Reseña de Ultimate Invasion 2 de 4, de Jonathan Hickman y Bryan Hitch


Segunda entrega (de cuatro) del más reciente proyecto de Jonathan Hickman y Bryan Hitch dentro de la Casa de las Ideas, destinado a recrear y reiniciar el Universo Marvel como nunca antes se había visto. Más concretamente, lo que se pretende reiniciar es el universo Ultimate, que tras su destrucción en las recientes Guerras Secretas quedó en el más absoluto limbo editorial. Hickman recupera dicha línea y se propone dejar atrás todo el planteamiento inicial que la caracterizó, dándole el carpetazo a la fórmula de "simplificar" y "modernizar", para enfocarlo todo a un fin mucho más ambicioso. 

Este segundo cómic de Ultimate Invasion arranca de una manera que no únicamente continúa lo visto en el desconcertante epílogo del primero, sino que también funciona como una completa declaración de intenciones de lo que podemos esperar a futuro en la miniserie. Además, ya podemos confirmar que cada una de las cuatro entregas constará de más de cuarenta páginas, con los habituales mapas y esquemas que caracterizan a este talentoso guionista. 

La historia arranca con una sucesión de viñetas que nos narran, de manera resumida, las desviaciones que el Hacedor ha provocado en su recién creada Tierra 6160. Esto no es algo que haya tomado por sorpresa a nadie, pues en el anterior episodio tuvimos un epílogo íntegramente dedicado a mostrar a este villano interfiriendo en el momento en el que Peter Parker es picado por la araña radioactiva. Con ello, ya pudimos especular sobre las verdaderas motivaciones que mueven al Hacedor, y así dar por sentado que lo que pretende es crear una nueva tierra en una dimensión aparte de todas las que ya conocemos. En este sentido, las primeras páginas de esta segunda entrega resumen rápidamente algunos de los sucesos que han (o no) acontecido en esta versión del mundo marvelita.

Loki es el rey de Asgard y tiene a su servicio a Thor, por lo que presumiblemente Odín está muerto; además, el Bifrost está destruido, por lo que el Dios del Trueno jamás pisará la tierra. El Capitán América, aparentemente, jamás quedó congelado tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que nunca llegará a ser un héroe del presente. Reed Richards, Ben Grimm, Susan y Johnny Storm toman su viaje espacial unas horas más tarde de lo habitual, evitando así los rayos cósmicos y la formación de los Cuatro Fantásticos. Por otro lado, no todos los orígenes se pueden evitar así como así. Bruce Banner sí que es víctima de la radiación gamma exactamente de la misma manera que en los tebeos clásicos, aunque su desarrollo posterior es extremadamente diferente. Las armaduras Stark siguen existiendo en esta ocasión, aunque vienen de la mano de Howard Stark (el padre de Tony) y Obadaiah Stane, con quien comparte la empresa. 

Una buena porción del interés generado durante el avance de esta historia es, sin duda, descubrir los diferentes destinos que han sufrido en este universo los personajes más célebres de la editorial. El Hacedor, con estas bifurcaciones, ha creado una utopía que se aleja bastante de lo que uno se imagina cuando le hablan de un mundo recreado a partir de la mente de un villano. Es intrigante conocer cómo ha llegado a ser esto la Tierra 6160, y sobre todo saber cuáles son los planes de este personaje, pues me niego a creer que las cosas son tan simples como se dan a entender desde el principio. Bueno, en realidad no es que se insinúe otra cosa, porque ya hay pistas muy poco sutiles de que hay algo 'más grande que la vida' cociéndose a fuego lento. 

Confío plenamente en las habilidades de Hickman para escribir un cómic de esta índole. Nos ha demostrado en diversas ocasiones que es un profesional a la hora de construir guiones a medio y largo plazo, un verdadero maestro a la hora de encajar diferentes piezas e hilos argumentales entre sí. El plan del Hacedor seguramente esté construido de la misma manera. Por el momento, solo nos queda especular un poco con la información que tenemos, que no es poca. 

A nivel de construcción de mundo, uno de los aspectos más reveladores que encontramos en esta entrega es el de mostrar directamente a todas las cabezas pensantes, a aquellos personajes que lideran países o, al menos, los que son sumamente influyentes en cada uno de ellos. Ocurre durante una especie de embajada o convergencia de países en la capital del Hacedor. Una reunión en la que se presentan tan variopintos líderes como, por ejemplo, la nueva versión del "legendario e inmortal" Hulk, quien ahora está a la cabeza de un culto de monjes. 

Por si lo de Hulk convertido en una suerte de Doctor Extraño no te ha parecido suficientemente raro, déjame decirte que la familia Rasputin al completo (Coloso, Magik y ¿Mikhail?) se han convertido en los regentes de alguno de los países asistentes a la reunión. Otra cosa que extraña es ver al Samurái de Plata y a Fuego Solar como "líderes" de los clanes del pacífico, concepto del que no tenemos idea en sí, pero parece que será muy relevante de cara a los siguientes episodios. 


El giro del episodio se hace notar cuando dicha convergencia de países termina en un ataque terrorista, cuando un ejército de Vengadores alternos caen del cielo, decididos a acabar con la vida del Hacedor y sus secuaces. Poseen el aspecto de las versiones vistas en los Ultimates de Mark Millar y Bryan Hitch, pero lo más raro de todo es que se tratan de clones creados con un ADN cuya fuente se halla en el presente, mientras que ellos pertenecen al futuro. Efectivamente, Jonathan Hickman está tirando por una historia con viajes en el tiempo 

Lo curioso es que estos viajes en el tiempo no parecen funcionar de la misma manera en la que lo hacen en la continuidad tradicional de las viñetas, pues en este caso, cambiar algo del pasado afectaría directamente al futuro, dejando de lado la creación de líneas de tiempo paralelas. Se nos muestra de manera bastante gráfica el funcionamiento de lo que estoy diciendo, cerca del final de este episodio. Dado que va a ser así, me imagino que el guionista está dispuesto a escribir una auténtica locura de viajes en el tiempo, por lo que espero que la cosa no se le vaya de madres y el interés por la serie termine diluyéndose por el camino. 

Todavía es temprano para sacar conclusiones precipitadas de la serie, pero ya os adelanto que esta es la colección en grapa que más ilusión me hace seguir leyendo cada mes. Las dosis mensuales, en este caso, me dejan plenamente satisfecho, a la vez que tengo ganas de ir corriendo a la librería el mismo día que se pone a la venta la siguiente entrega. Pocas colecciones en grapa me han provocado tal sensación, y es algo que me hace valorar más un formato que, desgraciadamente, está en decadencia. Toda mi fe está apostada en este proyecto. Espero que no me decepcione después de todo. 

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