Mini-Reseña de El Asombroso Spiderman 1 de Zeb Wells y John Romita Jr.

Cuánto tiempo hemos estado sin un nuevo número 1 de Spiderman, ¿Verdad? La última vez fue cuando Nick Spencer se puso al mando de la serie, hace ya unos cuatro años. El desinterés generado en mí por esa etapa fue tan grande que abandoné la cabecera inmediatamente después de leer el primer tomo. 

Todo eso no importa ahora. Esa etapa ha llegado a su fin, y, tras un pequeño receso con la saga 'Beyond', Spiderman ha vuelto por todo lo alto. Y no lo ha hecho precisamente a solas, porque le acompaña un equipo creativo de ensueño para muchos fans: Zeb Wells como guionista fijo, y, lo más importante, el gran John Romita Jr. como dibujante.

Zeb Wells es un guionista al que no estoy muy acostumbrado de ver en los cómics de Marvel. Cuando se anunció que él iba a dirigir la trayectoria del trepamuros en su volumen 6, no supe a qué atenerme: nada más le conocía de algunos números de la saga Beyond, y no es fácil establecer un juicio extenso sobre uno de los muchos guionistas que tuvo aquel arco. Sin embargo, en este primer número suyo como guionista principal parece que sabe lo que hace. Ha conseguido generarme cierto interés por la historia, que ya es bastante tratándose de un personaje que veo tan quemado como Spiderman. No debe ser fácil escribir algo que se sienta medianamente interesante sobre el personaje, con la de imposiciones y restricciones que debe haber por parte de la editorial...

Este escritor estrena su etapa presentando una situación fatídica para el pobre Peter Parker (sí, de nuevo). Una situación de la que apenas se nos muestran pinceladas, con esa primera página en la que se ve a nuestro protagonista de rodillas en un cráter humeante, gritando, mientras sostiene algo parecido a un mando a distancia... ¿Qué habrá ocurrido realmente? Zeb Wells nos deja con esa incógnita en el aire mientras nos muestra poco a poco sus consecuencias y como han afectado en la vida de Pete, seis meses después de lo ocurrido. La Tía May se muestra muy distante, su amigo Randy lleva meses sin saber de él, las deudas de Peter no dejan de crecer, y lo peor: ha perdido a MJ (aparentemente) para siempre. Ella ignora sus mensajes y no contesta sus llamadas. Ni siquiera los Cuatro Fantásticos, que tan amigos suyos han sido, quieren saber nada de él. ¿Tan horrible es lo que hizo Parker hace seis meses como para merecer este sufrimiento?
Este recurso es uno que se repite hasta la saciedad en las historias del trepamuros. Estoy hablando del recurso narrativo de arruinarle la vida constantemente al pobre Parker para reiniciar sus tramas y que nunca avance demasiado como personaje. Si ese fuera el único gancho de la serie, conmigo no contarían para seguirla, porque es algo que me resulta aburrido. Afortunadamente, Wells fue más inteligente que eso y añadió a su propuesta una trama extra, una trama donde se nos muestran a bastantes supervillanos clásicos de la serie interactuar entre ellos. Es así como villanos que personalmente desconocía han sido capaces de brillar aunque sea un poco, y eso es algo que se agradece. Coneja Blanca y Enterrador toman parte en una guerra de bandas que se cierne sobre toda Nueva York. La Rosa (quién aparentemente es el hijo de Kingpin) y el viejo Lápida son, respectivamente, los líderes de cada bando, en una guerra causada por culpa del propio Spiderman. 
Para poner la guinda sobre el pastel de incógnitas están las últimas y misteriosas páginas del número, en donde se nos muestra la nueva vida de Mary Jane. No diré de qué se trata por no arruinar la sorpresa a los que aún no lo hayáis leído, pero que sepáis que a mí me ha dejado bastante frío. Así es, no me ha resultado nada impactante como lector, pero creo que será mejor esperar a como se desarrolla para juzgarlo bien. Además, nos muestran un posible regreso de un viejo conocido del trepamuros a la serie. 
Sin embargo, el guion no es lo que más destaca de este nuevo inicio, o al menos eso pienso yo. Si bien es una propuesta divertida que deja con ganas de leer los siguientes episodios, se puede decir que no es otra cosa que el apartado visual lo que me mantiene subido al barco por el momento. Sí, no os puedo mentir: soy un gran fan de John Romita Jr. como dibujante. Nunca he entendido el odio desmedido que muchas veces he visto contra su arte en las redes; a mí me parece uno de los mejores dibujantes que ha pisado la editorial de Marvel, y, más específicamente, uno de los mejores que ha tocado a Spiderman. Tan buen narrador gráfico me parece, que fue el nombre que me hizo precipitarme a comprar este número. Es cierto que se habla mucho de que Romita Jr. no ha estado en su mejor momento artístico durante estos últimos años, (esas son unas acusaciones que difícilmente puedo desmentir), pero para esta serie se nota que se está tomando su tiempo para entregar un trabajo bien hecho. 

Romita Jr. mantiene el nivel de sus anteriores etapas con el arácnido, elevado esta vez con un color espectacular de Marcio Menyz, que, con su uso de la iluminación, logra crear un efecto muy chulo que realza las luces y sombras de cada uno de los paneles. 
Yo creo, en definitiva, que la serie promete bastante en sus próximos números. No será nada que no hayamos visto antes, de eso estoy seguro, pero cabe la posibilidad de que ésta se convierta en una etapa  memorable dentro de las más modernas del trepamuros. Confío en Zeb Wells a los guiones, aunque no le conozca demasiado, pero sobre todo confío en John Romita Jr. como dibujante. Con el cariño que le debe tener a Spiderman, está claro que dará lo mejor de sí para ilustrar otra memorable etapa del arácnido. Espero de corazón que la serie no acabe manchada de nuevo por eventos innecesarios y baile de dibujantes, que es algo que suele ocurrir en series que van a este desorbitado ritmo de publicación.

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