Continúa la edición en tapa blanda de El Inmortal Hulk con su tercer tomo recopilatorio, en lo que promete ser una culminación (por el momento) de algunas de las tramas presentadas en los dos tomos anteriores. En el anterior volumen, la trama quedó así: Hulk, McGee, Creel, Puck, Langwoski y Burbank son transportados al infierno mediante la puerta verde que se quedó abierta tras la explosión de la bomba de Banner que dio origen al personaje. Ahora, deben encontrar la forma de escapar de ese lugar.
¿Qué es la pura maldad?
Al Ewing, aprovechando ese nuevo escenario, introduce una gran cantidad de conceptos novedosos para la colección del personaje: desde nuevos enfoques en la psicología de Banner, pasando por filosofía, misticismo e incluso algo de mitología que sienta de fábula a un personaje así. Digamos que Ewing dedica los tres números del tomo a desarrollar una buena cantidad de ideas complejas sobre las diferencias entre el bien y el mal, la humanidad frente a lo monstruoso, o, dicho de mejor manera, "¿Hulk es un hombre, un monstruo... O es ambos?"
Aprovechando ese acercamiento a la psicología de Bruce Banner, el escritor introduce escenas ambientadas en la infancia del personaje. Brian Banner, el padre de Bruce, es el gran protagonista de dichas escenas: se nos muestra su pasado, así como el origen de la frustración que le llevó a maltratar a su esposa e hijo durante años, mientras se nos cuenta la estrecha relación que tiene Brian con el que está por debajo de todo. Este ser es el villano a batir, además de la clave para escapar del infierno.
En fin. ¿Cuál es mi valoración final sobre este tomo? Me da la sensación de que Al Ewing pretende cerrar un ciclo dentro de la serie con estos últimos números, algo así como un fin de saga que da pie a algo nuevo, cómo si la serie necesitara tomarse un respiro después de la explosión de datos que supuso la llegada de Hulk al infierno. Muchos escritores suelen perder el hilo en este tipo de situaciones, haciendo que los lectores pierdan interés en continuar la colección, pero el inglés logra justo lo contrario; renueva el interés al tomarse un respiro y plantear, poco a poco, nuevas tramas que se desarrollarán en los siguientes números.
Os comparto las primeras páginas del cómic:
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