Reseña de Marvel Now! Deluxe. Los Vengadores de Jonathan Hickman 5: Adaptarse o morir

Hemos alcanzado ya el quinto volumen de la recopilación en tapa dura de la etapa de Jonathan Hickman al frente de los Vengadores, lo que ya se podría considerar el ecuador de la serie. Estamos ante una de las dos mejores colecciones que uno se puede hacer dentro de la línea de Marvel Now! Deluxe junto al Thor de Jason Aaron y, como tal, considero que es una de las mejores etapas, ya no solo de los últimos años, sino de la historia de Marvel en general. Puede que a alguno os sorprenda esta posición de la serie, teniendo en cuenta que ha sido publicada en años muy recientes y que, precisamente, estos últimos años han tenido fama de tener historias mediocres en el género de superhéroes, pero nada más lejos de la realidad: Aquí están Jonathan Hickman y un variado equipo de artistas para corroborarlo. 

Infinito ha dejado huella en la colección de Vengadores tras dos volúmenes enteros a recopilar -con los respectivos números de cada cabecera- el evento de seis números que puso patas arriba las series de Avengers y New Avengers, con la llegada de Thanos por un frente y la de los Constructores por el otro. Sin quitarle mérito a aquellas historias, lo cierto es que las colecciones habían perdido un poco el hilo que había sido presentado en los primeros números de la colección de Nuevos Vengadores y poco a poco se ha ido alejando de la idea principal que tanto nos enganchó a todos en un principio. Este quinto volumen viene a recuperar aquello -lo de las incursiones- por todo lo alto, mostrando todo tipo de realidades alternas víctimas de esos choques entre universos que tienen como punto de quiebre el planeta Tierra de cada mundo. Para ello se hace uso del Puente, una máquina multiversal que funciona a modo de espejo en el que se reflejan las incursiones de otros universos y que ya vimos en la etapa del mismo guionista en los 4 Fantásticos.


Resulta un verdadero gustazo ver las diferentes tierras alternas que poco a poco se nos van presentando y que -inevitablemente- son destruidas de una forma u otra al final de cada historia. Una de las tierras más llamativas por la importancia que parece que tendrán en el futuro inmediato de la serie es la Tierra-4290001, o en otras palabras: un mundo homólogo al del universo DC. Es evidente que Hickman no podía recurrir a los verdaderos y hacer un segundo "JLA/Vengadores", por lo que recurre en su lugar a unas versiones alternas del Escuadrón Supremo. Todo esto no es ni más ni menos que una macro referencia explícita a Crisis en Tierras Infinitas, el mítico crossover de DC en el que Marv Wolfman y el gran George Pérez organizaron el fin de todo un multiverso superheroico con las miras puestas a los nuevos tiempos. ¿Os suena de algo? 

La cosa no queda ahí, pues el dibujante de estos números es Rags Morales, un dibujante que ha brillado con luz propia en la Distinguida Competencia. Por ejemplo, él ha sido el artista encargado de dibujar las Crisis de Identidad, una historia queridísima por los aficionados. Es una cosa verdaderamente fascinante que en esta etapa se atrevan a homenajear de esta manera una historia y un universo que, de no ser por ellos, habría sido una etapa que jamás habría visto la luz al ser esa su gran fuente de inspiración. 


Esto de homenajear a glorias pasadas no se queda únicamente en la Liga de la Justicia: los Vengadores clásicos también tienen aquí su porción de nostalgia. Mientras que lo anterior ocurre en la cabecera de Nuevos Vengadores, esto ocurre en la cabecera común de Vengadores; IMA, con todo el peso narrativo que han estado adquiriendo últimamente, ha traído mediante un portal multiversal a los originales Héroes más Poderosos de la Tierra (más o menos) de un universo paralelo asolado por las incursiones. Sin embargo, algo está mal con ellos; no son meras versiones pasadas de los personajes que conocemos, no... Son unos tiranos que no dudan en aniquilar civiles por puro control y conquista. Lo que en un inicio parece una dulce referencia a los lectores más clásicos del lugar, se convierte rápidamente en una retorcida versión de los Vengadores: la Avispa con un Hulk como mascota, un Jarvis asesino portando la armadura Stark clásica, un Thor Odinson comportándose como un auténtico tirano, etcétera. 

