Reseña de Patrulla-X #1-6, de Gerry Duggan y Pepe Larraz


¡El nuevo comienzo de la Patrulla-X! Tras los eventos mostrados en la Gala Fuego Infernal, una nueva formación de Hombres-X sale a la palestra para proteger al resto del planeta Tierra. Una nueva era para los mutantes comienza aquí, en estos seis primeros números posteriores a la marcha de Jonathan Hickman de la cabecera mutante por excelencia. 

Gerry Duggan (Los Merodeadores) se ha convertido en el nuevo guionista de la Patrulla-X, aprovechando su amplia experiencia en el terreno de los mutantes para entregar una vuelta a las esencias superheroícas que fueron olvidadas en la anterior etapa de la colección. El ilustrador que se encarga de dar vida a la historia es Pepe Larraz (Dinastía de X, Potencias de X, Inferno), un artista nacional muy conocido por ser el encargado de llevar el apartado visual de algunas de las grandes obras modernas de los X-Men durante los últimos años. 

Después de la marcha de Hickman de la colección se hizo necesario un cambio. La era krakoana trajo una barbaridad de cosas buenas a la franquicia, pero se estaban dejando de lado algunos aspectos esenciales que muchos consideran que nunca se deben obviar. Porque sí, estamos hablando de un cómic de superhéroes, y como tal, deben mostrarse salvando el mundo una y otra vez, enfrentando a villanos malvados y variopintos, trabajando en equipo y haciendo uso de sus poderes. Lo que propone Gerry Duggan es precisamente eso: una vuelta por todo lo alto al tipo de historias más superheroicas, repletas de acción y peleas, sin dejar de lado el contexto en el que se encuentra la franquicia ahora, con todo ese tema de la nación mutante de Krakoa. 

Por ello y para proteger el resto del planeta,  los mutantes vuelven a Nueva York; no a la Mansión X, sino a una nueva guarida, un nuevo hogar: una Casa del árbol. Puede sonar raro si no conoces el contexto actual de los mutantes, pero es algo con más sentido del que parece, pues es una extensión de la isla de Krakoa ubicada en Central Park. Tampoco es una simple casa en un árbol, ya que se tratan de unas extensas instalaciones repletas de la más puntera tecnología: monitores, hangar, dormitorios, enfermería, dormitorios... Todo esto está en las manos de la Patrulla-X con el único fin de proteger el resto de la Tierra fuera de su nación. 

Algo muy llamativo de esta nueva etapa de los mutantes es la estructura de los distintos episodios que la conforman. En cada número se presenta un nuevo enemigo que la Patrulla-X debe derrotar, un villano que siempre es derrotado al final del episodio. ¿No os recuerda un poco a la estructura autoconclusiva que antaño tenían los cómics de la editorial?  Además, en cada número se deja brillar por encima de los demás a alguno de los miembros del grupo, dejando a dicho personaje como el salvador del día. Eso es algo que también recuerda mucho a los cómics del siglo pasado; especialmente por los X-Men de Claremont. 

Por si no fuera suficiente con tener que enfrentarse a tal jauría de supervillanos (muchos provenientes del casino de mundojuego), una amenaza se cierne desde las sombras para los hijos del átomo. Varias amenazas se ciernen desde las sombras, de hecho. Desde los viejos conocidos de la organización ORCHIS, pasando por la locura y el misterio del Dr. Estasis, hasta llegar a las ambiciones a nivel planetarias de Feilong, que quiere conquistar Marte (o Arakko, más bien) para entregarlo a la humanidad. Ninguna de las amenazas que acabo de mencionar ni se acercan al mayor peligro que pueden vivir los héroes de Krakoa, que la humanidad descubra su mayor secreto: el secreto de la inmortalidad. Es el periodista Ben Urich quién ha descubierto esto y pretende publicarlo como la noticia del siglo en el Daily Bugle. ¿Qué harán Cíclope y compañía para remediar esta fatal situación?

Estos tebeos han sido dibujados íntegramente por artistas españoles. Puede parecer un dato tonto o irrelevante, pero yo creo que es algo de lo que sentirse orgullosos. Pepe Larraz ya ha dibujado mucho material reciente de los mutantes, quizás convirtiéndose en el artista más importante de la franquicia en la actualidad, pero es la primera vez que dibuja la cabecera mensual de los X-Men. Que se puede decir que nadie haya dicho ya, si hasta vuelve a repetir el colorista Marte Gracia. Es el mismo buen nivel de siempre. Larraz, a pesar de todo, no dibuja todos los números, si no que tanto el cuarto como el quinto los dibuja Javier Pina, otro autor español con cierta experiencia en el mundo mutante. 

Uno de los reclamos publicitarios que se utilizaron para promocionar la nueva etapa fue la idea de que cualquier nuevo lector podía meterse y entender perfectamente lo que ocurre en sus páginas. Bien, pues yo no creo que sea para nada el caso. ¿Es posible meterse a leer mutantes con estos tebeos? Bueno, por poder se puede, pero te estarías perdiendo gran parte del trasfondo mutante actual. No lo digo por ser completista ni nada parecido, sino porque gran parte de los conflictos importantes de la serie son derivados de la situación actual de los mutis: en qué consiste la resurrección mutante, la nación de Krakoa, etc. Mínimo hay que leerse tanto Dinastía de X como Potencias de X (ambas miniseries recopiladas conjuntamente en la colección Marvel Premiere) para entender el nuevo statu quo de la franquicia. 

Ahora bien, sin ser ninguna maravilla de colección, creo que puede valer la pena hacerse con ella. Es una lectura muy entretenida y perfecta para desconectar. Además, parece que la etapa va a durar bastantes números más, porque se están abriendo muchas tramas conjuntamente que son difíciles de cerrar todas juntas en un único arco. Aún me falta leer los siguientes números, pero creo que tiene bastante buen nivel como cómic de la franquicia. 

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