Primer número del crossover más esperado del año: Predator Versus Lobezno, la miniserie de cuatro entregas que enfrenta en duelo a muerte al mutante las garras de adamántium con el depredador extraterrestre por excelencia. Uno nacido del mundo del cómic, el otro nacido de la gran pantalla. ¿Qué podría salir mal?
Veréis, antes de nada, debería sincerarme con vosotros: nunca he visto ninguna película de la saga Depredador. Por lo que sea, nunca lo he hecho. Y eso que es un personaje que por diseño y estética siempre me ha llamado muchísimo la atención. Me ha llegado a interesar tanto, que he estado a punto de ver su primera película en varias ocasiones; a la hora de la verdad, sin embargo, no he tenido el interés suficiente como para finalmente hacerlo. Esto os lo aclaro porque básicamente vengo a ciegas a leer esta miniserie: al no tener idea sobre qué esperarme, mis expectativas han sido considerablemente moderadas; vaya, es que ni siquiera soy parte de su público objetivo; no soy un niño de los ochenta atraído por la pura nostalgia. Simplemente soy un lector que picotea por aquí y por allá en busca de historias interesantes.
Quizás por eso, tras la lectura de su primera grapa, estoy tan genuinamente sorprendido con Predator Versus Lobezno. Pese a sólo conocer a una de las partes del conflicto, es un cómic que me ha ofrecido mucho más de lo que como lector me esperaba en un crossover de esta índole.
Lo fácil y sencillo habría sido ofrecer enfrentamientos entre Logan y el yautyat sin demasiado orden ni concierto, con el único fin de entretener y sin calentar demasiado la cabeza a nadie. Y en cierta forma, todo se podría resumir así. Vaya, que os mentiría si os dijera que la serie no trata sobre eso. No obstante, además de ofrecer esas dosis de violencia descerebrada -fanservice para los aficionados- la serie escrita por Benjamin Percy (el actual guionista de Lobezno) contiene cierta enjundia que no puede ser pasada por alto si queremos optar por una valoración justa.
Porque sí: ante todo, la principal característica de estos enfrentamientos es que se desarrollan a través de la vida de Lobezno: desde su juventud en "Lobezno: Origen" hasta los más recientes tiempos con la Patrulla-X. El cazador constantemente atacando a su presa, sin importar el momento de su vida en el que se encuentre. La etapa que abarca el grueso de esta primera entrega es, precisamente, la del periodo entre la mencionada historia y la legendaria Arma-X de Barry Windsor-Smith -de ahí la indumentaria de la portada- y esto nos lleva a lo que os quiero transmitir con esta reseña.
Cuando os digo que esta obra tiene enjundia y cierta profundidad es por cosas como esa. No es sencillo aplicar tantos conocimientos de la vida de Logan en un cruce fuera de continuidad en el que, a priori, no deberían importar tanto, dado que el Depredador no pertenece oficialmente al Universo Marvel. No había necesidad real de hacerlo, pero sin embargo, se hace. Percy no solamente conoce los principios de la cronología de Lobezno, sino que también se adapta a la psicología del mismo en cada etapa. En cuanto a su oponente, bueno; no os puedo decir demasiado. Apenas lo conozco, pero sí que es remarcable lo intimidante que se muestra con cada acto y movimiento que realiza.
Gran parte del mérito al respecto de lo último es Greg Land, el dibujante principal del primer episodio. Ya he dejado claro en alguna ocasión lo poco que me gusta como artista, pero debo reconocer que aquí está mucho más potable que de costumbre, ofreciendo una narrativa clara y dinámica que encaja a la perfección con la estética cinematográfica que se estila en la colección. No es el único que aparece en la página de créditos: Ken Lashley y Andrea Di Vito se encargan, cada uno por su parte, de ilustrar unas pocas páginas ambientadas en distintos momentos históricos. Quizás no sean los dibujantes más llamativos, pero no están para nada mal dentro de esta historieta.
En general ha sido una lectura amena y divertida, mucho más sorprendente de lo que podría parecer viendo el título y la sobrecubierta. Todos los creativos implicados están a bastante buen nivel, incluso más de lo habitual en muchos de ellos. Además, en mi caso, tiene el plus de servir como introducción ligera a la saga Depredador. Porque esa es otra; sin conocer apenas nada del personaje, me ha quedado clarísimo su concepto y finalidad. En definitiva, no se necesita tener grandes conocimientos sobre él o sobre Lobezno para disfrutar del cómic. Es totalmente reader-friendly. Por eso y por todo lo ya comentado, os lo recomiendo ampliamente.
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