Eso sí, las portadas de estos números son un deleite para los que hemos leído los primeros números de la cabecera original de Stan Lee, Don Heck y Jack Kirby; todas versiones actualizadas de las originales.  Al margen de las portadas, algo que también es de reseñar es la participación de Salvador Larroca en los lápices, con la colaboración ocasional de Esad Ribic en algunos episodios. No sé, es un dibujante que genuinamente me gusta a pesar de lo que muchos dicen de él.


Otro tema recurrente en este tomo, aparte de los homenajes a distintas historias clásicas, es la revelación de verdades ocultas a la vista. Por poner un ejemplo fácil, la verdadera naturaleza de la misteriosa y letal Cisne Negro queda expuesta gracias al Puente y la cosa no podía ser más aterradora, pues queda revelado gran parte de su pasado manipulando y engañando a versiones alternas de los Illuminati. Ella es una verdadera nihilista que hace cualquier cosa -sin límite alguno- con tal de servir a su amo destructor, el conocido como Rabum Alal, lo que la convierte en un peligro inminente para la seguridad del universo 616. El reducido grupo de héroes decide consecuentemente volver a encerrarla dentro de su jaula junto al Terrax del universo roto. Tampoco es que sea un giro verdaderamente inesperado; cualquiera con dos dedos de frente habría notado que hay algo raro en ella. 

Una revelación que sí que yo no me esperaba para nada es la de que el Doctor Bruce Banner (también conocido como el Increíble Hulk) se ha puesto al corriente del tema de los Illuminati y de lo de las incursiones. Su particular historia con el grupo, junto a su gran capacidad de observación y deducción le han permitido al buen doctor darse cuenta de que Tony ha estado trabajando a espaldas de los demás y en secreto, con todo lo que eso conlleva. Tras una airada conversación con Stark, Banner acaba por unirse a la cábala de superhéroes con tal de estar al corriente de todo lo que ocurra en el multiverso. 

Yo pensaba que Hickman no iba a utilizar a Bruce para nada más que pegar mamporrazos a los malos, pero al final  ha jugado bien sus cartas y le ha dado un papel mucho más importante e interesante dentro de la trama. 


La peculiar impronta que deja el guionista en sus obras superheroicas suele ser un claro enfoque a la ciencia ficción y, como no podía ser para menos, en estos números ese es un elemento que está muy presente. Se nos revela el origen de la especie de los Cartógrafos en un inesperado (pero consecuente) giro que los vincula directamente con la organización IMA que sirve para tontear con la idea de las inteligencias artificiales que cobran consciencia de sí mismas y superan su programación, algo que será -y ahora es- muy importante para la futura etapa de la Patrulla-X de Jonathan Hickman

El tonteo con la ciencia ficción más dura no se queda ahí, pues tenemos el ejemplo del episodio que contiene, entre otras cosas, un mundo bala siendo disparado hacia la Tierra y viajes en el tiempo. La situación es solventada con otro barniz de ciencia ficción dura y los Vengadores convierten ese mundo errante en algo intangible que coexiste en el mismo espacio-tiempo que el planeta Tierra. 

Creo que esta vuelta a los temas con los que comenzaron ambas colecciones ha supuesto una renovación muy positiva en el interés general de la trama, convirtiéndose este quinto volumen en uno de los mejores de la colección hasta el momento. Comprenderéis que algo así, con la calidad general que han tenido todos ellos, es una verdadera barbaridad, pero es que la etapa de Jonathan Hickman en los Vengadores es siempre así: va a más con cada número. 

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