Reseña de Superman 1 de Joshua Williamson y Jamal Campbell


Se ha hablado mucho en las últimas semanas de la delicada situación por la que está pasando el formato grapa dentro de España. Mientras que algunas editoriales tratan de sostener lo insostenible, ECC Ediciones se ha rendido, eliminando así casi de forma completa el formato dentro de su catálogo, salvo contadas excepciones. A lo largo de este 2023, han estado tanteando el terreno y han probado a pasar de la grapa al tomo recopilatorio, pero no ha sido hasta este momento cuando se oficializa el asunto, de cara a un futuro 2024 lleno de material del estilo.  

La situación lo amerita, pues recordemos que en este mismo año, en Estados Unidos, ha comenzado una nueva iniciativa editorial: Dawn of DC, o el Amanecer de DC, en nuestro país, un relanzamiento de toda la línea de cómics de la compañía que tiene lugar tras el cierre del evento 'Crisis Oscura en Tierras Infinitas', en un proyecto que pretende renovar a los personajes de cara a atraer nuevos y viejos lectores. 


Pese a que esta nueva era del Universo DC lleva casi todo este año en activo, no ha sido hasta el pasado mes de octubre que se ha visto materializada en territorio nacional con el primer tomo recopilatorio de la nueva etapa de Superman a manos de Joshua Williamson y Jamal Campbell. Venimos de la temporada en la que el Action Comics de Philip Kennedy Johnson y el 'Son of Kal-El' de Tom Taylor han estado dominando la franquicia del Hombre de Acero, con unas líneas argumentales muy alejadas de lo que se suele ver en este personaje; o, por lo menos, lo están de lo que solemos considerar típico en él. Ahora, aprovechando la nueva era del Universo DC, toca volver a un statu quo mucho más clásico.

¿De qué manera se consigue volver a eso? Lo primero es mostrar un Superman de toda la vida, un héroe luminoso y esperanzador. La pura esencia del personaje, vaya que sí. Joshua Williamson apuesta por un enfoque clásico y facilón que se caracteriza por tomas elementos distantes de las eras clásicas de Superman y juntarlas bajo un barniz modernizado y ligero, alejándose así de sus etapas recientes (ejem, Bendis). 


Esta forma de volver a las bases del personaje no se ve únicamente reflejada en él, pues también la vemos impregnada en todo su entorno. Los personajes a su alrededor parecen tener una caracterización más exagerada de lo normal, lo que les aporta un aire caricaturesco que no hace más que sumar a la sensación de cómic 'pulp' que se pretende conseguir. En buena parte, esta sensación llega a buen puerto por el sensacional dibujo de Jamal Campbell, que gracias su dinamismo y la plasticidad de sus personajes logra un efecto sumamente refrescante que casa perfectamente con el guion de Williamson.

El sabor a clásico es ineludible dentro de los cinco números incluidos en el recopilatorio, y eso es algo que se ve directamente traducido, como os digo, en todo el statu quo que rodea al Hombre de Acero. Sin embargo, algunos cambios en su continuidad sí que se ven plenamente reflejados en estas páginas, pese a no constituir parte de una alteración radical de la idiosincrasia natural del personaje. Uno de los mayores ejemplos de esto es ver a Lois Lane, la esposa de Clark Kent, como editora en jefe del Daily Planet, en sustitución de Perry White.


Otra de las características únicas de esta nueva etapa es ver a Lex Luthor en la cárcel colaborando abiertamente con Superman. No es algo que no se haya visto nunca antes en el género, lo del protagonista colaborando con su archienemigo; ni siquiera se aleja demasiado de cuando a Luthor le dio por ser el nuevo Hombre de Acero. No obstante, el giro está en el hecho de que, como símbolo de cooperación, le entrega a Kal-El toda su empresa, renombrada ahora como Supercorp. Con ello, la alianza entre los científicos de Luthor y el propio Superman se afianza, en busca de un par de enemigos del pasado de Metrópolis que amenazan con convertir a la ciudad y a sus habitantes en su propia placa de Petri. En el próximo volumen, seguro tendremos más información sobre ellos, cuando la verdad sea revelada...


Si algo me ha quedado en claro es que este inicio de Joshua Williamson al frente de la nueva serie de Superman es un retorno por todo lo alto al clasicismo y al buen hacer. No parece que vaya a ser una etapa demasiado ambiciosa en el sentido estricto de la palabra, pero, a pesar de ello, no debemos ignorar que tiene su mérito el lograr sensaciones similares a las conseguidas en los tebeos clásicos, a la vez que entregas unos diálogos y unos momentos sumamente refrescantes y dinámicos. Es prudente esperar a que la serie avance unos cuantos números más para valorarla en su justa medida, pero por el momento va por muy buen camino.

La mayor queja que he visto en redes hacia esta nueva etapa no es hacia el contenido en sí, sino hacia el continente escogido por ECC Ediciones. En ese sentido, y me tendréis que perdonar, creo que ha sido un paso adelante respecto a la publicación de material americano. Por mucho que les duela a algunos, las grapas están dejando de tener sentido en la gran mayoría de series. Estar cinco o seis meses leyendo fragmentos sueltos de una historia que está pensada para ser leída en un recopilatorio, es algo a lo que cada vez menos personas estamos dispuestas; especialmente ahora que el formato grapa está alcanzando máximos históricos que la alejan de ser esa edición barata y accesible que alguna vez ha sido. 


Si cada mes sacan un tomo de cada nueva serie de Dawn of DC, yo estaré contento. Tener cinco o seis números dentro de un volumen recopilatorio es muchísimo más útil de cara a saber si una serie te interesa o no, pues un arco argumental completo es mucho más representativo de la calidad de la misma que un primer número simplón de treinta páginas. 

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