Reseña de Robin y Batman, de Jeff Lemire y Dustin Nguyen

Probablemente, en el mundo del cómic no existe sidekick más icónico y querido que Robin, el clásico personaje que lleva acompañando a Batman en sus aventuras desde hace más de 80 años. Aunque muchos personajes han ocupado el manto de Robin en todo estos años, es Dick Grayson el más famoso y popular de entre todos ellos. Fue un personaje concebido por Bill Finger y Bob Kane (los creadores originales de Batman) para atraer a un público todavía más juvenil a las historias de Detective Comics, siendo un personaje más colorido y alegre, personalidad que contrastaba con la del murciélago, que era más sombría. Ya sabéis, fue presentado cuando sus padres trapecistas murieron a manos de la mafia 

Jeff Lemire y Dustin Nguyen han formado un tándem ideal para recontar y volver a narrar los primeros días de Dick Grayson como "El Chico Maravilla", creando una especie de 'Robin: Año Uno' adaptado a los nuevos tiempos, en una miniserie de tres números que está recopilada íntegramente en este libro de tapa dura. Un Robin con el recuerdo aún muy fresco de la muerte de sus padres, luchando por no caer en el abismo y volverse un segundo Batman. En medio de este drama conocerá sus futuros compañeros en los Nuevos Titanes, así como a la Liga de la Justicia en su atalaya  

Se profundiza mucho en la relación paternofilíal entre Bruce Wayne y Dick Grayson, así como los conflictos que hay entre estos dos. Eso causa una especie de conflicto constante con Alfred, que opina que Dick debería ser criado con más comprensión para mantener su infancia a salvo, mientras que Bruce quiere transformarlo en un "soldado" a su mando para con su cruzada contra el crimen, a costa de la salud mental del niño. Dick también discute mucho con su nueva figura paterna, ya que este considera que aún no está preparado para salir a las calles como justiciero enmascarado, contrariando los deseos del ahijado. En estas discusiones suele ser Alfred el que aporta la voz de la razón, sirviendo como mediador entre padre e hijo y funcionando como algo parecido a una figura materna. 

El plantel de personajes no se reduce tan solo a la batfamilia. Sí, están los Nuevos Titanes y la JLA, pero sus aportaciones a la trama principal son más bien anecdóticas: el verdadero personaje secundario más destacado fuera de la familia es Waylon Jones, el hombre réptil más conocido como Killer Croc. Es el antagonista de la historia y funciona como contrapunto de Robin, sobre todo después del nuevo origen que le ha dado Jeff Lemire al personaje para esta miniserie, ya que tanto Robin como Croc pertenecieron al mismo circo de Gotham años atrás: Dick como uno de los queridos y famosos Grayson Voladores, mientras que Waylon era tan solo un monstruo condenado a ser un mero entretenimiento atrapado tras un cristal, sufriendo todo tipo de maltratos como animal de circo. 

Es un guion muy fácil de entender y descifrar, independientemente de tu bagaje como lector de cómics: casi todos podemos identificarnos fácilmente con este tipo de conflictos paternos, sin importar nuestra edad o situación, además de que el personaje de Batman ha estado siempre muy ligado a este tipo de historias con sus diferentes Robin. En gran medida, esta identificación emocional se ve respaldada por la narrativa visual del dibujante Dustin Nguyen, que le da cierto toque onírico a la obra, como si estuviéramos viajando al pasado en sueños; especialmente con esos colores similares a los de la pintura en acuarela, que varían en su tonalidad de oscuro a claro dependiendo del momento y del lugar en el que se encuentre el protagonista. 

Así que, la cuestión es: ¿Recomiendo este tebeo? Sin lugar a dudas, ¡sí! A pesar de lo caro que se hacen esos veinte euros por 130 páginas, debo decir que es un cómic altamente recomendable. No solo puedes comprarlo para ti, como lector, sino que también puede ser una gran idea como regalo a algún ser querido; especialmente en estas fechas. 

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