Reseña de Dientes de Sable: El Adversario, de Victor LaValle y Leonard Kirk


A lo largo de su trayectoria, el personaje de Dientes de Sable ha estado estrechamente ligado a la Patrulla-X como uno de sus enemigos más violentos y salvajes. Tanto es así, que el pasado en común que comparte con Lobezno y la eterna rivalidad que hay entre ambos ha dado pie a muchas de sus historias, dando la sensación de ser más bien un enemigo de segunda más que una amenaza capaz de hacer temblar un mundo. Ahora, con los mutantes enmarcados en el contexto que dejó como legado Jonathan Hickman, es el momento de que Victor Creed tenga su propia aventura en solitario en la que demostrará todo su potencial y salvajismo...

El regreso de Victor Creed

Como bien sabréis, si estáis al día con la actualidad de los Hombres-X, Victor Creed, alias Dientes de Sable, fue encarcelado en el Foso después de cumplir su primera misión para el gobierno de Krakoa, juzgado por el asesinato unos guardias humanos, rompiendo así una de las leyes de la nación. Los miembros del Consejo Silencioso no se tomaron nada bien aquel desliz y ninguno quiso votar a su favor. Hasta ahora, hasta la presente miniserie, no habíamos sabido nada de Dientes de Sable en toda la era de Krakoa. ¿Qué paso con Victor Creed? 

Resulta que todo este tiempo ha estado consciente, físicamente atrapado en el interior de la isla viviente. Doug Ramsey, el único mutante capaz de comunicarse verbalmente con Krakoa, llega a un acuerdo con el prisionero: le ofrece "libertad mental", pues ni él ni la propia isla están del todo de acuerdo con la sentencia que dictó Charles Xavier. Pero, ¿Qué quiere decir, eso de "libertad mental"?; Veréis, pues eso quiere decir que Victor, mientras sigue prisionero, puede imaginar otras realidades en las que puede hacer todo lo que le plazca sin ningún tipo de consecuencias, todas las barbaridades que un psicópata de tal calibre pueda imaginar sin ser reprendido por ello, pues todo está en su cabeza. Es así como poco a poco va formando una suerte de infierno mental en el Foso de Krakoa, convirtiendo así a Dientes de Sable en una especie de Satanás; el mutante caído y desterrado a lo más profundo de su tierra, lleno de rencor su antiguo líder (Xavier, en este caso).


Es una idea que suena (y es) sumamente extraña. ¿Un Dientes de Sable apresado en lo más profundo de la nación y creando un lugar infernal en dónde él es el gobernante supremo? Pues sí; es una idea extraña que, de alguna forma, funciona. De hecho, esta minisierie podría considerarse perfectamente como un verdadero ejercicio de thriller psicológico; una disección de la mente de un psicópata sanguinario y peligroso, escrita además por un galardonado novelista de historias de terror como lo es Victor LaValle. Es un ejercicio mucho más profundo de lo que cabría esperar de una mini de cinco números de un personaje como este, además de que (probablemente) es uno de los mejores tebeos dentro de la actual etapa mutante o, al menos, de entre sus spin-offs. 

La serie, además, cuenta con un relativamente extenso plantel de personajes: los más destacables de todos ellos son los otros cinco prisioneros que acompañan a Creed en el Infierno y que aparentemente le quieren ayudar a formar una revolución, comenzando por lo más bajo de la nación, sacando los trapos sucios de la novedosa sociedad mutante. Esa subtrama nos lleva a una conclusión muy interesante: estamos ante una historia que, además de ser un thriller y una disección total del personaje, es también una crítica al clasismo y demás injusticias sociales que impregnan la nación de Krakoa tanto como en una nación humana como la nuestra. Ese es el valor que abarcan tan solo cinco números. Es mucho más de lo que os pensasteis antes de leer la reseña, ¿A que sí?  


No olvidemos que el principal foco de la serie es el propio Dientes de Sable, que después de todo es quién le da el título. Aquí vemos como el personaje evoluciona a un nuevo nivel y demuestra su capacidad para manipular a otros a su favor sin que ni siquiera se den cuenta. Normalmente, nos creemos que es el típico asesino a sueldo que solo sabe matar, matar y matar, pero no debemos olvidar lo más importante: Victor Creed es un psicópata tan astuto como cualquier otro, que no duda ni un segundo en utilizar a los demás para sus propios fines. Aquí vemos esa faceta suya en su estado más puro; incluso logra cumplir sus planes de venganza, de alguna manera.

Cambiando de tema: ¿Podemos hablar del dibujo? Todo el contenido del volumen está dibujado por una única persona: Leonard Kirk. No es alguien demasiado conocido dentro del mainstream norteamericano. Apenas ha ilustrado cosas como Supergirl, la JSA o los 4 Fantásticos, pero nunca ha sido el encargado de dibujar ninguna etapa superquerida. Sin embargo, Kirk demuestra que está a bastante buen nivel y que debe ser un artista a tener en cuenta dentro de la Oficina-X de la Casa de las Ideas. Es un estilo que me encaja bastante con ese tono de thriller que tiene la serie, pero sin dejar de lado las influencias de Pepe Larraz en la estética de la isla. Craig Yeung le entinta el cuarto número (desconozco los motivos), pero incluso ahí se logra salvar la papeleta. Estoy muy satisfecho en ese sentido. 


Lo que no me deja tan satisfecho es la edición de Panini. Sé que no suelo quejarme mucho de esas cosas en mis reseñas, pero es que en este caso es necesario, pues estas ediciones en tapa blanda de la editorial son inmanejables. No hablo del formato de Marvel Premiere, sino de este pseudo 100% Marvel sin solapas y con la tapa de cartulina totalmente inflexible. En su primera lectura (no he hecho más) ha quedado como si lo hubiera leído ocho veces. ¿Son normales este tipo de cosas por 15 eurazos? A mí no me lo parecen...

Dejando todo eso a un lado, la historia que incluye este tomo me parece una chulada. No es ninguna pasada, claro, pero sorprende ver este nivel en una miniserie "random" de los mutis. La historia continuará en "Sabretooth and the Exiles", como bien se nos da a entender al final. Parece que esto es solo el principio de algo más grande e interesante. Tendremos que tenerlo todo en el radar para cuando llegue a España, espero, en una mejor edición. 

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