciones del personaje, dejó de ser tímido y apocado, pasando a tomar la iniciativa en muchas situaciones,  demostrando cierto grado de picaresca para con su compañera Lois Lane. Esta caracterización del personaje es el espejo en el que (casi) todos los escritores se miran a la hora de desarrollar historias del personaje, y eso es un logro suficiente como para tenerlo en cuenta. 


Más allá de eso, quizás dos de las propuestas más interesantes que ocupan unas cuantas páginas en esta primera parte de la colección son, respectivamente y sin lugar a dudas, Action Comics y World of Krypton. En la primera, Byrne aprovecha para convertir la cabecera que vio nacer a Superman en una suerte de "Superman Team-Up", que servía para construir historias en episodios autoconclusivos en los que el Hombre de Acero hace equipo con varios de los personajes del universo DC: El Fantasma Errante, Demon, los Jóvenes Titanes, o los Nuevos Dioses, personajes recuperados de la famosa obra de Jack Kirby... Mientras, en la serie limitada de World of Krypton se nos narra gran parte de la historia del planeta Krypton, que, como sabéis, es el lugar de origen de nuestro querido Kal-El. 

La de Marv Wolfman y Jerry Ordway, en cambio, es la colección menos entretenida de todas;  después de todo, es la única que no tiene la mente de Byrne detrás, cosa que se aprovecha para introducir historias de corte más político, con un dibujo que si bien no es malo, desluce mucho por estar lado a lado con el de Byrne. Además, es la única serie regular de esta etapa que mantiene una historia durante varios episodios (lo que se dice una saga, vamos), por lo que suelen ser las partes más tediosas de leer por la longitud de las historias. 


Creedme cuando os digo lo mucho que vale la pena como mínimo leer este volumen en su totalidad, pues su relevancia histórica dentro del cómic estadounidense es totalmente innegable. John Byrne es, pese a sus vicios como autor, uno de los más grandes dibujantes de la historia de los tebeos, por lo que no resulta sorprendente que su etapa frente a Superman sea tan apreciada y querida por los lectores.

He aquí la esencia de los últimos 35 años del personaje, la etapa que redefinió al mayor superhéroe de todos los tiempos. ¿Es realmente necesario que diga yo si vale la pena leer esto?

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